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» Diario Opinion
Fecha: 09/05/2025 01:03
Con la voz firme, Teresa Pereira —vecina del barrio Lote 110 de la ciudad de Formosa— conmovió al Senado de la Nación al exponer con crudeza la dramática realidad que atraviesan miles de familias en la provincia. Su testimonio, brindado en el marco de una audiencia pública, fue un grito desesperado: "Pedimos por favor intervengan Formosa, ayúdennos. Estamos cansados". Desde la imposibilidad de acceder a una vivienda propia hasta la falta de agua potable, escuelas, transporte accesible y atención médica digna, Teresa relató un cuadro de abandono estructural y sometimiento político que muchos viven pero pocos se atreven a denunciar públicamente. "Nosotros no somos dueños de nuestras casas, las casas son a comodato, jamás van a ser nuestras", denunció. "Y si morís, te sacan con tus cosas adentro". La vecina explicó que cada intento de ampliar su vivienda o regularizar su situación fue rechazado. "Ni un ladrillo te dan para mejorar tu casa. Y si construís, es como Dios te ayude". En cuanto a los servicios básicos, denunció: "El agua sale como un chorrito, las 24 horas, y es agua contaminada. No se puede tomar". Su relato se volvió aún más dramático cuando habló de su hermano enfermo y el abandono sanitario: "Está casi postrado. Si llueve, la ambulancia queda a media cuadra. No entra por el barro. O sea que no tiene que enfermarse cuando llueve". Con datos concretos y ejemplos cotidianos, denunció también la falta de escuelas en los barrios 110 y 111: "Mi sobrino tiene que ir al centro, y el boleto cuesta $1.280. ¿Cuántos chicos van a desertar este año? Nos quieren analfabetos". Pero el punto más fuerte de su declaración llegó cuando relató las restricciones a su libertad: "Hace tres años vine a rendir unas materias que adeudo y tuve que ir al Ministerio de la Comunidad y a la comisaría a dejar una nota: dónde voy, por qué, para qué. Porque yo no soy dueña de esa casa, a mí me la presta Gildo, esa es la verdad". También narró su lucha: "Hice huelga de hambre, hice acampe, me enfrenté a Gildo sin conocer a ningún político porque no tenía dónde vivir. Me dieron un módulo y me quisieron someter". Teresa cerró su intervención con un mensaje demoledor: "No pedimos asistencialismo, pedimos recuperar nuestra dignidad. Hablo por los que tienen miedo, por los que no pueden hablar porque les sacan el plan o el módulo. Pero yo no me callo más". El testimonio de Teresa Pereira dejó al descubierto un modelo de clientelismo y precariedad crónica en una provincia gobernada hace casi tres décadas por Gildo Insfrán. Su pedido de intervención federal no fue un capricho, fue un clamor nacido desde el barro y la exclusión .
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