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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/05/2025 12:55
Según la OCDE, el 14% del comercio mundial de materias primas industriales ya está alcanzado por restricciones (Foto: Shutterstock) La logística internacional enfrenta una creciente complejidad debido al avance sostenido de las restricciones a la exportación de materias primas industriales. Así lo revela el último informe de la OCDE, que advierte que entre 2009 y 2023 estas medidas crecieron más de cinco veces, con una aceleración particular en 2023, año en el que se añadieron más de 500 nuevos productos al listado de restricciones. Este fenómeno impacta de forma directa en las cadenas de suministro globales, sobre todo en sectores vinculados a la transición energética, la tecnología y la industria pesada, que dependen del abastecimiento continuo y previsible de minerales como cobalto, tierras raras, grafito, titanio, germanio y níquel, entre otros. Siete países, el 94% de las nuevas restricciones Uno de los datos más relevantes del estudio es la alta concentración geográfica de las nuevas restricciones: China, Vietnam, Burundi, Rusia, República Democrática del Congo, Zimbabwe y Laos fueron responsables del 94% de las medidas introducidas en 2023. Muchas de estas adoptaron la forma de impuestos a la exportación o prohibiciones directas, justificadas en la legislación local como una manera de fomentar el procesamiento interno y fortalecer la industria nacional. Esta concentración pone en alerta al ecosistema logístico internacional. Las empresas se ven obligadas a rediseñar rutas, reconfigurar orígenes de suministro y anticipar escenarios de escasez que podrían extenderse en el tiempo. Disrupciones en los tramos iniciales de la cadena Los minerales afectados se ubican principalmente en la etapa inicial de las cadenas de suministro, es decir, antes del procesamiento o transformación. Esta situación repercute en todos los eslabones posteriores, desde el transporte intermedio hasta la fabricación final y la distribución. De hecho, el informe remarca que los productos “aguas arriba”, como minerales en bruto o sin procesar, fueron los que más rápido vieron crecer la cantidad de restricciones. Además, los residuos metálicos y productos de desecho industrial también enfrentaron altos niveles de limitaciones, un dato que refleja no solo preocupaciones ambientales sino también la creciente valorización del reciclado como fuente estratégica de abastecimiento. Cadenas de suministro más vulnerables Según la OCDE, durante el período 2021-2023, aproximadamente el 14% del comercio mundial de materias primas industriales (excluyendo residuos) fue alcanzado por al menos una medida restrictiva. En productos clave como cobalto y tierras raras, la proporción fue mucho mayor: 67% y 46%, respectivamente. Estas cifras duplican, en algunos casos, los niveles registrados en la década anterior, lo que genera un escenario de creciente vulnerabilidad para los países importadores y para las empresas que dependen de estos insumos críticos. La logística internacional se ve afectada por medidas que alteran el abastecimiento de minerales estratégicos (Foto: Movant Connection) América Latina en el radar El informe también ubica a Argentina entre los cinco países que más restricciones nuevas introdujeron en el período 2009–2023. Esto invita a reflexionar sobre el equilibrio necesario entre la promoción del desarrollo industrial local y la necesidad de insertarse en cadenas de suministro globales cada vez más exigentes. A medida que las políticas comerciales se tornan más estratégicas, la región enfrenta el desafío de consolidar marcos regulatorios previsibles, que den confianza tanto a productores como a socios comerciales. Desafíos logísticos y cooperación internacional Para la OCDE, el auge de estas medidas representa una tendencia que podría consolidarse si no se toman acciones coordinadas. “Comprender su impacto es clave para identificar alternativas menos restrictivas que equilibren los objetivos de seguridad, desarrollo y sostenibilidad”, plantea el documento. El fortalecimiento de acuerdos multilaterales, la diversificación de proveedores y la inversión en tecnologías de reciclado y sustitución serán ejes fundamentales para una logística más resiliente. De no hacerlo, las cadenas de suministro seguirán expuestas a shocks que exceden lo meramente económico y que ya comienzan a sentirse en la vida diaria de las personas.
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