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  • Un regreso de Franco Colapinto en un día emblemático para los argentinos en la Fórmula 1

    » La Capital

    Fecha: 13/05/2025 08:20

    El 18 de mayo Franco Colapinto disputará su 10º GP de Fórmula 1 en Imola. 45 años antes, en Mónaco donde correrá a la semana siguiente, ganaba Carlos Reutemann Carlos Reutemann cruza la meta y gana el GP soñado por todos los pilotos, en Mónaco. Fue un 18 de mayo de 1980. Casi medio siglo después, regresa Franco Colapinto a la Fórmula 1. Imposible no asociar el regreso de Franco Colapinto a la Fórmula 1 de este domingo 18 de mayo en Imola, con uno de los más momentos más icónicos de la Fórmula 1 para los argentinos. Es que un día como ese, pero de hace 45 años, Carlos Reutemann se despachaba con su primera victoria en Williams y en Mónaco. No será el debut en la F-1 para Franco Colapinto, pero casi. Sí será el estreno en Alpine, pero en el GP hoy denominado Emilia-Romagna, el argentino disputará su décima carrera, después de los últimos 9 del 2024 en Williams. Esas actuaciones, más allá de que las últimas no entregaron las mejores imágenes, lo catapultaron a esta oportunidad de oro en Alpine que debe aprovechar . Y la primera de las cinco estaciones aseguradas será el domingo 18 de mayo en el Enzo y Dino Ferrari de Imola. No es una fecha más para el automovilismo argentino. Para nada. Es que aquel 18 de mayo de 1980 le devolvía a Carlos Alberto Reutemann la esperanza del renacimiento en las calles de Montecarlo. Casi casi, como lo vive ahora Colapinto. >>Leer más: Los argentinos en el GP de Imola de Fórmula 1 Es que Lole, que había dejado Ferrari después de dos años (y una carrera más en el 76) y cinco triunfos, pisó el pasto mal en 1979 en el hasta ahí invencible Lotus que solo haría caminar en la primera mitad del año. Después, desaparecería por completo, a tal punto que solo en los tiempos que captó a Ayrton Senna la escudería del genial Colin Champman podría asomar de nuevo la nariz hasta su desaparición definitiva. Reutemann fue el elegido entonces por Williams para reemplazar a Clay Regazzoni. El suizo le había dado a la escudería británica su primera victoria en Silverstone 79, pero en el equipo sabían que era un segundo más lento que Alan Jones en clasificación y que solo lo equiparaba algo en ritmo de carrera en la última mitad de cada gran premio. Las evaluaciones, antes como ahora Quedaba claro entonces que también había evaluaciones entre compañeros de equipo y que ni la experiencia de Regazzoni lo salvaría de ser removido de Williams a finales del 79. Después pasaría al modesto equipo Ensing y un tremendo accidente en Long Beach lo dejaría en silla de ruedas. En resumen, para 1980, obviamente Alan Jones se convertiría en el piloto número uno indiscutible y Reutemann en el dos. El australiano por encima del argentino, situación inversa a la que se da ahora con Colapinto y el australiano Jack Doohan, al que sustituyó. >>Leer más: Las nuevas señales del retorno de Franco Colapinto El Lole fue un fiel ladero de Jones en ese 1980, pero ya empezaría a marcar huella. Después de un mal comienzo, con abandono en Argentina tras irse al pasto y fundir el motor porque se le había metido en el radiador, llegaron dos abandonos prematuros en Interlagos y Long Beach por la transmisión, y apenas un modesto 5º puesto en Kayalami en el medio. El anticipo de una stint increíble del Lole Pero en la quinta carrera de Bélgica, en Zolder, empezaría a hacer su historia en Williams, hilvanando desde ahí y hasta el GP de Bélgica del año siguiente, también en Zolder, 15 carreras ininterrumpidas en los puntos, todo un hito entonces en la Fórmula 1, que sería superado al siglo siguiente en los tiempos de los dominios insultantes y de máquinas que no se rompían como antes. El primero de esos GP belgas marcaría su primer podio, con el 3º puesto. El último, su última victoria en F-1. Pero después de ese GP de Bélgica en el estrecho Zolder, llegaría Mónaco. El equipo Williams llegaba en cierta forma preocupado. Es que después del tremendo triunfo de Jones en Argentina, aparecieron los triunfos de los primerizos: los dos seguidos del poco confiable Renault turbo de René Arnoux en Interlagos y Kyalami, el de Nelson Piquet con un Brabham que se las traía en Long Beach y el del francés Didier Pironi con el recuperado Ligier en Zolder. Jones llegaba a la cita monegasca segundo con 19 puntos, a 2 del líder René Arnoux, y con Piquet pisándole los talones con 18. Pironi, a su vez, estaba en una expectante 4º puesto con 17 unidades. El Lole apenas tenía 6. Igual, faltaban dos carreras para hacer las cuentas a mitad de temporada, porque la F-1 tenía entonces el insólito sistema de elegir las mejores cuatro carreras de cada semestre. Leer más: La incertidumbre rodea a Franco Colapinto El 18 de mayo de 1980 Ese 18 de mayo en Montecarlo, Pironi clavó la pole con Reutemann al lado y Jones detrás. Se sabía que el callejero no era para los motores turbo y Arnoux largaba desde el 20º y último lugar. La ocasión ameritaba para el asalto a la cima. Pironi hizo valer la pole, Jones superó fácil a Reutemann en esa primera vuelta que había dejado un tendal en la primera curva por el vuelo de Dereck Daly con el Tyrrell y el australiano lo atacó por todos lados hasta que paró en boxes en la vuelta 24 con el diferencial roto. Pironi empezaría un paseo que lo llevaba directo a la cima del campeonato, pero en la vuelta 53 se distrajo con una leve llovizna que empezaba a caer, se pegó solito y rompió la suspensión delantera izquierda del Ligier. Reutemann lo pasó en la bajada de La Rascas y se encaminó a una victoria sin complicaciones. Así, el segundo triunfo del año para Williams se lo dio Reutemann, que no volvería a ganar en el año pero sí a sumar hasta el final para quedar tercero del campeonato, detrás de Alan Jones y Nelson Piquet. No fue su victoria más brillante, claro, pero si una de las más importantes. La que, con 38 años, volvía a ponerlo en el pedestal de la Fórmula 1 y entonces hasta con chances de dar la pelea. Embed - 1950 Formula 1 Monaco Grand Prix Highlights (Colorized and AI-Upscaled) La que llegaba además en Mónaco, donde Juan Manuel Fangio ganaría su primera carrera en la Fórmula 1, un 21 de mayo de 1950, hace casi 75 años. Carrera además que ganaría de nuevo en 1957 y que no correría en 1958, justamente un 18 de mayo, porque estaba obsesionado con disputar las 500 Millas de Indianápolis el 30 de mayo, algo que no logró por no disponer de un auto competitivo. Volvería en Reims el 6 de julio y le diría adiós a la F-1. Reutemann sería el que recogería la herencia de Fangio, pese a todos los contemporáneos al Chueco, y hace 45 años haríao emocionar hasta las lágrimas al relator de ATC, el recordado Héctor Acosta, en los tiempos en que Lole paralizaba el país como desde el domingo lo hará Colapinto. Fue su décimo triunfo en la Fórmula 1. El 18 de mayo, Colapinto disputará su décima carrera en la máxima categoría . Un hilo conductor los une y el pilarense quiere quedarse más de la década ganada por Reutemann y ser su heredero.

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