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Concordia » Diario Del Sur Digital
Fecha: 19/05/2025 13:33
Por «Corchito» González, corresponsal de Diario del SUR Digital desde el Palacio Municipal Concejo sin memoria, vecinos sin paz: la historia del impuestazo que nadie vio venir Otra vez sopa. El intendente Francisco Azcué lo hizo de nuevo: nos volvió a tomar a todos por tontos, como si Concordia fuera un repollo gigante y todos los vecinos recién salidos de la planta. ¿Se acuerdan cuando, con bombos, platillos y recursos públicos, lanzó la épica cruzada de que había eliminado 300 tasas municipales? Bueno, spoiler alert: era puro humo. Una operación de marketing tan absurda que ni su esposa se la creyó. Pero eso sí, logró que el senador, ex piquetero de la opulencia Alfredo De Ángeli lo vendiera a nivel nacional como el Mandela de los impuestos entrerrianos. La verdad, muchachos, es que el Código Tributario municipal no tiene ni 300 tasas. Los empleados de Rentas se reían a escondidas, mientras les corría frío por la espalda: también estaban amenazados para no abrir la boca. Porque si hay algo que maneja bien el “gringo”, además del marketing trucho, es la presión a su tropa. Mientras tanto, en las sombras y con la ayuda de su mano derecha —Margaret Thatcher versión costera, o sea Magdalena Reta de Urquiza— se cocinaba lo que realmente tenían planeado: el mayor impuestazo en la historia reciente de Concordia. Así es, no contentos con los cuentos, decidieron aumentar entre un 140% y un 180% las tres tasas que explican el 90% de la recaudación municipal: Comercial, Inmobiliaria y Agua. De yapa, también subieron los intereses y multas, no vaya a ser que alguien llegue tarde a pagar el cuento. Lo más gracioso —o trágico, según el humor con que se lo mire— es cómo engañaron a los concejales de la oposición. Les mandaron un presupuesto con un aumento del 60%, prometiendo que la impositiva iba a acompañar ese número. Y los concejales, felices y contentos, lo votaron. Después les metieron la ordenanza impositiva con el aumento del 180%. ¿Y qué hicieron? Nada. Levantaron la mano como legisladores “adornados”, repitiendo el verso de la “gobernabilidad” y la necesidad de mover una gestión que, como se escucha en los pasillos municipales, “no arranca” ni con empujón de una locomotora. Regalitos para los ricos, aumentos para los pobres Ah!, pero la historia no termina ahí. Porque mientras los vecinos hacen fila en Rentas para putear a los empleados municipales que no tienen la más mínima culpa —más que estar atrapados en esa oficina sin aire ni alma—, Margaret tenía otra idea brillante: bajarle los impuestos… a los ricos, por supuesto. ¿Cómo? Cambiando los parámetros de la tasa comercial, con una maniobra quirúrgica: alivio fiscal para los grandes contribuyentes, y que el resto siga pagando como pueda —o como siempre—. ¿El resultado? Un proyecto fantasma que se trató sobre tablas la semana pasada, con tanta transparencia como una persiana cerrada. Sin discusión, sin explicación, sin vergüenza. Los especialistas consultados fueron categóricos: la ordenanza es inconstitucional. ¿Por qué? Porque favorece a un grupo selecto de contribuyentes, dejando afuera a otros en la misma situación (violando de esta manera el principio constitucional de igual ante la ley), pero sin el guiño mágico de la reducción. El proyecto tiene nombre, apellidos y hasta grupo de WhatsApp. Solo falta saber el «por qué». Aunque, siendo honestos, todos saben que esto es un viejo anhelo de Margaret: bajarles los impuestos a sus amigos con plata. Nada nuevo bajo el sol, ya lo habíamos advertido en notas anteriores. ¿Y la oposición? Bien, gracias. Dicen que cada vez que hay algo turbio para votar, se conforman con un par de vales de nafta. Al parecer, el