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  • Evangelio de hoy 10 de mayo, 2025 – SinLimitesGalvez

    » Sin limites

    Fecha: 12/05/2025 18:51

    Evangelio de hoy – Pildorasdefe.net Sábado, 10 de mayo, 2025 Lecturas completas: Clic aquí y reflexiona Maria, Comparte el Evangelio a través de los botones de compartir y que el amor de Dios llegue a más personas. Dios te pague Facebook Twitter Telegram Whatsapp Oración de preparación Señor, hoy me postro ante Ti deseoso de permanecer firme en tu Palabra, aunque a veces me cueste comprenderla. Hoy muchos te rechazan porque tus enseñanzas no se ajustan a sus deseos, pero yo quiero quedarme contigo, aun cuando no entienda todo. Tus palabras no pasan, son espíritu y vida. Amén. (Qriswell Quero, Pildorasdefe.net) Maria, disfruta de un tiempo de paz en la mañana con la Oración del Día, para ponerte en la Presencia de Dios. Haz clic en el siguiente botón: Clic aquí para Orar Celebración de hoy San Juan de Ávila, Sacerdote misionero: Patrono del Clero español San Juan de Ávila fue un sacerdote místico y misionero en España predicando a Cristo. Lo enviaron a prisión injustamente y allí escribió su más grande obra Coronilla a la Misericordia Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Sábado y Consagración Honramos a la Virgen María e imploramos su maternal compañía para que nos auxilie en la dificultad. Oramos por tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy, se nos introduce en uno de los momentos más desafiantes de la vida pública de Jesús. Presta atención a las lecturas de hoy. Hechos 9,31-42. La Iglesia, entre tanto, gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba consolidando, vivía en el temor del Señor y crecía en número, asistida por el Espíritu Santo. Pedro, en una gira por todas las ciudades, visitó también a los santos que vivían en Lida. Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años. Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te devuelve la salud: levántate, y arregla tú mismo la cama». Él se levantó en seguida, y al verlo, todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón se convirtieron al Señor. Entre los discípulos de Jope había una mujer llamada Tabitá, que quiere decir «gacela». Pasaba su vida haciendo el bien y repartía abundantes limosnas. Pero en esos días se enfermó y murió. Después de haberla lavado, la colocaron en la habitación de arriba. Como Lida está cerca de Jope, los discípulos, enterados de que Pedro estaba allí, enviaron a dos hombres para pedirle que acudiera cuanto antes. Pedro salió en seguida con ellos. Apenas llegó, lo llevaron a la habitación de arriba. Todas las viudas lo rodearon y, llorando, le mostraban las túnicas y los abrigos que les había hecho Tabitá cuando vivía con ellas. Pedro hizo salir a todos afuera, se puso de rodillas y comenzó a orar. Volviéndose luego hacia el cadáver, dijo: «Tabitá, levántate». Ella abrió los ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. Él la tomó de la mano y la hizo levantar. Llamó entonces a los hermanos y a las viudas, y se la devolvió con vida. La noticia se extendió por toda la ciudad de Jope, y muchos creyeron en el Señor. Salmo 116(115): ¿Cómo devolveré al Señor todo el bien que me ha hecho? (R) ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Tomaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor. /R. Mis votos al Señor pagaré en presencia de todo su pueblo. Preciosa es a los ojos del Señor la muerte de sus fieles. /R. Oh, Señor, yo soy tu siervo; yo soy tu siervo, hijo de tu sierva; tú has soltado mis cadenas. A ti ofreceré sacrificio de acción de gracias, e invocaré el nombre del Señor. /R. Juan 6,60-69. En aquel tiempo, Después de oír a Jesús, muchos de sus discípulos decían: «¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?». Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza? ¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes? El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida. Pero hay entre ustedes algunos que no creen». En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. Y agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede». Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?». Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios». Palabra del Señor.

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