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» El Ciudadano
Fecha: 14/05/2025 10:31
En el mismo mes, se viralizaron dos mensajes cargados de contenido: uno, el de la serie del momento en Netflix, El Eternauta, que bien podría estar destinada a la grieta de la política, por desestimar el individualismo en el héroe; y en el otro, la proeza de un tortugo cautivo durante 38 años, que codo a codo con científicos, veterinarios marinos y personal de Prefectura Naval Argentina, lleva recorridos 1.300 kilómetros en mar abierto tras ser liberado el 11 de abril. El especimen Caretta Caretta, de 60 años y 100 kilos de peso, retornó al océano Atlántico y a la vida silvestre, luego de casi cuatro décadas vividas en una gran pecera de un zoológico de Mendoza, alimentado prácticamente en la boca y con dos años de preadaptación para ser liberado en el Aquarium de Mar del Plata. El intinerario La proeza ya cobra visos de realidad. A fin de mes había bordeado la costa argentina, la uruguaya, por Piriápolis, Punta del Este y Rocha, y actualmente nada por Brasil, frente a la zona de Rio Grande (Laguna dos Patos), rumbo al norte, según informó en las últimas horas la ONG uruguaya Karumbé a través de sus redes sociales. Su marcha está siendo permanentemente monitoreada por biólogas mendocinas y marplatenses gracias a un dispositivo que lleva en el lomo que de ese modo permite obtener su geolocalización satelital cada vez que sale a la superficie. A la asistencia recibida y a su propio mérito le debe Jorge haber logrado integrarse normalmente con las otras especies de la fauna marina, adaptarse a cuidar por sí solo de su alimentación y sobrevivir a las contingencias que le ha ido presentando la naturaleza, así como a las acechanzas de enemigos externos, como los buques pesqueros con sus indiscriminadas redes, a la sazón los alienígenas invasores de El Eternauta. Fenómeno global La publicación Kolapse, que reúne a un grupo de artistas, músicos, escritores, cineastas, activistas y líderes de todo el mundo, en el artículo “El Eternauta: un fenómeno global sobre el héroe colectivo” reflexiona sobre la fragilidad y la supervivencia a través de la unidad. Y en esencia, sigue siendo una historia no sobre el heroísmo individual, sino sobre la resistencia colectiva, que en el caso del Tortugo Jorge aplicaría al objetivo que compartió un grupo interdisciplinario para que pudiera regresar a su hábitat natural. La que hoy parece una hazaña suya difícilmente podría haber sido posible sin el conjunto de idóneos comprometidos que trabajaron para ese propósito. «El verdadero héroe de El Eternauta es un grupo, no un individuo», escribió Germán Oesterheld. «Eso refleja mi más profunda convicción: el único héroe válido es el colectivo», expresó mitificando la frase que por estos días ha regresado con fuerza y que sostiene que «nadie se salva solo». Ambas historias recuerdan que, en tiempos de crisis, el legado que se deja puede depender de cómo cada uno se mantenga unido, ya sea escrito en la ficción o transmitido a través de la memoria. El Tortugo Jorge, sin una trama tan dramática y con un desenlace que apunta a ser feliz, regresará a transmitir a su descendencia el legado de libertad, que no conquistó solo sino dentro del objetivo colectivo que le tocó protagonizar.
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