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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/05/2025 04:44
Andrés Delich en la inauguración del seminario de Educación, Trabajo y Futuro Productivo que organizaron Ticmas y la OEI El avance acelerado de la inteligencia artificial (IA) está generando transformaciones profundas en los sistemas educativos y en su vínculo con el mundo del trabajo. Así lo afirmó Andrés Delich, secretario general adjunto de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), durante la apertura del seminario Educación, Empleo y futuro productivo, organizado por Ticmas y la OEI en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 2025. “El sistema escolar está atravesando un momento de cambios tan radicales como no se habían visto en muchas décadas”, señaló Delich. En su diagnóstico, la escuela, que durante casi un siglo funcionó como el monopolio del conocimiento, dejó de ser el único espacio de acceso al saber. Hoy, ese lugar se encuentra en disputa, principalmente debido al impacto de la tecnología. Para el exministro de Educación de Argentina, la irrupción de la inteligencia artificial en el ámbito educativo no solo amplía las oportunidades de acceso a la información, sino que transforma las lógicas pedagógicas tradicionales. “Las máquinas pueden hacer de tutores, enseñar, corregir errores y modificar estrategias pedagógicas. Eso pone en juego el rol del docente y, en consecuencia, el funcionamiento del sistema educativo”, advirtió. El vínculo entre escuela y mundo productivo Andrés Delich, secretario general de la OEI A lo largo de su intervención, Delich insistió en que la transformación de la educación no puede comprenderse aisladamente, sino que debe analizarse en función de las exigencias del mercado laboral contemporáneo. “Discutir las competencias necesarias para los jóvenes hoy es discutir el papel mismo de la escuela”, sostuvo. En este sentido, señaló que las habilidades memorísticas —tradicionalmente valoradas en los modelos escolares clásicos— están perdiendo relevancia frente a la disponibilidad inmediata de información que ofrecen las herramientas digitales. Hacia dónde va la educación: uno de los temas que abordó Andrés Delich en su disertación En su lugar, se vuelve indispensable desarrollar capacidades transversales como el pensamiento crítico, la colaboración, la resolución de problemas complejos y el uso estratégico de tecnologías. “Ya no basta con saber cosas. Lo fundamental es saber hacer con lo que se sabe”, enfatizó Delich, y agregó que los sistemas educativos deben formar sujetos capaces de adaptarse a contextos laborales cambiantes y de aprender de manera continua. El panorama es incierto: “Ni siquiera el mundo laboral sabe exactamente qué profesiones va a necesitar dentro de cinco años”, remarcó. Por ello, el desafío educativo es doble: por un lado, garantizar una formación básica sólida; por otro, construir puentes efectivos con el sector productivo que permitan identificar y anticipar las competencias necesarias para los empleos del futuro. Educación técnica y formación dual Educación, Trabajo y Futuro Productivo En este escenario de transformación, la Organización de Estados Iberoamericanos se presenta como un actor estratégico, con una fuerte presencia territorial y capacidad operativa. Delich comentó que se trabaja en todos los niveles, desde el acompañamiento a ministerios de educación en procesos de reforma curricular, hasta acciones concretas en escuelas, universidades y empresas a través de programas de formación profesional, microcertificaciones y esquemas de formación dual. Una de las principales herramientas institucionales con las que cuenta la OEI es el Instituto de Educación y Productividad, que articula esfuerzos entre empresarios, sindicatos y autoridades educativas. Este enfoque ya se está implementando en diversas provincias argentinas, como Córdoba y Río Negro, y se replica en al menos ocho países de la región. “Nuestra propuesta busca construir un modelo educativo que combine calidad académica con productividad sostenible”, sostuvo. También se abordó la educación técnica, considerada clave para enfrentar las altas tasas de desempleo juvenil y de empleo informal en América Latina. En este marco, la formación dual —que combina educación escolar con prácticas en el ámbito laboral— emerge como una tendencia creciente en la región. “La formación dual en los últimos años de la secundaria es una estrategia regional en expansión”, explicó Delich. La OEI impulsa esta modalidad a través de congresos, debates públicos y el desarrollo de políticas integradas que permitan articular de manera efectiva el sistema educativo con las demandas del sector productivo. “La relación entre educación y trabajo atraviesa tanto a Europa como a América Latina, pero en nuestra región se vuelve aún más urgente”, afirmó. Brechas estructurales y el rol docente frente a la IA Andrés Delich, secretario general de la OEI Sin embargo, no todo el diagnóstico está atravesado por la innovación. Delich fue enfático al señalar que América Latina continúa enfrentando problemas estructurales propios del siglo XX, como elevados niveles de exclusión escolar, bajo rendimiento académico y profundas desigualdades sociales. A estos desafíos se suman los del siglo XXI, como la gobernanza digital, la alfabetización mediática y la integración pedagógica de tecnologías emergentes. “La inteligencia artificial no desarrollará todo su potencial si los docentes no la toman como propia”, advirtió. En su opinión, lejos de reemplazar al profesorado, la IA debe ser entendida como una herramienta que puede potenciar su labor. No obstante, para lograrlo, resulta imprescindible invertir en la formación docente, garantizar el acceso equitativo a los recursos tecnológicos y fomentar una conducción pedagógica clara. Desde la OEI, se promueve la capacitación docente y la difusión de herramientas desarrolladas por organizaciones de la sociedad civil, instituciones educativas y empresas tecnológicas. La personalización del aprendizaje —una de las promesas más ambiciosas de la inteligencia artificial— solo será posible si se sostiene sobre una base pedagógica sólida. En el tramo final de su intervención, Delich propuso repensar el contrato educativo en función de las nuevas exigencias del mundo del trabajo. A su entender, la escuela debe garantizar un piso común de saberes fundamentales: comunicación oral, comprensión lectora, lógica matemática y desarrollo emocional. “El aparato educativo es pesado y llega tarde a las transformaciones tecnológicas. Por eso debe volverse más flexible, pero sin renunciar a su misión esencial”, concluyó.
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