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Parana » El Once Digital
Fecha: 08/05/2025 13:30
Alertan sobre particular fenómeno que generará tormentas potencialmente más violentas. En una campaña marcada por los vaivenes climáticos y con una cosecha de soja que avanza con mejores rindes de los previstos, una nueva variable emerge como decisiva para el futuro agrícola: el océano Atlántico. Atrás parece quedar el dominio exclusivo del fenómeno de La Niña y El Niño en el Pacífico, y todo indica que ahora será el Atlántico, con sus temperaturas inusualmente elevadas, el que marque el pulso de las lluvias y, por ende, de la producción. “El Atlántico sigue muy caliente y puede ser nuevamente el factor clave de las lluvias para el próximo ciclo de producción”, advirtió Alfredo Elorriaga, consultor climático de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Y no se trata de una hipótesis aislada: ya ocurrió en el verano pasado, cuando las precipitaciones provenientes del este evitaron una sequía severa en la región pampeana pese a la presencia de una Niña moderada. Elorriaga puso la lupa en las anomalías de temperatura superficial (SST, por sus siglas en inglés) del Atlántico Sur, que según datos de la NOAA (agencia meteorológica de EE.UU.), muestran valores por encima de la media desde septiembre de 2024. Lluvias que salvan cultivos… y tormentas que preocupan “Las temperaturas oceánicas estuvieron ocho meses consecutivos por arriba de los promedios normales, y todo indica que esto continuará, al menos, hasta octubre de 2025. Todos concuerdan en mostrar un calentamiento evidente, o sea una mancha roja en las costas del Río de La Plata y de Sudamérica hasta octubre del 2025. Los datos van en un sentido muy claro y, al menos hasta hoy, no hay argumentos para pensar en que esto pueda cambiar", dijo. Este comportamiento, explicó el especialista, podría ser clave no solo para asegurar una campaña triguera con lluvias normales o superiores a lo habitual, sino también para garantizar buenas condiciones de siembra en primavera para la próxima campaña gruesa. “Mucho más si tenemos en cuenta que en el Pacífico se proyecta una neutralidad que seguirá por lo menos hasta octubre/noviembre”, agregó. De hecho, el impacto ya se sintió. Entre febrero y marzo, en semanas críticas para la soja, las lluvias impulsadas por la circulación del Atlántico ayudaron a recuperar los perfiles de humedad en gran parte de la región pampeana. Los rindes positivos actuales son el resultado. “La región pampeana se salvó de una sequía que podría haberse profundizado como ocurrió en Santiago del Estero o el Chaco”, señaló Elorriaga. Según datos de la NOAA (la agencia meteorológica norteamericano), se registran valores por encima de la media desde septiembre de 2024. El lado oscuro del calor oceánico Pero este calentamiento no está exento de efectos negativos. Para Elorriaga, estas condiciones también podrían favorecer tormentas más violentas. “Con mayores temperaturas, se vuelven más frecuentes los eventos de tiempo extremo. Ya lo vimos este año, y lamentablemente se cumplió. Es de esperar que aumenten la cantidad de fenómenos disruptivos, los eventos de tiempo extremo. Temperaturas más altas que lo normal en la superficie del Océano Atlántico aportan más combustible para que se formen tormentas potencialmente más violentas”, advirtió. En este contexto, los expertos también siguen atentos la evolución en el Pacífico. Según Elorriaga, aunque a fines de 2024 se proyectaba una Niña fuerte, las proyecciones se moderaron y finalmente se observó un evento de intensidad media. Hoy, el Pacífico no muestra señales definidas. “Estamos en igualdad de condiciones ante la posibilidad de una neutralidad negativa o positiva. Por eso, el dato del Pacífico no es relevante ahora, pero sí lo es lo que muestra el Atlántico”, remarcó. Desde otro ángulo, el meteorólogo Leonardo De Benedictis coincidió en que el escenario dominante será la neutralidad, pero advirtió sobre las lecturas simplistas. “Muchos asocian neutralidad con lluvias normales, pero