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Federal » El Federaense
Fecha: 08/05/2025 16:06
La Plaza de San Pedro se llenó de alegría y expectativa cuando, a las 18:08 horas, el emblemático humo blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina. Multitudes de personas, emocionadas y ávidas de conocer al nuevo líder de la Iglesia, comenzaron a vitorear, aplaudir y expresar su entusiasmo en este momento histórico. Un gran número de fieles, que aguardaban desde temprano, no pudieron contener su alegría al escuchar los emocionantes gritos de “¡Tenemos Papa!”. Entre ellos se encontraban Sagrario y Javier, una pareja de Cáceres que llegó preparados con un bocadillo para hacer frente a la espera. Este momento era sumamente significativo para ellos, ya que se celebraban sus 25 años de casados, además del primer viaje en avión de Javier. Una jornada significativa El día había comenzado con el sonido de la fumata negra, una señal que indicaba que el cónclave aún no había tomado una decisión. Sin embargo, en la tarde, decidieron cambiar su itinerario y correr hacia la Plaza de San Pedro, donde se respiraba un ambiente de mágica emoción. Sagrario, con gran entusiasmo, comentó: “Soy una suertuda, he rezado para que pasara esto”. El sentimiento en el aire era palpable, con un deseo colectivo por parte de los congregados de que el nuevo Papa continúe la labor de su predecesor, el Papa Francisco. “Queremos que haya continuidad en la fe, que se acerque a los problemas reales que enfrentan las personas hoy”, expresaron varios asistentes. Expectativas de la congregación A medida que la noticia se propagaba, las personas comenzaban a hacerse fotos frente a la chimenea, mientras otros llamaban a sus familiares para compartir la buena nueva. La emoción era indiscutible mientras la multitud se organizaba para tener la mejor visión del nuevo Papa al momento de que este saliera por el balcón. La incertidumbre llenaba el aire, ya que muchos se preguntaban cómo sería el procedimiento a partir de ese momento. “¿Quién dirá ‘Habemus Papa’?”, se oía entre los congregados, un cuestionamiento que añade a la mística de una jornada que sin lugar a dudas quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
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