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» Noticiasdel6
Fecha: 15/05/2025 12:53
Desde el inicio de la pandemia, los casos de ansiedad, insomnio y depresión han mostrado un crecimiento sostenido en la población en edad laboral. “Antes de 2020, alrededor del 30% de mis pacientes presentaba síntomas como ataques de pánico, insomnio o estados depresivos. Después de la pandemia, ese número aumentó al 75%”, afirmó la doctora, Mariela Alvarenga, médica especializada en medicina ortomolecular, en diálogo con Cadena de Noticias. En este contexto, el azul de metileno comenzó a ser explorado como una herramienta complementaria dentro de los tratamientos integrativos. Tradicionalmente usado como antiséptico y en el tratamiento de trastornos sanguíneos como la metahemoglobinemia, hoy su aplicación se extiende a la salud mental y el rendimiento cognitivo. El azul de metileno demostró actuar a nivel del estado de ánimo, potenciando la memoria, la rapidez mental y evitando la fatiga” Mariela Alvarenga, médica especializada en medicina ortomolecular Su mecanismo de acción está vinculado con la función de las mitocondrias, estructuras celulares encargadas de la producción de energía. “Trabaja en la mitocondria, que es el lugar donde se produce nuestra energía. Todo lo que comemos y respiramos termina allí para generar ATP, y este compuesto ayuda a optimizar ese proceso”, detalló la médica. Uno de los aspectos más destacados de este compuesto es su interacción con neurotransmisores clave como la dopamina y la serotonina. “Muchos pacientes buscan alternativas a la medicación psiquiátrica porque temen la dependencia. El azul de metileno actúa sobre el sistema nervioso sin generar ese tipo de efectos secundarios”, sostuvo. La administración se realiza mediante suero intravenoso y se integra dentro de un enfoque más amplio que incluye el trabajo sobre el estilo de vida del paciente. “No es un tratamiento aislado. Su efectividad aumenta cuando se acompaña de desintoxicación hepática, mejora de la microbiota intestinal y una nutrición adecuada”, remarcó la especialista. Como parte de su abordaje personalizado, Alvarenga también incorporará estudios epigenéticos para adaptar los tratamientos a la biología de cada persona. “La epigenética permite saber qué factores pueden influir en la expresión de los genes. Esto nos ayuda a determinar qué tipo de intervención puede ser más efectiva, incluyendo el uso de compuestos como el azul de metileno”, concluyó.
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