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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/05/2025 12:31
Un tercer sospechoso fue detenido en las últimas horas por el brutal crimen de Esteban Freire, el panadero asesinado frente a su mujer y sus dos hijos durante un robo en su casa de Morón, el 6 de abril pasado,indicaron fuentes del caso a Infobae. Se trata de un hombre de 35 años, identificado como Gastón Alexis Godoy, cuya fisonomía se corresponde a la de uno de los hombres que fue registrado por las cámaras de seguridad ubicadas en los alrededores de la vivienda de Maza al 1700, en el primer piso de la panadería propiedad de la víctima. Crimen del panadero en Morón: la ropa secuestrada en el allanamiento Godoy, quien fue señalado por la investigción como uno de los hombres que entró a la casa del panadero, se había refugiado en la casa de su madre, en Merlo, hasta donde llegaron agentes de la PFA para arrestarlo. En el allanamiento a la vivienda, los uniformados también secuestraron el Fiat Uno negro en el cual los delincuentes llegaron a la escena. Por último, hallaron la campera y las zapatillas que, de acuerdo al análisis de las imágenes de las cámaras, el sospechoso tenía puestas el día del hecho. Godoy fue puesto disposición del fiscal Pablo Masferrer, titular de la UFI Nº 2 de Morón, indagó al imputado, que se negó a declarar y quedó detenido bajo cargos de robo agravado por el uso de arma de fuego con homicidio resultante, indicó Primer Plano Online. Con la última captura, quedan en la causa dos prófugos que están siendo intensamente buscados. Luciano Catanzaro, propietario de una granja de pollos ubicada a metros de la panadería propiedad de Freire, y Luciano José Íbalo, dueño de una verdulería del barrio, fueron los dos primeros sospechosos detenidos. En el caso de Catanzaro, se cree que actuó como entregador, debido a que conocía los movimientos comerciales de la víctima. En tanto que Íbalo habría prestado la logística -puso una camioneta al servicio de los asesinos- para el golpe. Esteban Freire, la víctima La principal hipótesis que sostienen los investigadores es que Catanzaro planificó el robo por una deuda. Los tres atacantes que entraron a su casa por la madrugada, a través de una vivienda lindera y con la ayuda de una escalera, buscaban el dinero de la recaudación, que sería destinado a la compra de harina. De acuerdo a la médica forense a cargo de la autopsia, el comerciante murió a causa de una hemorragia interna provocada por un hemopericardio traumático, producto de un proyectil de arma de fuego. De esta manera, se descartó la posibilidad de que un golpe en la cabeza haya sido el causante del deceso, tal como se estimó al inicio del caso, debido al castigo al que fue sometido el panadero y su esposa, Soledad Portillo, quien se encuentra internada en un hospital de la zona. Un orificio que le encontraron a la víctima fatal en el sector del pecho hablaba de la posibilidad del disparo. Portillo declaró en el hospital tras la fuerte paliza a la que fue sometida y que presenciaron sus dos hijos adolescentes. La mujer, también comerciante, contó que el día del hecho la despertó el sonido de una explosión, cuando dormía en la habitación matrimonial. Alarmada, salió del cuarto, pero la golpearon tres veces en la cabeza. De un empujón, la tiraron al piso. No pudo ver cómo se movían los tres hombres que habían entrado a su casa, porque las luces estaban apagadas, pero escuchó que uno de ellos le pidió a sus cómplices que vayan por la caja fuerte. Se arrastró, entonces, a la habitación de su hijo menor y le pidió que llamara a una ambulancia. Luego, se dirigió al baño. Era el único lugar de la casa con la luz encendida. En ese momento, lo vio a su esposo desmayado en el suelo.
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