no tiene por qué ser así. Puede haber una gran irregularidad: un mes con lluvias por encima de lo normal, otro por debajo. La neutralidad no garantiza tranquilidad”, indicó. El Atlántico sigue muy caliente y puede ser nuevamente el factor clave de las lluvias para el próximo ciclo de producción. Incertidumbre hacia la segunda parte del año De Benedictis agregó que, si bien un patrón neutral no es mala noticia en términos de reservas hídricas, puede abrir la puerta a eventos extremos localizados. “Claramente no estamos exentos de tener eventos significativos. Los extremos suelen ser acotados pero muy negativos en las zonas donde se desarrollan”, dijo. Para los productores, el mensaje es claro: hay condiciones alentadoras para el trigo y una base hídrica sólida, pero con el Atlántico como actor principal, no se puede bajar la guardia. “De los condicionantes más importantes a nivel planetario, hoy el de mayor peso es el océano Atlántico. Y todo indica que seguirá aportando humedad al menos hasta la primavera”, concluyó Elorriaga. Desde una mirada más prudente, la especialista en clima del INTA, Natalia Gattinoni, proyectó que la campaña triguera transitará bajo condiciones neutrales durante el otoño, invierno y la primera parte de la primavera. Este comportamiento podría ser fundamental para asegurar una campaña triguera con lluvias normales o superiores a lo habitual y garantizar condiciones favorables de siembra en la primavera, de cara a la próxima campaña gruesa. Pronósticos reservados y advertencias para el invierno “Con el pronóstico trimestral, principalmente elaborado en el Servicio Meteorológico Nacional, podemos ver que en región pampeana las chances de transitarlo en condiciones normales son las que prevalecen, aunque con cierta incertidumbre igualmente para el periodo mayo, junio y julio. Y en cuanto a temperatura, en promedio también entre normal a más cálido. Habrá que ir mirando pronósticos a corto plazo con información de eventos como pueden ser heladas y periodos de bajas temperaturas que puedan presentarse”, manifestó. De cara a la segunda parte de la campaña fina, según datos de abril, Gattinoni observó diferencias entre los modelos que complican anticipar si prevalecerá El Niño, La Niña o la neutralidad. “Lo que está prevaleciendo son condiciones neutrales del fenómeno y hay una equidad entre lo que pueda suceder con La Niña y El Niño, equidad en cuanto a las probabilidades, así que hay todavía incertidumbre en cuanto a cómo pueda desarrollarse relacionado con estos fenómenos, hay mucha dispersión entre lo que dicen los modelos, si será Niño, Niña o neutralidad; esto es típico de esta época del año donde los modelos tienden a no ver tan claro lo que pasa en la segunda parte del año”, detalló. Por eso, recomendó seguir los pronósticos de largo plazo, especialmente después del invierno: “Ahí las situaciones en el océano se van y los modelos empiezan a verse con mayor claridad y se puede tener mayor información. Por lo pronto, aún existen incertezas en cuanto a qué podría suceder en la segunda parte del año”. Todos concuerdan en mostrar un calentamiento evidente, o sea una mancha roja en las costas del Río de La Plata y de Sudamérica hasta octubre del 2025. Mejora temporal para la cosecha, pero más lluvias en el horizonte Luego de varios días de inestabilidad con una masa de aire cálido y húmedo, que dejó lluvias importantes, tormentas y posibilidad de granizo en algunas zonas, Gattinoni confirmó que a partir del jueves y viernes esta masa inestable se desplazará hacia el norte-noreste, “dejando un ambiente más estable y más seco, para que se pueda avanzar en la cosecha siempre y cuando se den las condiciones de suelo y de piso para todo el trabajo”. Anticipó además que el próximo evento de lluvia, aunque de corta duración, podría darse hacia el 16 de mayo, aunque los modelos aún no coinciden. Para el resto de mayo, advirtió que “habría nuevamente eventos de lluvia propios de la época”. (Con información de la La Nacion)
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