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» Diario Cordoba
Fecha: 09/05/2025 01:24
Más de la mitad de las leyes que se aprueban en nuestro país tienen su origen en Bruselas, un dato que de forma muy gráfica demuestra la relevancia que la política europea tiene hoy en nuestra realidad más cercana. Una realidad que, al mismo tiempo, es más compleja que nunca. La UE se enfrenta hoy a uno de los momentos más difíciles y relevantes desde su fundación. La pandemia primero, la invasión de Ucrania por parte de Rusia con su consecuente crisis energética e inflación después, la llegada de Trump al poder y su giro en la política comercial y de seguridad mundial, el cambio climático y el auge de la extrema derecha, obligan a la Unión Europea a tomar decisiones estratégicas valientes y de largo alcance si quiere sobrevivir. En contexto geopolítico cada vez más adverso, es absolutamente necesario alzar la mirada para que las graves amenazas que tenemos por delante no nos impidan ver la oportunidad de un nuevo liderazgo basado en los valores y principios que lo fundaron. Esta semana conmemoramos el 80 aniversario del fin de la II Guerra Mundial, un período devastador que nos enseñó la necesidad de la unidad, la fortaleza de un Estado del bienestar que garantice derechos fundamentales para todos y, lo que es más relevante, la importancia de aprender del pasado y desplegar todos los esfuerzos políticos y diplomáticos necesarios para preservar la paz. 80 años después, nuestra seguridad vuelve a estar amenazada, lo que nos obliga a fortalecer nuestra autonomía y nuestras capacidades propias, que pasan, sin duda, por invertir en defensa, pero también en preparación y respuesta desde diferentes ángulos. El apagón vivido estos días en la península nos demuestra que las amenazas son múltiples y diversas, y que necesitamos una política de seguridad amplia. La UE debe también acelerar su capacidad competitiva aumentando la inversión en innovación e investigación y desplegando todo el potencial del Pacto Verde. Tiene que poner en claro su mercado interior y proteger a sus sectores industriales y comerciales. Debe, además, diversificar sus alianzas, empezando por la regiones más compatibles como América Latina, y otros actores relevantes de la esfera internacional, sin prejuicios, pero en coherencia con sus valores. Asimismo, tiene que blindar sus principios democráticos, combatiendo decididamente la desinformación y las injerencias externas a través de plataformas digitales propias. Y, por supuesto, debe asumir su compromiso con la paz, el derecho humanitario internacional y la lucha contra la pobreza global. Ahora que celebramos el Día de Europa, y en unas semanas el 40 aniversario de la entrada de España en la UE, es un buen momento para poner en valor el potencial de nuestra unidad política y económica, que en medio de la descomunal tormenta que hoy vivimos, tiene la oportunidad de construir un liderazgo fuerte, diferencial y referente con el que millones de ciudadanos en el mundo se identifican. *Eurodiputada
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