08/05/2025 13:11
08/05/2025 13:10
08/05/2025 13:09
08/05/2025 13:09
08/05/2025 13:08
08/05/2025 13:08
08/05/2025 13:07
08/05/2025 13:07
08/05/2025 13:07
08/05/2025 13:06
» Elterritorio
Fecha: 08/05/2025 06:48
Vino a estudiar genética y se enamoró de Misiones, su fauna y flora, su gente sí, pero también del mundo fungi. Hoy impulsa en la provincia la biotecnología, la investigación y la producción de hongos adaptógenos, en boga mundialmente miércoles 07 de mayo de 2025 | 7:00hs. Romina transmite la ciencia y su amor por los hongos de una manera grácil, amena y contagiosa. Foto: Joaquín Galiano El mundo fungi parece ajeno, extraño, extraterrestre incluso. Produce fascinación y miedo y todavía alberga profundas lagunas de desconocimiento. Con su misticismo y datos científicos que surgen, une aspectos de la vida que creíamos inconcebibles hace algunos años, de alguna forma son el nexo entre ciencia y espiritualidad más concreto de la actualidad, con esa idea de que todo está conectado amorosamente a través de sus micelios. Como por arte de magia regeneran la tierra, descomponen toda la basura, alimentan, curan y hasta liberan la mente. De ahí que cada vez sean más estudiados. En Misiones, con un clima por demás húmedo, el ‘florecimiento’ de estos seres es natural, y su reconocimiento, taxonomía y profundización sobre beneficios, está incipientemente en pleno auge. Así, charlar con Romina Coniglio, científica cercana, empática, amorosa y por demás entusiasta en el tema, es un lujo necesario a la hora de conocer más sobre nuestro propio universo fungi. En principio contanos qué labor se hace en este área del Instituto de Biotecnología Misiones (InbioMis). Lo que hacemos puntualmente es estudiar cómo los hongos pueden ayudar al mundo a a través de la biotecnología. Acá hay un montón de líneas de investigación que utilizan los hongos, sus enzimas en realidad, para diferentes procesos como bioremediación de ambientes, producción de biocombustibles, hongos medicinales y comestibles. Eso en la parte de investigación. Y después, con el área de Extensión de la Unam, ahora estamos trabajando los extractos de adaptógenos de productores de Misiones. Somos todos investigadores o becarios de Conicet y muchos también trabajamos como docentes. Y todavía, ¿hay mucho por conocer sobre hongos, es un trabajo que viene hace relativamente poco? Sí, hace unos 20 años. Todos sabemos qué animales y qué plantas hay en el mundo, pero como que la funga siempre se deja de lado. Nosotros no nos encargamos de la parte de identificación de especies, eso se hace en Imibio, Iguazú, con el colega Emanuel Grassi. Nosotros hacemos identificación molecular utilizando la técnica de PCR. Le extraemos el ADN, hacemos PCR, lo mandamos a secuenciar y después seguimos investigando con la parte que más nos interesa. ¿Vos siempre te dedicaste a este universo? Siempre me dediqué a este universo. O sea, no hay una carrera de micóloga, pero todos los que nos dedicamos a estudiar alguna parte de los hongos nos llamamos micólogos. Así que sí, puedo decir que soy micóloga o mejor, biotecnóloga de hongos Y ahora, puntualmente, ¿qué es lo que más están trabajando? En este laboratorio se trabajan muchas líneas, somos más de 60 personas trabajando en temas de hongos. La línea que ahora trabajamos con Gabriela (Díaz) es el potencial de los hongos como medicinales. Entonces, estamos analizando los hongos adaptógenos y empezando -porque en investigación los resultados los tenés dentro de 5, 10 años- empenzando a ver: actividad antiviral, actividad antitumoral, capacidad antioxidante. Es algo que tiene un montón de potencial. Y eso a partir de adaptógenos de productores misioneros, ¿no? Sí, pero hay poca producción aún. En toda la provincia encontramos tres personas que lo están haciendo. Entonces también a partir de este proyecto, la idea es incentivar a que más gente produzca los extractos y estudiarlos un poco más. ¿Y qué es lo que se produce actualmente? Y ahora están con cola de pavo, reishi, ericium, cordiceps. Los más tradicionales. Yo también estudio una especie llamada auricularia y sus propiedades antitumorales. No es de las especies más conocidas, pero tiene un montón de potencial. Y viene a abrir un poco el panorama trabajar con hongos de