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» Elterritorio
Fecha: 08/05/2025 15:15
En su primera aparición como Papa, Roberto Prevost brindó un discurso centrado en la paz, la fraternidad, y se acordó de su historia misionera en Perú. jueves 08 de mayo de 2025 | 14:49hs. León VIX hablando ante los ojos del mundo, como líder de la iglesia católica. //Foto: AP. Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el nuevo Papa, León XIV, se dirigió al mundo por primera vez como sucesor de San Pedro. Lo hizo con un tono profundamente espiritual que emocionó a los miles de fieles congregados en la plaza vaticana. "La paz esté con todos ustedes", inició su discurso el cardenal estadounidense Roberto Prevost, elegido como el nuevo Obispo de Roma. En los tramos más significativos de su alocución, hizo mención al Papa emérito Francisco y mandó un saludo especial, en perfecto castellano, al pueblo del Perú. Durante su primera aparición pública, el Papa no solo hizo un repaso emocional de su camino hacia el pontificado, sino que también puso énfasis en la necesidad de una Iglesia que camine unida, que construya puentes de paz y que acompañe a los más vulnerables. "Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, con los brazos abiertos para todos", expresó ante una multitud que lo escuchaba en profundo silencio. León XIV recordó con especial cariño a su predecesor: "Todavía conservamos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco… Hoy me piden dar seguimiento a esa bendición", dijo. Sus palabras, lejos de la pompa, marcaron una continuidad con el estilo pastoral y humano del Papa argentino, cuya influencia parece seguir viva en el nuevo pontífice. "Y si me permiten también una palabra, un saludo... a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú", dijo, visiblemente conmovido. León XIV vivió casi dos décadas en territorio peruano, y su elección fue recibida con gran alegría en ese país. Su vínculo con el pueblo peruano se forjó en el compartir diario, en el trabajo pastoral y en el acompañamiento espiritual que dejó una huella imborrable, mencionan los medios peruanos. Su mensaje estuvo cargado de símbolos, desde la mención a San Agustín -"Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo"- hasta la oración final dedicada a la Virgen María, con la que pidió "unidad y paz para el mundo". Al concluir, concedió la indulgencia plenaria y animó a los fieles a rezar por esta nueva etapa para la Iglesia.
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