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» tn24
Fecha: 10/05/2025 20:37
Mientras el Gobierno mantiene su postura de no homologar acuerdos salariales que superen el 1% de aumento mensual, crece la presión interna en la Confederación General del Trabajo (CGT) para avanzar con una nueva medida de fuerza nacional contra la administración de Javier Milei. Aunque por el momento la cúpula de la central obrera no ha convocado a una reunión formal, varios dirigentes de peso impulsan un encuentro urgente con el objetivo de definir lo que sería el cuarto paro general desde el inicio del actual gobierno. Argumentan que el nuevo techo a las paritarias representa un obstáculo grave para la recomposición salarial y un motivo suficiente para volver a las calles. A pesar de esas voces, en el sector más moderado de la CGT todavía se evalúan alternativas menos confrontativas, como recurrir a la Justicia para frenar la intervención del Estado en las negociaciones colectivas, al tiempo que cada sindicato continúa con sus reclamos de forma individual. Desde el Gobierno, en tanto, se sostiene una firme negativa a revisar las subas salariales por fuera del margen establecido, lo que alimenta el malestar de distintos sectores gremiales. Uno de los casos más emblemáticos es el del Sindicato de la Alimentación (STIA), conducido por Rodolfo Daer, que ya inició movilizaciones en reclamo de una actualización del 4,5% por pérdida inflacionaria entre mayo de 2024 y abril de 2025. Por su parte, la Federación de Empleados de Comercio (FAECYS), que lidera Armando Cavalieri, se mostró inflexible ante el pedido oficial de revisar el reciente acuerdo del 5,4% acumulado en tres tramos. A pesar de su tradicional perfil dialoguista, Cavalieri consideró que el Gobierno se extralimitó en sus funciones al intentar modificar lo pactado entre sindicatos y empresas. En paralelo, el conflicto docente también se intensifica. Sergio Romero, secretario de Políticas Educativas de la CGT, y Sonia Alesso, de CTERA, exigieron la inmediata reactivación de la Paritaria Nacional Docente, que permanece sin avances desde febrero. Denuncian que los salarios se encuentran por debajo de la línea de pobreza y que la falta de fondos compromete gravemente el derecho a la educación. Con este panorama cada vez más tenso y el índice de inflación de abril próximo a publicarse —se espera una leve baja respecto al 3,7% de marzo—, los gremios aguardan señales del Gobierno. Sin embargo, si no hay cambios en la política salarial oficial, incluso los sectores históricamente más moderados podrían inclinarse por la confrontación directa. “La CGT no va a poder mantenerse al margen de esta situación”, advirtió un histórico dirigente sindical. Si no se destraba el conflicto, el cuarto paro general podría ser inminente.
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