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  • Grieta gigante avanza sobre un continente: podría partirlo en dos y crear un océano

    Parana » Entreriosya

    Fecha: 08/05/2025 12:51

    África, el segundo continente más grande del mundo, enfrenta un fenómeno geológico sin precedentes que promete modificar para siempre su configuración: En una región específica, una enorme grieta se expande lentamente, abriendo la posibilidad de que en un futuro lejano el continente se divida en dos. Este evento, conocido como el Rift de África Oriental, viene desarrollándose desde hace millones de años, pero ahora es más visible que nunca, dejando claro que la transformación del continente es inevitable. El Rift de África Oriental es una gigantesca grieta geológica que atraviesa el continente a lo largo de más de 6000 kilómetros, desde la región de Afar, en el norte, hasta Zimbabue, en el sur. Durante este proceso, conocido como rifting, las placas tectónicas de la región se separan, estirando y fracturando la corteza terrestre. Este fenómeno ha sido el responsable de la creación de montañas, valles y volcanes, convirtiendo la región en una de las zonas geológicamente más activas del planeta. Lo que antes parecía un proceso imperceptiblemente lento, ahora adquiere nueva relevancia gracias a los avances en ciencia y tecnología, que permiten su observación en tiempo real. Tres placas en movimiento y un continente en jaque La principal causa de esta transformación es el movimiento de las placas tectónicas que forman la superficie terrestre. En el caso del Rift de África Oriental, tres placas están en juego: la somalí, la nubia (africana) y la arábiga. Estas se separan en la región de Afar, dando lugar a un sistema de grietas que dibuja una “Y” geológica sobre el mapa del continente. A medida que estas placas se distancian entre sí, el continente africano se divide lentamente, en un proceso estudiado desde hace décadas y que sigue fascinando a la comunidad científica. Se estima que este fenómeno comenzó hace aproximadamente 35 millones de años, cuando la placa somalí empezó a separarse de la placa nubia. Durante mucho tiempo, avanzó a un ritmo casi imperceptible, de apenas unos milímetros al año, pero en las últimas dos décadas, la velocidad del rifting aumentó y sorprendió a los expertos. Eventos recientes que cambiaron la perspectiva científica En 2005, un acontecimiento clave modificó la comprensión de este proceso: una grieta de 60 kilómetros se abrió de forma repentina en el suelo de Etiopía. “En cuestión de minutos, el terreno se desplazó dos metros”, demostrando que el rifting puede acelerarse mucho más de lo que se creía. Desde entonces, los científicos siguen de cerca el comportamiento de la grieta, intentando prever su evolución. El Rift de África Oriental atraviesa una gran diversidad geológica. La parte oriental recorre países como Etiopía, Kenia y Somalia, mientras que la sección occidental afecta a Uganda, Tanzania y Malawi. La zona se caracteriza por una intensa actividad sísmica y volcánica, con formaciones emblemáticas como el monte Kilimanjaro y el monte Kenia. El proceso de rifting también dio origen a grandes lagos, como el Victoria, el Tanganyika y el Malawi, todos situados en la región de mayor actividad tectónica del continente. ¿Un nuevo océano en camino? Aunque la separación de África avanza lentamente, los científicos creen que la grieta podría dar lugar a un nuevo océano. Según algunos estudios, el rifting terminará formando un mar que separará la placa somalí del resto del continente, creando así una nueva masa continental. Este nuevo territorio incluiría Somalia, Eritrea, Djibouti y partes orientales de Etiopía, Kenia, Tanzania y Mozambique. De concretarse, “el Cuerno de África se convertiría en una isla gigante, separada por un océano que todavía no existe”. Este fenómeno es similar al que dio origen al océano Atlántico hace más de 200 millones de años, cuando África y América del Sur se separaron. Procesos como este, aunque lentos, son claves para entender cómo la Tierra cambia a lo largo de millones de años, y cómo podrían aparecer nuevos mares en el futuro. Los debates sobre la velocidad del cambio Aunque la ciencia señala que este proceso tomará millones de años, la aceleración registrada en las últimas décadas abrió la puerta a nuevas hipótesis. Algunos expertos creen que la separación africana podría producirse en menos tiempo del previsto inicialmente. De hecho, hay quienes afirman que la formación de un nuevo océano podría acelerarse en las próximas décadas, acortando significativamente los plazos. Sin embargo, otros científicos sostienen que el proceso podría estancarse, como ocurrió con la Grieta del Medio Continente en América del Norte, donde el rifting no llegó a generar un océano. Además del debate sobre la velocidad y alcance de la separación, este fenómeno plantea interrogantes sobre sus consecuencias para la vida humana y los ecosistemas locales. Aunque el proceso no representa una amenaza inmediata, los impactos a largo plazo podrían ser significativos. Consecuencias para las personas y el planeta La ruptura del continente podría afectar rutas comerciales clave, como el canal de Suez, una vía crucial para el comercio internacional. Asimismo, la creación de un nuevo océano modificaría los patrones climáticos y ecológicos, alterando ecosistemas que dependen del equilibrio actual. También existen impactos directos en las poblaciones que habitan cerca de la grieta. En 2018, por ejemplo, una grieta de 56 kilómetros se abrió en Kenia, desplazando a miles de personas. Estos episodios, aunque pequeños en comparación con el proceso general, muestran los desafíos que enfrentan las comunidades locales. Mientras tanto, la tecnología moderna sigue aportando datos valiosos sobre la evolución del Rift. Gracias a los satélites y sistemas de monitoreo, los científicos pueden rastrear el movimiento de las placas y medir con precisión la velocidad del rifting. Una ventana al futuro geológico de la Tierra La región del Rift de África Oriental sigue siendo una de las más activas del mundo en términos geológicos, ofreciendo una oportunidad única para entender mejor los procesos que modelan nuestro planeta. Aunque la idea de ver a África separarse en dos pueda parecer lejana, el fenómeno continúa recordándonos que la Tierra está viva y en constante transformación. Mientras los científicos observan atentamente cómo el continente se desgarrará lentamente, la historia de África sigue evolucionando, marcando una nueva era en el estudio de la geología y el destino del planeta. (Infoabe)

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