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» Diario Cordoba
Fecha: 19/05/2025 19:14
Ofrecía sus servicios como canguro, violaba a los niños, algunos bebés, de los que tenía que cuidar, grababa las agresiones sexuales y las difundía en la Red. Álvaro Iglesias Gómez, alias Nanysex, el vecino de Murcia detenido en 2005 y condenado tres años después a 58 años de cárcel por abusar de cinco niños (aunque llegó a confesar, cuando fue arrestado, que había tocado a más de cien) ha salido de prisión, confirman fuentes penitenciarias. En concreto, lo condenaron por once delitos: cinco de abusos sexuales y seis de corrupción de menores de los que fueron víctimas cinco niños entre 2002 y 2004 en su localidad natal, Collado Villalba, en Madrid, y en la Región, donde vivía y fue capturado. Sin embargo, años después el Tribunal Supremo revisó la condena y le rebajó en 13 años y medio la pena. Ya la ha cumplido, por eso está en la calle. Iglesias era un experto en Internet (de hecho, tenía una tienda de reparación de ordenadores en la capital murciana) y colgaba en la Red vídeos, grabados por él mismo, en el que se le veía agredir a los menores, algunos de muy corta edad. Junto a sus amigos, los también pederastas Todd y Aza (el primero de Cataluña, el segundo de Galicia), constituía una organización criminal que se dedicaba a filmar las violaciones a niños para difundirlas por Internet, en una época donde no había redes sociales, pero sí monstruos en las profundidades del ciberespacio. A sus víctimas, ya mayores de edad, no podrá acercarse durante la próxima década El conocimiento que este pederasta podía llegar a tener de la Red (especialmente de la 'deep web' o Internet profunda, zona fuera de control con contenido que no está indexado por los motores de búsqueda convencionales) es valioso para la Policía, a la hora de cazar a otros pederastas y abusadores, por lo cual este sujeto empezó, aún entre rejas, a colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como informó este diario. Riesgo de que reincida Cabe recordar que a este violador se le diagnosticó una parafilia de tipo pedófilo y que los médicos forenses que lo examinaron se mostraron de acuerdo en una cosa: había un alto riesgo de que este depredador sexual vuelva a las andadas. Dos décadas después de su arresto, el monstruo anda suelto. Nanysex salió del penal de Estremera tras cumplir la condena que se le impuso. A sus víctimas, ya mayores de edad, no podrá acercarse durante la próxima década. Tampoco comunicarse con ellas por medio alguno. Por qué le bajaron la pena Cuando, en 2008, el Supremo le bajó la pena a este sujeto, lo hizo porque estimó que no procedía la circunstancia agravante de abuso de confianza, dado que al condenado ya se le había aplicado la de especial vulnerabilidad de la víctima, "constituyendo esa especial vulnerabilidad que los menores estaban a su cuidado". "La doctrina de esta Sala ha declarado que no se puede valorar dos veces una misma situación fáctica para dar lugar a una doble situación de agravación", explicaba la sentencia. Medios de comunicación, en el interior de la tienda de Álvaro Iglesias, Nanysex, en Murcia días después de su arresto, en 2005. / La Opinión En el juicio, Nanysex reconoció que abusó de los cinco niños (contó que solamente sentía deseo sexual hacia los que aún no habían cumplido los 5 años) y, al admitir estos impulsos, precisó que le habían ofrecido someterse al tratamiento de castración química, al que accedería "si fuera necesario". No parece que se haya llegado a someter a ese tratamiento. Fue sorprendido viendo vídeos de pornografía infantilcuando le dieron el tercer grado, el cual cumplía en el Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá. ‘Pederastas muertos’ ‘Pederastas muertos. Firmado, un niño’. Así rezaba la pintada que, con espray negro, apareció en la persiana del negocio que tenía Álvaro Iglesias muy cerca de la calle del Pilar de la capital murciana. Se trataba de una tienda de informática en la cual el violador no solo arreglaba ordenadores, sino que realizaba cientos (o miles) de conexiones a Internet, donde delinquía con algo tan horrible como las grabaciones de sus abusos. ‘Canguro a domicilio. Experiencia con niños y educación infantil. Si además tienes ordenador en casa, cursos de informática para niños. Disponibilidad, tardes, noches y fines de semanas’. Así rezaba el anuncio que el depredador sexual tenía puesto en Internet, en una época en la que los móviles no eran ordenadores de bolsillo (algunos ni hacían fotos) y saber de informática no estaba al alcance de todo el mundo. Así daba con quienes serían sus víctimas. Un padre le pegó un puñetazo Durante una de las sesiones del juicio, que arrancó tres años después de la captura, uno de los padres de un niño al que el sujeto agredió sexualmente no se pudo contener y le propinó a Álvaro Iglesias un puñetazo en la cara. En la misma sala de vistas. Este padre llegó a ser compañero de piso del pederasta en Collado Villalba y su hijo fue uno de los menores que más agresiones padeció, como se acreditó luego en el material decomisado por la Policía. Nanysex se quedaba a cargo del pequeño. Otra mujer, vecina de la Región, también intentó (el mismo día) pegarle al individuo que había abusado sexualmente de su hijo. Trató de hacerlo en el momento en que el pederasta era conducido por el pasillo de los juzgados hasta los calabozos: se abalanzó sobre él. Sin embargo, un agente la redujo y trató de calmarla. Cabe precisar que, en el juicio, la Fiscalía no calificó los hechos como agresiones al no haber en las imágenes y vídeos requisados signos de intimidación o violencia, requisito legal (en esos tiempos) para que un abuso pudiese ser tipificado como agresión. Veinte años después, el Código Penal es diferente. Y Álvaro Iglesias es un hombre libre, sin cuentas pendientes con la justicia ni medidas que cumplir.
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