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CABA » Plazademayo
Fecha: 09/05/2025 14:23
Robert Prevost fue elegido como nuevo Papa de la Iglesia Católica este jueves 8 de mayo y se llamará León XIV. En sus primeras palabras ante la Plaza San Pedro, el nuevo Pontífice le envió un mensaje a su antecesor Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril. Con la imponente fachada de la Basílica de San Pedro como telón de fondo, Robert Francis Prevost realizó su primera aparición pública desde la Logia de las Bendiciones, un momento cargado de simbolismo y marcado por un emotivo recuerdo a su predecesor, el Papa Francisco. La expectación que rodeaba su primera bendición Urbi et Orbi se transformó en un palpable sentimiento de continuidad y gratitud. Desde el mismo balcón que tantas veces acogió la voz de Francisco, su sucesor inició su pontificado con un sentido homenaje. La familiaridad del lugar evocó de inmediato la presencia del pontífice argentino, cuya memoria se hizo aún más vívida en las palabras de Prevost. Con emoción, recordó a Francisco como aquel pastor que “bendecía Roma, daba su bendición al mundo entero, aquella mañana del día de Pascua”. En un llamado a la perseverancia en el espíritu de su antecesor, el nuevo líder de la Iglesia Católica expresó su compromiso de seguir impartiendo esa misma bendición, portando un mensaje de esperanza y fe inquebrantable: “Dios nos quiere bien, Dios los ama a todos, ¡y el mal no prevalecerá! Todos estamos en las manos de Dios. Por lo tanto, sin miedo, unidos mano a mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo nos precede.” Con la mirada puesta en los desafíos del mundo actual, Prevost destacó la necesidad de construir puentes de diálogo y encuentro, un eco del espíritu de apertura que caracterizó el pontificado de Francisco. “El mundo necesita de su luz. La humanidad lo necesita a Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, unos a otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!” exclamó, generando un espontáneo y prolongado aplauso en la plaza, una señal inequívoca de la profunda huella dejada por Jorge Mario Bergoglio. Este momento trascendental culminó con la concesión de la indulgencia plenaria a todos aquellos que recibieron la primera bendición del nuevo Sucesor de Pedro desde la Logia. Este acto simboliza el inicio de un nuevo camino para la Iglesia, una nueva historia que se escribe manteniendo viva la memoria del pasado. El grito unánime de «¡Viva el Papa!» resonó en la plaza, marcando el comienzo de una nueva época de esperanza, unidad y renovación bajo la guía de Robert Francis Prevost. La primera aparición desde la Logia de las Bendiciones se convirtió así en un poderoso símbolo de continuidad apostólica, uniendo el legado de Francisco con el futuro que ahora comienza.
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