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  • La UCO escuchó al patrón de Villacarrillo "recreando" el momento en que mató al temporero: "Ven, que no te vas a enterar. Id preparando los curas"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 13/05/2025 07:35

    Ginés Vicente López, un empresario de Villacarrillo (Jaén) está en la cárcel acusado de matar a Ibrahima Diouf, uno de los inmigrantes que trabajaba para él recogiendo aceituna. El temporero está desaparecido desde el 5 de enero de 2021 y su cadáver no ha sido encontrado. El sumario de la operación Patriarca, al que ha tenido acceso el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, refleja que la Guardia Civil no ha encontrado una prueba "directa de cargo" contra el empresario, pero sí multitud de indicios con los que la jueza ordenó el pasado 20 de marzo su ingreso en prisión, donde está a la espera de juicio. Entre esos indicios, la Guardia Civil da importancia a lo que llama "manifestaciones espontáneas" del empresario. Ginés se sabía investigado y evitaba comentar las novedades del caso por teléfono. Pero cuando se quedaba a solas, casi siempre en su coche, pensaba en voz alta. Lo que no sabía es que los agentes le habían escondido un micrófono en el vehículo, que grabó esos monólogos. "Reproducir diálogos" Los investigadores describen en su atestado que el empresario "verbaliza muchas de las situaciones que rememora en momentos determinados" y "es habitual observar que, tras un hecho del que Ginés ha sido protagonista, le sigan manifestaciones en las que revive esos hechos y verbaliza detalles, llegando incluso a reproducir diálogos". En ese sentido, los agentes de la UCO y de la Comandancia de Jaén creen que uno de esos monólogos se refiere al "momento exacto de la ejecución de hechos que, de una manera más gráfica, apunta a la autoría de Ginés en la muerte de Ibrahima". El empresario "rememora una conversación" entre él y el temporero desaparecido, al que imita "modulando la voz", y en la que según la UCO, Ginés "recrea el momento exacto del ataque" al jornalero, al que sus amigos conocían con el nombre de 'Iba'. -Ginés: Iba... -(Ginés, fingiendo la voz de Ibrahima): No, no, no... -Ginés: Ven, que no te vas a enterar. Id preparando los curas... Según el atestado de la UCO, ese "recuerdo", que Ginés expresa en voz alta mientras va conduciendo, "no deja lugar a dudas de que está referido al momento concreto del ataque a Ibrahima y, en consecuencia a la autoría de Ginés en su muerte". "Notable conciencia forense" Otras grabaciones de la UCO al empresario investigado muestran cómo, a pesar de su "notable conciencia forense", estaba precupado porque la Guardia Civil encontrara el cadáver del inmigrante o que una persona o un animal "sea capaz de desenterrar el cuerpo". La Guardia Civil buscaba el cadáver de Ibrahima, sin éxito, entre otros lugares, en un paraje conocido como 'El Paredazo' y otra finca de olivos, que Ginés visitó varias veces los meses posteriores a la desaparición del temporero. El informe recoge que, en octubre de 2022, Ginés asegura, en otra de sus manifestaciones espontáneas: "He hecho una limpia porque me han hecho los registros". En otra ocasión, el empresario expresa su temor a que los investigadores encuentren alguna prueba "que lo pueda llegar a incriminar". Dice: “Algo van a encontrar, no sé cómo lo hacen, no me jodas”. "Cierto grado de planificación" Además de las manifestaciones espontáneas del empresario, el atestado de la Guardia Civil recoge muchos otros indicios contra Ginés. El informe considera "acreditado" que Ginés Vicente "acabó con la vida" del jornalero, de 33 años, con mujer y una hija en Senegal, en un crimen cometido "con cierto grado de planificación" tras negarse a pagarle por su trabajo. El 5 de enero de 2021, Ibrahima se negó a seguir trabajando para Ginés. El empresario no quiso pagarle y lo citó "a solas" en la casa de los temporeros. Allí, según la Guardia Civil, "le atacó" y luego se deshizo del cadáver Harto de las pésimas condiciones laborales y las "malas condiciones de habitabilidad donde se encontraban alojados", la mañana del día de la cabalgata de Reyes de 2021, Ibrahima comunicó al empresario que no trabajaría más para él y que se marchaba a Cartaya (Huelva), donde un amigo suyo lo esperaba esa misma tarde y le había conseguido un nuevo empleo. Raphael, otro jornalero que actuaba como interlocutor de la cuadrilla en Villacarrillo envió un mensaje de audio a Ginés aquella