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» Facundoquirogafm
Fecha: 19/05/2025 08:19
"Déjame que me vaya", una chacarera trunca, nació en la década de los 90 con letra de Roberto Terán y música de Cuti Carabajal. Inicialmente sus autores no la sintieron como algo especial, es por eso que durmió un tiempo guardada en una carpeta. Con el tiempo y un gran cambio en su melodía original, se posicionó rápidamente en el resurgimiento del folclore joven y se convirtió en un fenómeno nacional y un clásico del cancionero popular. Los creadores son figuras destacadas del folclore argentino. Roberto Terán, nacido en Buenos Aires pero arraigado a la vida provinciana, es letrista de éxitos como "Candombe para José" ("El negro José"), que fue un éxito nacional y latinoamericano. Cuti Carabajal, de La Banda, Santiago Del Estero, destacó como intérprete y compositor en los 80 con obras exitosas como "La pucha con el hombre". Un detalle interesante sobre su creación es que la primera melodía que Cuti compuso para "Déjame que me vaya" fue enviada por él a otro autor, Pablo Trullenque, para otro fin. Esto dejó a la letra "huérfana" de música, por lo que Cuti tuvo que componer una nueva melodía, que es la que todos conocemos hoy. La fuente de inspiración más aceptada, según el propio Cuti, proviene de la frase dicha por un amigo en una situación personal. La chacarera ganó popularidad rápidamente tras ser presentada en peñas. El público comenzó a pedirla citando sus primeros versos: "aunque me duela el alma", lo que llevó a que este verso se agregara como título secundario en los registros de SADAIC. Al ver su potencial, Cuti y Roberto la grabaron en 1992 en el álbum Sonkoi, y fue un éxito rotundo. El éxito explotó con grabaciones de artistas clave del boom folclórico de los 90. El Chaqueño Palavecino la grabó en 1995, Soledad Pastorutti en 1998, y la mismísima Mercedes Sosa ese mismo año. Se volvió indispensable en festivales, guitarreadas y peñas, siendo interpretada múltiples veces en una misma noche en algunos eventos. Es una de las obras que más recaudaba por derecho de autor y tiene registradas más de 180 grabaciones, creyéndose que la cifra real es mucho mayor. Incluso el cantor de flamenco Diego Cigala grabó una versión. Las razones de su rotundo éxito radican en su sencillez y efectividad, tanto musical como lírica. Musicalmente, su melodía simple basada en un motivo rítmico de 7 golpes que pasan por solo 3 notas por frase, la hace fácil de memorizar y pegadiza. Aunque me duela el alma Y se me quiebre el pecho Déjame que me vaya A olvidarme tus besos Déjame que me vaya A olvidarme tus besos Líricamente, Terán usa un lenguaje directo y cotidiano. La historia, narrada en primera persona, trata un tema universal de una relación poco saludable y la dificultad de irse. El uso de metáforas sutiles y, sobre todo, el final no resuelto en el estribillo, la mantienen siempre vigente y permiten al oyente proyectar sus propias experiencias, convirtiéndola más en la manifestación de un estado emocional. Es una obra donde letra y música se fusionan perfectamente, un "50/50" de puro talento.
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