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» Diario Cordoba
Fecha: 18/05/2025 14:47
El 7 de octubre de 2023, Hamás inició la guerra de Gaza con una matanza criminal y desde entonces un auténtico ‘apagón’ se produjo allí, un apagón de tipo físico, territorial y sobre todo moral y humanitario, donde ha dejado de tener valor la dignidad del ser humano, su derecho a la existencia, y ello a través de un genocidio larvado y autojustificado por el gobierno israelí, cuyo objetivo es apropiarse de la franja con la expulsión de los palestinos. Tras las muertes y la destrucción diaria uno se pregunta ¿hasta qué punto una situación resulta insostenible? ¿Hasta qué nivel un dolor es insufrible? Como en muchos otros casos, no hay un nivel de insoportabilidad que conduzca a una actuación inmediata y resolutiva. Si la esperanza es que se espera algo, en Gaza nadie espera ya nada salvo la infernal supervivencia. Y resulta irónico que Trump amenace a Gaza con el infierno cuando el infierno ya está allí instalado. Oriente Próximo, zona estratégica que dilucida la lucha por el poder político y económico mundial, lleva muchos años siendo lo que el historiador estadounidense Timothy Snyder llama «tierras de sangre» (en paralelo podríamos llamar al Mediterráneo también «mares de sangre»). Resulta paradójico que Ariel Sharon, el masacrador de Sabra y Chatila en el año 82, fuera el que propusiera una Gaza desmilitarizada veinte años después. Pero nadie lo quiso. Ni la derecha radical del Likhud, el partido de Sharon y Netanyahu, ni el terrorismo de Hamás, peón de otros países de la zona -léase Irán- renunciando a un horizonte de paz. En realidad, el conflicto palestino no parece sino una excusa para determinados países que mantienen una pugna de poder. Una semana antes del inicio de la guerra, Arabia Saudí propuso reconocer el Estado de Israel, ¿tuvo ello que ver con el ataque homicida de Hamás y los propios crímenes de guerra? Los inhumanos escudos humanos de Hamás son otro acto justificativo del sangriento gobierno israelí. Preguntas y más preguntas: ¿Lo que hizo Hamás es un ejercicio de resistencia o una provocación? ¿A alguien se le podría ocurrir que el gobierno israelí comandado por fanáticos sionistas no reaccionaran salvajemente cuando fue el propio Netanyahu quien propició a Hamás para debilitar a Abu Mazen? ¿Qué pretendían en realidad? ¿Los aún rehenes son un activo para negociar? ¿Eso resuelve el tema palestino y su sangrante realidad de pueblo oprimido sujeto a un castigo colectivo desde 1948? ¿Querían romper cualquier tipo de negociación? El Estado de Israel nació como consecuencia del antisemitismo y de la Shoá, y con una concepción bíblica del territorio. Pero la perdida de legitimidad del gobierno israelí y de su causa, no sólo es contraproducente y fomenta el antisemitismo, sino que impide cualquier solución. La causa palestina se ha convertido como señala Enzo Traverso, en la causa del Sur Global que también se viste de anticolonialismo y antioccidentalismo. Lo que está ocurriendo no es una cuestión de estar o no a favor de Hamás, una organización antidemocrática, misógina, fundamentalista, terrorista, sino de violencia salvaje y genocidio sí o no. La solución según muchos analistas, como el filósofo israelí Omri Boehm que, crítico con Netanyahu, fue recientemente cancelado su discurso en Alemania en el aniversario de la liberación de Buchenwald, es un Estado binacional y democrático, mas parece igual de utópico que la solución de los dos estados. *Médico y poeta Suscríbete para seguir leyendo
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