acá, ¿no? Eso es lo importante que se hace. Trabajar con hongos de acá, porque por ahí si vos mandás a pedir un extracto, en general son cepas de otros lados. Entonces está bueno empezar a ver los hongos que tenemos en Misiones. Un poco como nos pasó con los comestibles. Quizás el lactarius que podías recolectar cerca de casa era mucho mejor que el hongo que conseguías en el súper. Totalmente. Yo creo que se hace más recolección acá en Misiones. Conozco muchísimos recolectores, sobre todo de lactarius. Me parece que hubo un crecimiento, aunque todavía hay mucha micofobia, miedo a los hongos, asco a los hongos Pero creo que de a poquito lo estamos superando. Acá también desde Extensión damos un curso que es cultivo de hongos comestibles y enseñamos a cultivar pleurotus. Quizás en el futuro se podría enseñar a cultivar hongos medicinales porque así se asegura uno de utilizar siempre la misma cepa y tener una producción uniforme. ¿Y por qué creés que de repente se hizo tan popular esto, el boom de los adaptógenos? Ay, ¿viste? Porque los hongos siempre estuvieron ahí, ¿no? Pero antes nadie hablaba de reishi ni de melena de león... y creo que que es importante cómo la investigación se acerca a la comunidad. Creo que hubo más investigación en estas áreas, se empezó a mirar un poquito más a los hongos y que la investigación llegue a la gente hace que vos te intereses en eso. Esta conexión: universidad-academia- comunidad. Además, desde la parte empresarial también, acá en el InbioMis, se trabaja mucho con biotecnología que utilizan enzimas de hongos para diferentes procesos. Y como en el mundo el sistema de economía lineal extractivista ya no va más, se tiende a una economía circular donde el desecho de una industria se aprovecha para otro. Entonces, trabajamos con los residuos de la industria: aserrín, bagazo de caña, bagazo de mandioca y cómo se pueden aprovechar utilizando hongos para su extracción. En general las extracciones se hacen con métodos más convencionales como de agua y alcohol y nosotros estamos utilizando las enzimas de hongos para extraer de una manera más eficiente estos compuestos que se encuentran en los residuos de la industria. Entonces, el hongo sí es comestible, es medicinal, pero también tiene una batería enzimática increíble. Es un medio para extraer. Para generar todas estas economías limpias, también se usan los hongos, podemos utilizarlos para reemplazar químicos. Hoy pueden reemplazar procesos que se vienen haciendo históricamente de otra manera. Y por eso hay una fascinación, es como que conectan todo. Sí, los hongos son mucho más importantes de lo que creíamos hace mucho tiempo. Si no existieran, la materia orgánica se acumularía y nos taparía y cuando vos empezás a conocer este mundo, es imposible que no te gusten. Eso sin entrar en el mundo de los hongos psicodélicos, ¿no? Sí, eso también es como un capítulo aparte porque la psilocibina de repente se empezó a estudiar un montón como alternativa en salud mental. En Europa se usa mucho para el tratamiento de condiciones como la depresión, pero acá no, porque es ilegal. Ni siquiera lo podemos estudiar. ¿O sea que no hay estudios en curso? Cada vez se escucha más sobre su efectividad en salud mental. Es ilegal. No podemos. Es como pasaba antes con el cannabis. Está muy en boga a nivel mundial sí y a nivel nacional la prestigiosa editorial El gato y la Caja sacó el libro El Reino, todo sobre hongos. Tema resonante sobre todo porque en Misiones también tenemos estos hongos psilociboides para analizar. Sí, el cucumelo es algo muy cultural e identitario de acá de Misiones, pero la ley no permite estudiarlo aún. Igualmente hoy no sólo los psicodélicos se están empleando a nivel mundial en condiciones mentales sino también los adptogénos. Son una superalternativa y hay mucha gente que los está utilizando. ¿Y qué tienen los adaptógenos de diferente a otras medicinas más tradicionales? Creo que la gente está tendiendo más a lo natural y, en esta búsqueda, los hongos vienen a cumplir con esa demanda. Las propiedades son tan increíbles que cumplen muy bien la demanda de algo natural. Antes se pensaba sólo en las plantas y hoy tenemos a los hongos, un reino completamente diferente con un montón de nuevas posibilidades. Y así como