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» Impactocorrientes
Fecha: 08/05/2025 03:10
Grave denuncia por apremios ilegales en Curuzú Cuatiá: un joven acusa a efectivos policiales de golpiza y vejaciones Carlos Emiliano Torres, un joven oriundo de esta ciudad correntina, denunció públicamente haber sido víctima de apremios ilegales, vejaciones y malos tratos por parte de efectivos policiales de la Comisaría PRIAR, tras asistir a un evento bailable el pasado fin de semana. Compartir en Facebook Compartir en Twitter Según relató a Impacto Corrientes, los hechos ocurrieron en la madrugada del domingo en la pista “Rincón Criollo”, cuando al finalizar el evento —cerca de las 6:30 h— se produjo un operativo policial de desalojo que, según Torres, fue violento y desmedido. “Estábamos en familia, con mi señora, mi cuñada y mi suegro. Cuando terminaba el baile, los policías empezaron a empujar como animales. Me tiraron arriba de unos parlantes y cuando me levanté, me torcieron el brazo y me llevaron por la fuerza”, describió. El denunciante identificó a los agentes que habrían participado en los hechos como el cabo Darío Verón, el cabo Lucas Castillo, el cabo José Soto y la sargento Lucía Maciel. Todos pertenecientes a la Policía Rural (PRIAR). Según Torres, fue subido violentamente a una patrulla y trasladado a la comisaría, donde asegura haber perdido la conciencia y despertado en una celda, golpeado, sucio y sin asistencia. “Me dolía todo el cuerpo, me hice todo encima, no me atendieron y seguían golpeándome. Me escupían, me insultaban, me golpeaban por la espalda”, denunció, señalando especialmente al cabo Verón como principal agresor. El joven sostuvo que su pareja intentó asistirlo, pero fue insultada y luego impedida de ingresar, al igual que un abogado que acudió al lugar. Según su relato, recién tras la intervención del fiscal Oscar Cañete se permitió el acceso del defensor. “El fiscal le dijo a mi señora que si no levantaba cargos, me liberaban ese mismo día”, aseguró. Torres también denunció que fue desnudado y rociado con una manguera con agua fría en un patio externo de la comisaría mientras permanecía herido y sin ropa. Más tarde, fue trasladado al Hospital Civil Fernando Irastorza, donde recibió atención médica. Allí, según indicó, fue atendido último, después de los policías, pese a que presentaba golpes en el torso y una lesión hepática confirmada por tomografía. Finalmente, fue liberado el domingo por la tarde, caminando descalzo y sin custodia hasta encontrarse con su familia. “Me hicieron caminar unas cinco cuadras por piedras, sin zapatos. Se burlaban mientras salía”, dijo. Carlos Emiliano Torres afirma que hasta el momento no ha conseguido representación legal en Curuzú Cuatiá, ya que —según declaró— “nadie quiere tomar el caso por miedo a represalias de la policía”. Este grave testimonio expone una vez más la necesidad urgente de monitoreo independiente sobre el accionar de las fuerzas de seguridad en el interior del país y la garantía de acceso a la justicia para todas las personas.
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