09/05/2025 08:07
09/05/2025 08:07
09/05/2025 08:06
09/05/2025 08:05
09/05/2025 08:05
09/05/2025 08:05
09/05/2025 08:05
09/05/2025 08:05
09/05/2025 08:05
09/05/2025 08:04
» Diario Cordoba
Fecha: 09/05/2025 01:24
Existen argumentos de ‘autoridad’, de ‘lógica’ o, entre otros, los que se apoyan en la ‘mayoría’. Así, por ejemplo, ‘La mayoría de padres de niños pequeños se une a la moda de los exorbitantes festejos’. Un paradigma con el que más de uno se sentirá vergonzosamente identificado es el de las actuales celebraciones de cumpleaños infantiles. Desconozco cuándo comenzó la costumbre de convertir sencillos encuentros en esperpénticos actos. Se alquila el parque de bolas más atractivo de la ciudad. Los padres y abuelos del cumpleañero realizan un maratón emocional desde que compran todo para el esperado evento hasta que en el día señalado abandonan la sala quienes viven ajenos a la existencia del reloj. Se prepara comida para los infantes y sus familiares, pues atrás quedaron aquellas tímidas fiestas noventeras a las que no acudían los progenitores de los invitados. Ahora todos necesitan comer y beber, en busca de un letargo etílico que oculte el disparate con el que nadie pretende acabar. Los niños deben aprovechar al máximo las atracciones que sirven de excusa para atosigar a quien es el único enlace entre unos y otros. Más tarde, dejan de lado todo para que el ruborizado amiguito sople una única vela, que recuerda que también son historia los palitos de cera. El culmen del despropósito llega, al fin, cuando los incansables pequeñitos entregan gritando los regalos al pobre que no podrá abrir más de veinte presentes al unísono. Soy culpable de haber quedado atrapada en las redes del penoso argumento de ‘mayoría’. Pediré amparo al sentido común para que me ayude a desenmarañar una situación que dista mucho de beneficiar a los pequeños. Quien quiera puede acompañarme en la tarea de deshacer estos horteras nudos. *Lingüista
Ver noticia original