en la naturaleza equilibran, yo creo que los hongos te nivelan, te dan lo que vos necesitás, ¿no? Si tenés ansiedad, te bajan, si necesitás energía, te la dan. Te nivelan, por eso se les dice adaptógenos. ¿Qué es lo que más te gusta de trabajar con hongos? A mí me encanta el mundo fungi, me encanta, ¿sabés qué? La gente. No conozco a nadie que estudie hongos o que se haya puesto a leer un poco sobre hongos que no se fanatice. Me gusta lo que generan, porque cuando vos conocés los hongos, te fanatizás y te encontrás con gente que siente lo mismo. Hoy, por ejemplo, está el Festival de la Funga, que organiza Agustín Ortiz, él es uno de los que produce los extractos. Bueno, poder juntarse en el festival de la funga, a estudiar hongos, a mirar hongos... Lo que más me gusta es ir al monte a recolectar, reconocer. Y esto que decías que haya llegado a la comunidad, que vayas a una Feria Franca y te vendan hongos en escabeche, por ejemplo... ¡Claro! Es que además las propiedades nutricionales que tienen son impresionantes, tienen todos los aminoácidos esenciales, proteína, hidrato de carbono, vitaminas... Son un superalimento. ¿Y qué creés que tiene de particular Misiones en este campo? Además de la humedád óptima.... Sí, la humedad es súper óptima para el crecimiento de los hongos, pero también la cantidad de monte que tenemos. Si ves un mapa satelital no hace falta que sepas dónde está el límite político de Brasil y Paraguay porque Misiones se ve más verde. Y además tenemos más del 50% de biodiversidad de todo el país, entonces para estudiar hongos, estar en Misiones es genial. ¿Cómo llegaste acá para estudiar? Soy genetista, vine a estudiar genética a los 17 años.Y después hice mi tesis de grado y mi beca doctoral ya con este tema y ahora como investigadora de carrera con este tema. Y fui estudiando diferentes cosas. Los hongos son la pasión de tu vida... Es la pasión de mi vida, sí. Además del teatro... Sí.. Bueno, me encanta eso, la pasión con la que estudia la gente de los hongos no la he visto en otra cosa que no fuera artística. Hace como diez años en Oberá se hizo un encuentro sobre hongos en el que vino gente muy grosa de todo del mundo y nos internamos ahí una semana: carpa, monte, laboratorio. Por ahí abrías los ojos a las 3 de la mañana y mirabas afuera y veías la luz del laboratorio encendida. Es decir, había alguien que estaba estudiando algo. Fue una súper experiencia, había un especialista de cada grupo de hongos. Todos los días salíamos a recolectar y estudiábamos en el laboratorio. ¿Y al mundo del arte y el teatro cómo llegaste? De chica, de ver programas infantiles en la tele y querer ser parte, le insistí a mi mamá para hacer teatro. A los 12 empecé a hacer teatro y obviamente al hacer teatro ya no quise más estar en la tele. Y cuando vine a la facu, averigüé dónde hacer teatro. La mayoría de los que somos del teatro acá de Misiones venimos del TeUnam. Pero también era parte del grupo Deja Vú, donde hacíamos teatro experimental. Ahí lo conocí a Lucas (Pérez Campos, su pareja), que ahora seguimos con el grupo Árbolesminí. ¿Qué es lo que más te gustó de Misiones cuando viniste? ¡Guau, fue increíble! Yo me vine a vivir acá y nunca había ido a ninguna otra provincia creo, toda mi familia está en Burzaco, provincia de Buenos Aires. Y me vine a Misiones sin conocer a nadie, nada, Pero llegué y no sé como explicarlo. Tuve una sensación de: ¡Ah, sí, acá es mi lugar! Llegué y a la semana ya estaba adaptadísima. El adaptógeno Coniglio... Sí, la tierra colorada me shockeó, el verde, los colores. Me iba a visitar mi familia y ya quería volver y cuando venía en el colectivo y empezaba a ver los colores de acá ya me daba una emoción... Imaginate, la mayoría de mis colegas que estudiaron genética conmigo se fueron a otros lugares y yo no nunca me quise ir. Me encanta Misiones. Perfil Romina Coniglio Doctora en Ciencias Aplicadas Oriunda de Burzaco, llegó a Misiones para estudiar genética y se enamoró de la Tierra Colorada. Siempre fanatizada por el mundo fungi hoy investiga, ejerce la docencia, recolecta y transmite este amor a través de distintos proyectos. Es doctora en Ciencias Aplicadas, docente investigadora de la Unam-Conicet en el Instituto de Biotecnología Misiones.
Ver noticia original