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» Misionesopina
Fecha: 15/05/2025 13:40
Una investigación pionera en Misiones encendió las alarmas sobre un fenómeno que crece en silencio: uno de cada tres adolescentes escolarizados en la ciudad de Posadas participó en juegos de apuestas, y el 12% lo sigue haciendo de manera regular. El dato se desprende de la Encuesta sobre Juegos de Apuestas en Adolescentes (EJAA), realizada durante agosto y septiembre de 2024 por la Defensoría del Pueblo de Posadas, el Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC SE) y el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC). El estudio abarcó a 4.337 estudiantes de entre 12 y 20 años, provenientes de veinte escuelas secundarias públicas y privadas. La metodología se basó en una encuesta virtual anónima, adaptada para adolescentes, que indagó sobre frecuencia, modalidades, consecuencias y percepciones en torno a las apuestas. Los resultados son inquietantes. El 36,5% de los estudiantes declaró haber apostado al menos una vez en su vida. La franja etaria más comprometida es la de 15 a 17 años, aunque un 26,5% de los jugadores actuales tiene entre 12 y 14 años. Aún más llamativo es que el 21,5% de quienes apuestan comenzó antes de los 10 años. Redes sociales, influencers y celular sin control El principal canal de acceso al mundo de las apuestas son las redes sociales. El 60% de los adolescentes dijo haber conocido estas plataformas gracias a influencers o contenidos en TikTok, Instagram y YouTube. El dispositivo más usado es el celular, que en la mayoría de los casos no tiene restricciones: el 81,5% de los encuestados indicó que sus padres o tutores no les imponen límites en su uso. En términos de frecuencia, un 25% de quienes apuestan lo hace todos los días. Un tercio gasta más de 6.000 pesos semanales, en su mayoría con dinero proveniente de sus familias. El informe resalta que estos comportamientos no son solo ocasionales o recreativos: hay adolescentes que manifiestan haber intentado dejar de jugar sin éxito, sufrir irritabilidad cuando no pueden hacerlo, e incluso solicitar préstamos de dinero para seguir apostando. Las consecuencias ya están El 25% de los adolescentes que participa en apuestas reconoció haber sufrido consecuencias negativas, entre ellas conflictos familiares, problemas económicos, bajo rendimiento escolar y alteraciones emocionales. Además, el 23,8% del total de estudiantes dijo no poder identificar cuándo el uso del celular, los videojuegos o las apuestas se convierte en un problema. Esta falta de percepción del riesgo es una de las alertas más relevantes que deja el estudio. El informe también exploró la opinión de los propios adolescentes sobre el fenómeno. Aunque el 70,9% considera que los juegos de apuestas son adictivos, muchos minimizan su impacto: el 29,9% los ve como una forma de ganar dinero fácil, el 19,5% como una opción recreativa y el 11,2% como una manera de socializar. Este dato revela una naturalización preocupante del juego en edades tempranas. Por otro lado, más del 50% de los encuestados aseguró tener familiares cercanos que también juegan o jugaron. Este entorno muchas veces refuerza la práctica en vez de prevenirla. Lo que piden los chicos Uno de los aspectos más valiosos del trabajo es que incluye propuestas sugeridas por los propios adolescentes para abordar el problema. Entre las principales medidas, los estudiantes mencionaron: Talleres y charlas de prevención en las escuelas (25,2%) Mayor control de publicidad en medios y redes sociales (22,9%) Campañas de información sobre los riesgos del juego (22,4%) Restricciones al uso del celular en el ámbito escolar Estas sugerencias se complementan con la demanda de crear espacios saludables de recreación y socialización que alejen a los jóvenes del entorno digital de las apuestas. Un fenómeno nacional que se instala en Misiones La encuesta surge como respuesta a la creciente preocupación de docentes, familias y profesionales de la salud mental por la penetración de los juegos de azar en la adolescencia. En todo el país se observa una tendencia similar, impulsada por el acceso temprano a la tecnología, la falta de supervisión adulta y la agresiva estrategia de marketing de las plataformas de apuestas, que eluden los controles de edad e inundan las redes con contenidos atractivos para menores. Los autores del estudio remarcan que la adolescencia es una etapa especialmente vulnerable a conductas adictivas, por tratarse de un período de desarrollo cerebral incompleto, alta impulsividad y baja percepción del riesgo. “Este informe busca servir de base para la creación de políticas públicas que promuevan el uso saludable de la tecnología y la prevención del juego problemático”, explicaron desde la Defensoría del Pueblo. El informe también señala que, si bien los datos pertenecen a la ciudad de Posadas, los resultados deben ser tomados como indicativos de una tendencia más amplia en todo el territorio provincial, especialmente en las zonas urbanas. Urgencia de políticas públicas El estudio deja claro que el problema está instalado y que las consecuencias ya son visibles. Frente a este escenario, la implementación de políticas preventivas desde el Estado, las escuelas y las familias resulta urgente. Se necesitan campañas sostenidas, educación digital, regulación efectiva de las plataformas y un debate profundo sobre el acceso de menores a contenidos y servicios en línea. Mientras tanto, el juego avanza. Silencioso, solapado, muchas veces disfrazado de entretenimiento o de “vida de influencer”. Pero detrás de cada clic y cada apuesta, hay una generación que se enfrenta a riesgos reales, con consecuencias que pueden marcar sus vidas. La pregunta es si la sociedad actuará a tiempo.
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