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Federal » El Federaense
Fecha: 11/05/2025 14:01
La Bombonera fue escenario de una noche que pasará a la historia no solo por el triunfo de Boca por penales en los octavos de final, sino por la inesperada reacción de los hinchas, quienes manifestaron su descontento hacia la Comisión que lidera el mítico Juan Román Riquelme. En un momento de intensa emoción y expectativa, antes de que comenzara la tanda de penales, un cántico resonó en las gradas: “¡La Comisión, la Comisión… que se vayan todos!”. Esta manifestación de malestar, aunque no mencionó directamente el nombre de Riquelme, dejó en claro que la figura del ídolo no es intocable ante el juicio de la afición. El contexto de la protesta Según informan fuentes cercanas a las circunstancias del partido, diversos factores han contribuido a este clima de tensión. La decisión de mantener a Mariano Herrón como entrenador interino, el nombramiento de Fernando Gago como refuerzo, y el bajo rendimiento mostrado por el equipo han llevado a los espectadores a expresar su frustración. Riquelme en el banquillo Durante el transcurso de la tanda definitiva, el propio Riquelme fue observado caminando nerviosamente por la cancha. Su expresión de angustia era evidente, y se le captó murmullando: “Vamos, la concha de la madre…”, casi haciendo eco del sentir de los fanáticos que lo criticaban. Este episodio marca un punto de quiebre, ya que es la primera vez que el estado de su dirección es puesto en tela de juicio por la hinchada. A pesar de que muchos seguidores optaron por permanecer neutrales, el descontento generalizado se hizo notar en muchos sectores de La Bombonera. Reacciones tras el triunfo Una vez consumada la victoria, el debate se trasladó a las redes y a la conversación entre los aficionados. Algunos defendieron la postura de los plateístas, que fueron los más visibles en su protesta, pero el mensaje dejó huella: la figura de Riquelme y su gestión ya no son inmunes a la crítica. Así, el triunfo de Boca, que debió ser un momento de alegría incondicional, se vio matizado por un hecho sin precedentes: la afición, a través de su canto, levantó la voz y empezó a exigir respuestas. Una alerta que trae consigo la incertidumbre sobre la continuidad de un ícono del fútbol argentino en el ámbito directivo.
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