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» Diario Cordoba
Fecha: 08/05/2025 11:56
Por tercer año consecutivo, la Real Academia cordobesa, que no solo investiga el pasado sino que siempre se muestra sensible a los temas actuales, está celebrando unas muy interesantes jornadas sobre La Mujer en la Historia de Córdoba, en este caso centradas entre el siglo XIX y nuestros días. Con ellas se completa un ciclo recibido con gran interés por el público, fruto del convenio entre la Fundación Cajasol y la institución bicentenaria, que se inició en 2023 con el estudio del periodo comprendido entre la Prehistoria y la época altomedieval, coordinado por José Cosano. La segunda entrega, que vio luego la luz en forma de libro, como lo hizo la primera y lo hará esta última, abarcó la Baja Edad Media y el Antiguo Régimen, siendo sus coordinadoras María Isabel García Cano y Soledad Gómez Navarro. Esta tercera edición incide en el doble objetivo de dar visibilidad a las cordobesas a través del tiempo y poner de manifiesto las distintas esferas, privadas y públicas, en las que ha ido desarrollando su acción. Y además creciendo ellas mismas como personas completas, al pasar del anonimato doméstico a desempeñar un papel reconocido en la sociedad. Una batalla titánica en la que aún queda mucho terreno por conquistar. Como expresaba en la presentación María José Porro, responsable de la tercera parte -que finalizará el 14 de mayo con una dramatización de poemas femeninos-, los temas abordados tienen en cuenta la repercusión de los acontecimientos históricos de la era contemporánea en las cordobesas (de la capital y provincia) y las respuestas que han dado ellas en cada caso, individualmente o en grupo, bien como sujetos tradicionalmente pasivos en un mundo de dominio patriarcal o poniendo en evidencia la necesidad «de un cambio radical que les reconociera un lugar propio en el espacio público, convirtiéndose de este modo en pioneras en el ámbito de oficios liberales o profesiones estatalizadas, o como activistas al borde de la transgresión pública». Es imposible citar aquí a las conferenciantes y títulos de sus trabajos, todos reveladores de las aspiraciones, éxitos o incluso la indiferencia con que Córdoba respondió a sus anhelos, en palabras de la profesora Porro. Pero queden al menos mencionados los temas de análisis para juzgar sobre su calado social: las primeras profesoras y alumnas del Instituto y de la primitiva Escuela de Veterinaria; la infravalorada tarea de las mujeres en los fogones y tabernas hasta su reconocimiento con premios y distinciones; su detallista labor en la joyería y platería sin ocupar puestos de dirección asociativa hasta hace poco; el efecto de la exclaustración en los conventos, no ya en cuanto a los bienes materiales sino a los problemas con que las monjas se enfrentaron fuera del cenobio, o los derivados de los actuales cierres conventuales por falta de vocaciones, que hacen temer por el destino de sus bibliotecas; el mundo del derecho tanto civil como religioso respecto a la celebración de matrimonios en los siglos XIX y XX y los sobrevenidos e inesperados socialmente en el primer cuarto del siglo XXI; el teatro a través de las actrices y la reacción de los espectadores a ciertos personajes por ellas interpretados; la llegada de las más jóvenes al cine como directoras o productoras; y la incorporación femenina al liderazgo político. La investigación historiográfica sobre de género es imprescindible para entender la actualidad. Ayuda a valorar los logros alcanzados y a poner el objetivo en los retos que aguardan en el horizonte. Y a no olvidar que la historia de la mujer es una búsqueda de igualdad y que ésta, ayer y hoy, se consigue a base de resistencia y empuje. *Periodista
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