mañana avisándole de que Ibrahima se iba. Entonces, según el informe de la Guardia Civil, Ginés "se dirigió a la finca 'El Molinillo', en la localidad vecina de Villanueva del Arzobispo, con su Mitsubishi Montero y su remolque, portando los tickets de pesaje (de las aceitunas) de la cooperativa, con la supuesta intención de liquidar el salario adeudado a los temporeros". Había retirado previamente 300 euros en un cajero, pero al llegar a la finca, de acuerdo con los testimonios de los jornaleros, el empresario "ordenó a Raphael borrar el mensaje que le había enviado" y "no pagó a ninguno de los temporeros". Se negó a pagarle Según la reconstrucción de la Guardia Civil, Ginés subió entonces a Ibrahima a su coche y "lo trasladó hasta Villacarrillo". El jornalero tenía "mucha prisa" porque quería emprender su viaje a Cartaya en un autobús que salía a las 15:10 horas, pero nunca lo cogió. La Guardia Civil ha averiguado que ambos tuvieron una discusión por la cantidad de dinero que Ginés adeudaba a Ibrahima y porque el patrón se negó a pagarle. Esa tarde, con la "excusa" de saldar cuentas y mientras el resto de la cuadrilla estaba recogiendo aceituna fuera de Villacarrillo (los temporeros no tenían medio de transporte para desplazarse si no era con Ginés), el empresario "citó a solas" a Ibrahima. Antes de reunirse con su patrón, el inmigrante pasó por casa de un amigo suyo. Estaba angustiado porque "no tenía dinero" y "preocupado porque Ginés no le pagara", según declaró su compañero. Ibrahima contó a su amigo que había tenido que retrasar su viaje a Huelva hasta la mañana siguiente y que se dirigía a casa a esperar a que el patrón "le pagase". De acuerdo con el informe de la UCO, el patrón citó a Ibrahima en la casa que compartía con otros temporeros en la calle Guerrilleros Uribe de Villacarrillo, ubicada en una "zona inhóspita y apenas transitada", repleta de "casas deshabitadas". Allí lo "atacó mortalmente", entre las 16:07 y las 19:16 horas del 5 de enero de 2021. Borrados digitales Luego, siempre según la Guardia Civil, "ocultó el cadáver" y se deshizo del teléfono de la víctima y de su ropa. El teléfono del temporero registró su última conexión allí a las 19:16 horas. A esa hora, se apagó definitivamente en lo que la UCO considera una "desconexión abrupta, que no es habitual cuando se produce un apagado voluntario o apagado por agotamiento de batería". Los agentes destacan en su atestado que aquel fue el primer día que Ibrahima, que llevaba al menos tres años en España, faltó a su compromiso de enviar dinero a su mujer y a su hija, siendo "el sustento de su familia el motivo principal por el que emigró a España". El compañero de Ibrahima, Raphael, encontró días después del crimen la llave de Ibrahima "tirada en el suelo de una de las habitaciones". Sin embargo, la puerta de la casa estaba cerrada por dentro. La Guardia Civil describe que "estando la puerta cerrada por dentro, solo se puede salir de la vivienda por la puerta del corral anexo, de la que solo Ginés tiene llave". De acuerdo con el atestado, "una vez que Ibrahima estaba muerto en el interior de la vivienda, Ginés cerró la puerta principal por dentro y salió por la puerta del corral anexo". Según el atestado de la UCO, Ginés también hizo "borrados digitales" en su propio teléfono móvil y e intentó "influir en un testigo para que le diera coartada" la tarde del crimen. Pidió al encargado de un bar, cercano a la cochera del empresario, que declarara a la Guardia Civil "que lo había visto pagando a Ibrahima aquella tarde y que luego se tomó una cerveza en el bar". El hombre, que conoce a Ginés porque el empresario le arrienda el bar, decidió finalmente no mentir, de acuerdo con la documentación del caso. Sangre en la puerta Una vecina declaró meses más tarde que "aquel día o al siguiente", "vio un charco de sangre" en la puerta de esa casa. Un K-9, un agente canino de la Guardia Civil especialista en detectar restos biológicos marcó positivo en una baldosa de la acera, pero debido al tiempo transcurrido los análisis practicados en el laboratorio no han arrojado resultados concluyentes. El empresario negó en su declaración haber estado en la casa de la que, según la Guardia Civil, Ibrahima nunca salió con vida. Aseguró primero que no recordaba dónde estuvo aquella tarde. Tras su detención, la UCO encontró en su casa una nota manuscrita en la que Ginés había escrito una especie de guion para "dibujar una coartada exculpatoria". En esa nueva versión, se