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Parana » Vorterix
Fecha: 09/05/2025 03:12
Tamara Rubilar, científica del CONICET, lidera un proyecto que une conocimiento, producción y desarrollo federal: antioxidantes a base de erizos de mar que ya se exportan desde Puerto Madryn. Desde un pequeño pueblo patagónico, Tamara Rubilar demuestra que la innovación científica no necesita estar atada a los grandes centros urbanos. Investigadora del CONICET, lidera la primera empresa de base tecnológica en la Patagonia que produce suplementos antioxidantes a partir de huevas de erizo de mar, con impacto en salud humana y desarrollo económico local. La empresa, surgida tras 20 años de investigación en biología marina, logró trasladar ciencia básica a un producto comercial con certificaciones de calidad y propiedades médicas comprobadas. Desde mejorar la recuperación física y la prolongación celular hasta tratar secuelas del COVID-19, los suplementos se distribuyen en todo el país y se exportan a Estados Unidos. Rubilar subraya el valor de la ciencia pública y su potencial para generar empleo de calidad y soluciones innovadoras incluso lejos de los polos industriales tradicionales. “Las fronteras se borraron con la era digital; hoy se puede innovar desde cualquier punto del país”, afirmó en EL EXPLORADOR La empresa funciona como una transferencia tecnológica del CONICET y fue financiada por una pyme pesquera local. Para Rubilar, el Estado debe seguir apostando a la ciencia como articulador entre conocimiento y producción, y alienta a las y los jóvenes científicos a formarse en Argentina: “La ciencia puede ser un verdadero motor productivo si se la sostiene más allá de los gobiernos de turno”.
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