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Parana » Analisis Litoral
Fecha: 12/05/2025 02:28
Lo que alguna vez fue presentado como un ambicioso proyecto para convertir a Concordia en un nodo logístico regional con su propio aeropuerto internacional de cargas, hoy apenas sobrevive como una pista a medio habilitar, útil solamente —con suerte— para vuelos sanitarios y repostaje de combustible. La reciente inspección de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) y del ORSNA (Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos) arrojó algunas observaciones menores, que ahora se intentan “salvar lo más rápido posible”, según fuentes oficiales. El objetivo urgente: al menos lograr que el aeropuerto pueda ser utilizado por la aviación general. Un consuelo menor, teniendo en cuenta los millones de dolares invertidos y las promesas incumplidas. La Unidad Ejecutora Provincial, junto con la empresa adjudicataria de la obra civil (Lemiro Pablo Pietroboni), sigue trabajando para cumplir con los requisitos básicos de habilitación. Uno de los principales escollos sigue siendo la ausencia de una autobomba aeronáutica homologada, indispensable para cualquier operación aérea con mínimas condiciones de seguridad. La solución que se evalúa es casi tragicómica: alquilar o pedir prestada una autobomba usada. Lejos quedó la idea de un aeropuerto modelo, equipado y operativo para recibir vuelos de carga internacional. La mentira del “hub logístico” Cabe recordar que este aeropuerto fue relanzado años atrás como parte de una apuesta estratégica para posicionar a Concordia como un hub logístico en la región del río Uruguay. El entonces ministro de Transporte de la Nación, junto a autoridades provinciales y locales, hablaron de un “antes y un después” para la economía entrerriana. Incluso se prometió que desde aquí saldrían productos locales hacia mercados internacionales, potenciando el desarrollo industrial y exportador. Nada de eso ocurrió. El aeropuerto “Comodoro Pierrestegui” nunca recibibira un solo vuelo de carga internacional. Hoy, ni siquiera puede operar regularmente vuelos comerciales de pasajeros -no hay interes de parte de las lineas aereas que operan en el pais-. Lo que quedó fue una infraestructura moderna si que seguramente sera mantenida a duras penas con fondos públicos del municipio de Concordia, y con una pista que, como mucho, se habilitará para emergencias. En paralelo, se conformo un “pomposo” ente administrativo que estaria trabajando para captar el interes de alguna empresa sque e haga cargo de la “explotación del servicio aéreo”. Otra promesa reciclada, mientras el aeropuerto sigue sin cumplir la función para la que supuestamente fue modernizado. Un símbolo de la desidia y el marketing político El aeropuerto de Concordia es hoy una postal del despilfarro y la improvisación. Lo que pudo ser una oportunidad de desarrollo real, terminó siendo un proyecto inflado de marketing político y carente de planificación. En lugar de conectar a Entre Ríos con el mundo, Concordia quedó conectada con su propia frustración.
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