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  • Reforma fiscal con pliego de condiciones, la semilla que sembraron los gobernadores en Paraná

    Parana » Entreriosdiario

    Fecha: 06/05/2025 15:49

    Cruzada federal de seis mandatarios de todos los colores. Un planteo al desnudo de la quita de recursos nacionales y el aumento de obligaciones provinciales. Con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) como conector, seis gobernadores se juntaron en Paraná y mostraron sus prevenciones ante la reforma fiscal que propone Toto Caputo con el super IVA, al tiempo que expresaron una serie de demandas que no son nuevas, pero cobran cada día más volumen. «Recogemos el guante para avanzar en una política tributaria menos regresiva y que apunte a mejorar la competitividad», avisó Frigerio en el cierre de las exposiciones de los gobernadores. Como contó Letra P, los discursos se inscriben en el marco de una reforma impositiva que divide el IVA entre la Nación y las provincias, como parte del acuerdo con el FMI. Al respecto, Pullaro también puntualizó que aunque la carga tributaria de Santa Fe «es ínfima comparativamente con la carga tributaria del gobierno nacional», la provincia se hace cargo de la salud, la educación, la seguridad y «hasta de la infraestructura». Esas referencias se repitieron en cada exposición. Reforma fiscal, sí, pero con más recursos El planteo de reforma fiscal que disparó Toto Caputo fue un tema central del encuentro del CFI en Paraná. La discusión por el sistema tributario nacional es una necesidad de las provincias y los municipios, que ven recortados sus recursos a la vez que aumentadas sus obligaciones. Frigerio habló de «entender que si la Nación arranca con una política, aunque sea gradual, eso nos va a dar un plafón a las provincias para avanzar en reformas». Impuestos al cheque y, sobre todo, las retenciones a las exportaciones agropecuarias forman parte de esa gradualidad que reclaman las provincias, particularmente las de la Región Centro, aunque la demanda es extendida. «Las malditas retenciones al campo y el impuesto al cheque deben eliminarse», pidió Frigerio. El eje está en la coparticipación. En los discursos, pero también en las conversaciones de pasillo del funcionariado, se habló de que se bajan impuestos coparticipables mientras se mantienen los que no lo son. Y todo sin giros a las provincias. En este punto, el impuesto a los combustibles es un ejemplo: se cobra, pero sin giros a los estados subnacionales y, sobre todo, con un abandono total de la trama vial de rutas nacionales. «No hay que tenerle miedo al diálogo», planteó Jalil, quizás el más moderado y escueto. El mandatario catamarqueño se preguntó además «¿qué vamos a hacer con las rutas nacionales?». También fue el único que pidió «hablar del cambio climático». Una crítica módica. Torres no le esquivó al bulto y aseguró: «Estamos dispuestos a dar la discusión hacia una reforma fiscal para ir a una Argentina más justa, que le quite el pie de encima a la producción y el trabajo». Al respecto, planteó que «esa es la revolución que tenemos que dar, una revolución de competitividad». El pampeano Ziliotto clamó: «No queremos que los empresarios paguen impuestos, queremos que paguen salarios», y argumentó en contra de los dichos del Gobierno que sostienen que las provincias son «el problema de la rentabilidad de la economía». Nuevas obligaciones sin plata La quita de recursos fue una queja reiterada, aunque con matices. El más severo fue Kicillof. El resto de sus colegas plantearon el hecho de las nuevas obligaciones que deben afrontar. Paraná ya había sido escenario de un pedido de Frigerio, Pullaro y Martín Llaryora por obra pública y los fondos. El pedido se reitera aunque, ahora, con la cuestión fiscal y tributaria también sobre la mesa. «Las provincias exportadoras aportan mucho más a las arcas nacionales de lo que reciben y tenemos serias falencias en infraestructura que no deberían estar, porque hay muchísimo dinero que se está recaudando con tributos como el impuesto a los combustibles, que pagamos todos, que tiene asignación especifica para el mantenimiento de las rutas, y que con su abandono además de la cuestión de la seguridad, nos quita competitividad», se quejó el chubutense Torres. «Los puertos se caen a pedazos y las rutas son un desastre», redundó. «Así, ¿cómo vamos a exportar más?», se preguntó. «Nuestra producción sale por caminos de tierra», se quejó a su vez Pullaro y pidió más infraestructura energética. «Hoy transitamos uno de los momentos más complejos para la historia de las provincias. Con tan pocos recursos y con tantas responsabilidades», describió Frigerio. «Hay obras que el sector privado nunca va a hacer y el Estado tiene una responsabilidad indelegable y hacemos malabares para cumplir», agregó el entrerriano. Ese tono descriptivo de las carencias por la quita de recursos que comenzó desde el momento cero fue dominante en el encuentro. Axel Kicillof, la mosca en la sopa Aunque en los discursos los gobernadores fueron mesurados y respetuosos, estaba claro que la presencia del bonaerense Kicillof sería la nota de la mañana. Fue, de todos los presentes, el más enfrentado con la Casa Rosada y sus políticas. Por eso avisó sobre su compromiso de «no ser demasiado polémico». Aunque aclaró que «la Argentina de hoy necesita un debate sobre la orientación productiva en una coyuntura tan novedosa e inesperada». «El mundo está viendo cómo cuida lo que tiene», dijo y habló de la «necesidad de cuidar fuentes de trabajo». Rescató que la discusión no se debe seguir guiando por antinomias, como campo o industria. En ese párrafo también se pronunció a favor de la minería. «Rompiendo antinomias podemos discutir qué país necesitamos, quienes conducimos vemos que estamos en momentos decisivos», planteó. «Rifar nuestras empresas no es buena decisión», advirtió. Fuente: Letra P

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