lee que estuvo en su casa, él solo, hasta las 18:00 horas, y a esa hora fue a casa de su madre, hasta las 19:30. Pero el posicionamiento de su teléfono móvil lo sitúa aquella tarde en el que, según la UCO, es el lugar del crimen. Ginés tuvo "cinco días" para ocultar y eliminar vestigios, según el informe, porque "estuvo solo en su casa desde el 3 de enero hasta el 7 de enero", cuando su mujer y sus dos hijos regresaron de pasar unos días en Almería. La Guardia Civil concluye que, al día siguiente del crimen, Ginés regresó a la casa de los temporeros. Antes de ir, "apagó su teléfono móvil o lo puso en modo avión", según el atestado. La UCO cree que lo hizo para deshacerse del cadáver de Ibrahima y que también se deshizo del equipaje de la víctima. En su afán por eliminar las pertenecencias del temporero, Ginés "tiró por equivocación una chaqueta de Raphael pensando que pertenecía a Ibrahima", según el sumario. El informe de la Guardia Civil recoge que el patrón se refería a los inmigrantes que recogían aceitunas para él como "mugre, roña" y otros adjetivos "exacerbadamente racistas" "Unos moros han robado" Cuando este y otro jornalero regresaron a la casa el 10 de enero y echaron en falta algunas prendas de ropa, el patrón aseguró que "unos moros habían entrado a robar", según el atestado. Días más tarde, "regaló a Raphael otra chaqueta". Los agentes de la UCO escriben en sus informes que "sorprende la supuesta acción novedosa y altruista de Ginés", que solía referirse a los temporeros como "mugre, roña" y otros adjetivos "exacerbadamente racistas". Los investigadores sostienen que su regalo a Raphael obedece al "reconocimiento de que fue él quien se deshizo de ella". Una guardia civil registra el techo del garaje del empresario. Allí había escondido varias balas de una pistola. / SUCESOS La gran pregunta del caso es dónde está el cadáver de Ibrahima y cómo acabó Ginés con la vida del jornalero. Tras su detención, el pasado 17 de marzo, los agentes le intervinieron una pistola de la marca Star calibre 6.35 milímetros, y abundante munición escondida en una especie de zulo, construido en el techo de su garaje. Sospechan que usó un arma de fuego para cometer el crimen y acusan a la mujer del empresario de haberlo ayudado a esconderla todo este tiempo: "la primera vez que Ginés sospechó que podían realizar registros en sus inmuebles, pidió a su pareja que se dirigiera a la casa de su madre (...) a sacar un objeto de interés para la investigación (...). En el momento en que Ginés le pidió a su pareja retirar este objeto de casa de su madre, ella dudó de la inocencia de Ginés, cosa que nunca había sucedido", apuntan los agentes de la UCO en su atestado. Y añaden que, tras la gestión realizada por la mujer del empresario, este le pidió "que comprara lejía", según interpreta la Guardia Civil, "con la clara intención de proceder a la limpieza del arma de fuego". Otro inmigrante que trabajaba para Ginés está desaparecido desde 2013, cuando discutió con él. La Guardia Civil considera que el asesinato de Ibrahima es "una réplica mejorada" de lo que Ginés hizo con el otro temporero hace doce años "Una réplica mejorada" Los agentes registraron también una conversación entre el empresario y su mujer en la que ella le comunica sus "dudas" sobre su implicación en el crimen de Ibrahima y Ginés intenta tranquilizarla: "Pero vamos a ver, estate tranquila, que no he estado, que no he estado, que ese chico no ha entrado" (...) "Tú también esta mañana me has estado ahí, que no, que no, mujer, que no tengo absolutamente nada, ya sabes que estoy medio ciego y medio manco...". Los investigadores de la UCO recuerdan en su informe que Ginés ya fue acusado de la desaparición de otro temporero africano, Tidiany Coulibaly, al que se perdió la pista en 2013, cuando trabajaba para el empresario. Su cuerpo sigue sin encontrarse. Ginés solo fue condenado entonces por explotación laboral, pero en su último informe la Guardia Civil considera que "resulta difícil pasar por alto la gran similitud entre ambos hechos". Y concluye que "la desaparición de los dos temporeros no son extrañamente coincidentes, sino que son una réplica mejorada", con el mismo modus operandi, las mismas circunstancias y el mismo "perfil de víctima". La Guardia Civil considera "inexplicable una concordancia tan plena de los elementos del delito de no ser por la acción de la misma persona", el empresario Ginés Vicente.

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