precio del silencio bajó más rápido que los ingresos de los monotributistas. Y así, entre favores cruzados y principios en liquidación, se escribe esta versión berreta del Estado mínimo. Y por si a alguien le quedaban dudas de que la fiesta sigue, les aviso desde ya —después no digan que no los prevenimos—: vayan preparando la billetera, porque ya se rumorea un nuevo impuestazo para junio, con subas que superarían el 50%. ¿La excusa? Al parecer, el secretario de Hacienda, Ferreyra, se quedó sin partidas presupuestarias. Pero en vez de admitir que la planificación fue un desastre, apelan a la salida clásica del manual del mal gestor: sacarle más plata a la gente. Porque claro, cuando la gestión no sabe administrar, el problema siempre es el contribuyente que “no paga”. Con este “ajustecito”, el nuevo aumento acumulado de las tasas municipales llegaría al 230% en un año. Sí, leíste bien: 230%. En un país donde, con suerte, la inflación nacional no llega al 30%. Una genialidad matemática digna del Premio Nobel de Cinismo: impuestos que suben ocho veces más que la inflación. Pero tranquilos, no se asusten: no es un impuestazo, es una “actualización”. Si esto no es un robo legalizado, por lo menos es una obra de arte del abuso fiscal. ¡Un fuerte aplauso para la coherencia tributaria del gobierno local! Y otro más para los vecinos, que siguen pagando… y aplaudiendo. El nuevo golpe lo están tejiendo —como siempre— Margaret y Ferreyra. Pero antes hay que convencer a Satalía Méndez, el Presidente del bloque del PJ, no sea cosa que esta vez algún concejal se despierte, lea la ordenanza y se dé cuenta de lo que están por votar. Al parecer, la jugada sería calcada al manual que tanto le gusta a Margaret: presentar el proyecto de un día para el otro, meterlo sobre tablas, darle tratamiento exprés y aprobarlo antes de que alguien entienda de qué se trata. Un clásico del «reformismo veloz»: legislar sin leer, votar sin pensar, y cobrar sin culpa. Todo muy transparente, por supuesto, como nos tiene acostumbrados la presidenta del HCD, que viene predicando la institucionalidad desde hace ocho años… justo desde que empezó a hacer política. Y para tranquilidad de Azcué, la idea es hacerlo a escondidas, para que los vecinos se enteren recién cuando les llegue la boleta con aumento. ¡Transparencia al palo! El trasfondo es tan grotesco como real: el equipo económico del municipio necesitaba recaudar más para tapar el desastre de gestión, ese que tantas veces explicó —con números, no con slogans— el contador y abogado Benedetto. Él sí dijo la verdad: la recaudación no caía por la crisis económica, sino por la mala gestión. ¿La respuesta del gobierno? Presionarlo, insultarlo, y según rumores, hasta amenazas. Digno de una novela de terror. Así que ya saben, queridos contribuyentes: no digan que no les avisamos. Vuelve el aumento, pero esta vez es “por los errores de la gestión anterior”, esa que —según Azcue— desfinanció al municipio porque aumentaba las tasas por debajo de la inflación. Menos mal que llegó él para poner orden. ¡Gracias, Francisco! Gracias por cumplir con la palabra de cambio: más impuestos para todos y todas, menos explicaciones para nadie. En resumen: te prometieron menos impuestos, te metieron el mayor impuestazo de la historia, te lo disfrazaron de “actualización”, te lo votaron en silencio, y ahora te preparan otro más. ¿Cómo era el eslogan? ¿Cambio? Sí, en tu bolsillo. ¡! Nos reencontramos en junio, vecinos. Y agárrense fuerte, porque cuando vean la próxima boleta, ni falta va a hacer encender el calefón: con ese susto, se van a calentar solos.!! Se acabo la joda dijo Azcue, pero no dijo para quien…… Azcué y el Patio de las Estafas: Del ajuste a los monopatines En Concordia ya no hace falta mirar TikTok para ver un