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» Diario Cordoba
Fecha: 14/05/2025 05:06
Aquella frase de «Dios lo quiere (Deus vult)», del Papa Urbano II en Clermont (1095), y que desembocó en la primera Cruzada, viene a ser todo un aviso para navegantes: un Papa es un Papa, y después de todo cónclave averigüe usted qué voluntad tiene Su Santidad y Dios, por mucho que los expertos vaticanistas hayan llenado en los últimos días páginas y páginas de periódicos de análisis y horas y horas de tertulias televisivas y radiofónicas. En Córdoba, sin embargo, en donde se puede (o no) ser creyente pero en la que todo el mundo es ‘muy de San Rafael’, tenemos una Fiesta de los Patios que, aparte de lo que diga la Unesco, sirve para entender de una forma muy cordobesa las intenciones divinas. Además este año, fíjense en la coincidencia, León XIV dio su primera bendición como Papa cuando abrían las gitanillas y vamos a tener nuevo obispo poco después de los Patios. «¿Casualidad? ¿Predestinación? ¿O es algo más?», que dirían en Cuarto Milenio. El caso es que los Patios, a fuerza de ser humanos y de estar divinos, emanan cierta religiosidad. A veces cristiana, a veces pagana, algo musulmán, bastante de los dioses romanos lares... Llámenlo «X» o, sencillamente: «Lo espiritual». El que así lo asume entra en esos recintos con esa cierta congoja del alma que a uno le da cuando pone pie en tierra sagrada, sabiendo que son santuarios privados de lo mundano y lo celestial abiertos al pueblo por pura voluntad de sus sumos sacerdotes y sacerdotisas: los cuidadores. Dentro están las tres virtudes teologales: mucha fe en que el trabajo y el tiempo permitirán que las gitanillas alcancen su plenitud para el concurso. Caridad entendida como «amor», tanto a cualquier desconocido que entra en la casa como a todo lo que vive en el patio, desde el geranio al galápago que pulula por los arriates. Y sobre todo, mucha esperanza reflejada en flores. ¿Que me he puesto muy poético esta semana? Vale. Pero les pongo un ejemplo concreto de la voluntad divina en Córdoba y sus recintos tradicionales. ¿Conoce usted algún acontecimiento en toda la Cristiandad, aparte de la Fiesta de los Patios, que sea capaz de abrir hasta tres conventos de clausura de una ciudad, como ocurre este año con los cenobios centenarios de Santa Marta, Santa Ana y Santa Clara? ¿A que no? Pues eso.
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