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» Diario Cordoba
Fecha: 09/05/2025 22:24
Lo primero que pide es mantener su anonimato. Lleva más de 35 años trabajando en módulos «conflictivos» de la prisión de Córdoba y ha sido uno de los últimos funcionarios agredidos. Asegura que no es la primera vez que sufre una agresión de este tipo. En este caso, el ataque se produjo «durante el traslado de un preso de la celda de una galería a otra porque había destrozado la suya». Rompió, según cuenta, cristales de la ventana, picaportes y, además, «intentaba levantar a los internos de esa galería, todos ellos con historial delictivo amplio, con delitos de sangre tanto dentro como fuera del centro», sigue narrando el funcionario, que añade además que «el interno se encontraba bajo los efectos de sustancias psicotrópicas» y que «sorpresivamente se abalanzó contra mí dándome un cabezazo en el pecho». A sus compañeros les «propinó patadas, puñetazos y cabezazos». El resultado fue que de cinco intervinientes, «tres resultamos lesionados. Uno con la mano rota, otro con una patada en el rostro y yo policontusionado», concluye. Según explica, los agresores «aprovechan momentos en los que se les retira un pincho, un móvil o cualquier otra sustancia prohibida. No entregan nada voluntariamente sino que se lo tenemos que confiscar. Después de que ellos ofrezcan una oposición muy violenta». En la cárcel, concluye, «un móvil, pastillas y otras sustancias, son objetos prohibidos muy cotizados. Por eso no los entregan tan fácilmente en un cacheo o en la requisa de una celda». Se queja el funcionario de que «las agresiones se penalizan con sanciones mínimas» y se lamenta de que «tampoco se nos considera agentes de la autoridad y nuestro testimonio no tiene crédito». Suscríbete para seguir leyendo
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