delirio libertario en acción: basta con darse una vuelta por el Carrefour. Allí, donde alguna vez se vendían fiambres y verduras, ahora se venden sueños rotos y cheques sin fondos. El protagonista: Matías Z, un joven “emprendedor” que llegó desde Buenos Aires con una historia de amor, un par de motos eléctricas sin papeles, y un prontuario bancario que haría sonrojar a cualquier cuentapropista de la city porteña. Pero lo más fascinante no es la estafa en cuotas, sino su aval político. Adivinen quién estuvo en la inauguración del “El Patio Concordia” dándole legitimidad a este festival de humo y cheques voladores: sí, el intendente libertario friendly, Francisco Azcué. Siempre alineado a Javier Milei, el intendente no solo recita las bondades del ajuste sin anestesia, sino que también parece tener buen olfato para el emprendedurismo trucho. Después de todo, si Milei lanzó una criptomoneda que terminó estafando a miles de incautos, ¿por qué Azcué no iba a tener su propia versión low cost con motos que no llegan y monopatines que no existen? Más de $400 millones en cheques rechazados, motos sin entregar, transferencias a personas que no figuran ni en la guía del 08, y dos testimonios de damnificados que podrían ser parte de una docuserie de Netflix. Pero tranquilos: según el empresario Z, esto “en Buenos Aires es normal”. Claro, como la inflación al 300% o los influencers económicos hablando de la «motosierra mágica». Y hablando de “normalidad”, no estaría nada mal averiguar cómo fue que este emprendimiento logró su habilitación municipal. ¿Todo en regla? ¿Papeles al día? Mmm… Entre los municipales hay rumores, miradas cómplices y un tufillo a trámite expréss que no se consigue ni en Mercado Libre. Dicen que cuando tenés “conexión emocional” con Concordia —y enchufe directo con Azcué— los formularios se completan solos, los inspectores saludan de lejos y los papeles se firman antes de que la impresora termine de calentar. Porque acá no hay Estado, hay “vibras”, y si el proyecto viene con humo, mejor: ya están acostumbrados. Como muestra gratis del orden libertario y su «eficiencia desburocratizadora», no se pierdan el video grabado en plena peatonal de Concordia: un artista callejero es abordado por inspectores municipales que le informan —con tono casi zen— que no puede trabajar ahí porque está prohibido. Hasta ahí, puro reglamento. Pero el giro viene cuando, en la misma charla, los propios inspectores reconocen que se hacen excepciones y le sugieren que vaya a hablar con la directora “a ver cómo arreglan”. Así funciona este nuevo Estado: no hay normas claras, hay “conversaciones”. Si tu emprendimiento es humilde, te corren; si es una estafa multimillonaria, te inauguran con foto oficial. El video, que parece un tutorial de cómo mendigar habilitaciones en tiempos de “libertad”, se puede ver acá: DESALOJADO en CONCORDIA por la MUNICIPALIDAD | Argentina – YouTube Mientras tanto, Azcué guarda un silencio digno de un gerente de corralón que acaba de firmar garantía por su cuñado. Y no es para menos: si el modelo de país es Milei, el modelo de ciudad es un shopping fantasma lleno de deudas y promesas incumplidas. Y si alguien pregunta dónde está el Estado, Azcué y compañía responden con una sonrisa: “¡En retiro espiritual!”. Porque en esta nueva Argentina, gobernar es tercerizar, y lo que no se soluciona con ajuste, se tapa con humo. De motos, de criptos o de discursos. Total, mientras haya fe en el mercado y una selfie con el intendente, la fiesta sigue. Bienvenidos a Concordia Libertaria: ¡¡¡¡donde el ajuste es para vos, pero la joda es para ellos!!!! ¡¡¡¡¡Hasta el próximo lunes!!!!! ¡¡¡¡¡Fuerzas y no se desanimen!!!! Como decía aquel famoso poeta romano ¡¡¡¡Carpe diem!!!!
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