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» El Ciudadano
Fecha: 09/05/2025 19:43
Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci era el nombre secular del papa de la Iglesia Católica León XIII, inspiración del que eligió el nuevo pontífice Robert Prevost. El primero, que dirigió el Vaticano entre 1878 y 1903 y fue el impulsor de la influente encíclica Rerum Novarum, consumía una bebida popular en la época que estaba elaborada con cocaína. No es que León XIII fuera usuario recreativo de sustancias hoy consideradas drogas y por eso prohibidas. El Wine Mariani, o Vin Mariani, se promocionaba como un tónico medicinal a base de alcohol y cocaína. Leon XIII, que había nacido en 1810, destacó por sus encíclicas, sus dotes de mediador diplomático, la defensa de la libertad de los esclavos negros en Estados Unidos y la visionaria mirada sobre los efectos de la Revolución Industrial sobre la situación de los trabajadores. Fue, además, el segundo pontífice en longevidad: murió a los 93 años. Otra de sus características, según las crónicas de su tiempo nunca desmentidas, es que en sus viajes siempre llevaba una petaca de Vin Tonique Mariani. Lo mismo que hacía su contemporáneo, el escritor Émile Zola. Zola fue otro innovador al convertirse en el primero de su oficio que influyó en la opinión pública con su carta abierta al presidente de Francia: J’Acusse…!. Justo, contra el aparato estatal y, también, la Iglesia católica. La bebida de muchos famosos La información de la botella del licor señalaba que era indicada «para hombres con exceso de trabajo, mujeres delicadas y niños enfermizos». Los fabricantes del elixir lo recomendaban para casos de «malnutrición, convalecencia, debilidad, agotamiento, gripe, neurastenia». Y por si fuera poco, aseguraban que era «el más fabuloso vigorizante de los órganos sexuales». Esto último, se supone, no era el efecto buscado por León XIII. Entre los consumidores famosos que, además, la recomendaban, hubo muchos literatos. Entre ellos, Henrik Ibsen, Julio Verne, Alejandro Dumas, Arthur Conan Doyle y Robert Louis Stevenson. También reyes y políticos como Victoria de Inglaterra, Jorge de Grecia, Alfonso XIII de España, el Sha de Persia. Y los presidentes estadounidenses William McKinley y Ulysses S. Grant. Burdeos y los Andes La bebida, según su etiqueta, contenía un 11% de «nutritivo vino de Burdeos». Y el añadido, por cada medio litro, de dos onzas (56 gramos) de hojas «especialmente seleccionadas» de coca. Se trata de la especie andina Erythroxylum coca, rica en alcaloides y usada desde hacía mucho en el imperio incaico por sus propiedades estimulantes, anestésicas, terapéuticas y mitigadoras del apetito, la sed y el cansancio. Los frailes que acompañaron a los conquistadores españoles consideraban a la planta un aporte del mismo diablo a la flora desde la misma creación. Es que los quechuas «infieles» que mascaban sus hojas mostraban una agilidad y resistencia muy superior a los «cristianos» durante los trayectos por los senderos de montaña.
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