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» Diariopinion
Fecha: 06/05/2025 04:42
Paoltroni, productor agropecuario devenido en legislador, denunció que el modelo formoseño ha logrado consolidarse mediante una combinación peligrosa de "asistencialismo estructural, miedo institucionalizado y aislamiento del resto del país". Según él, Formosa no solo ha quedado rezagada en términos de desarrollo, sino que ha sido deliberadamente empobrecida para sostener el poder político de unos pocos. "Se gobierna desde el látigo o el pan, no desde la ley", sostuvo con crudeza. Paoltroni dibujó un escenario sombrío: más del 70% de la población depende directa o indirectamente del Estado, los medios de comunicación tradicionales están alineados al oficialismo y cualquier voz disidente corre el riesgo de ser marginada. "En Formosa, si vos hablás, perdés. Perdés el laburo, perdés el contrato, perdés el acceso a la salud o a una vivienda. La libertad es para los valientes o para los locos", afirmó. También puso el foco en la desconexión de la provincia respecto al resto del país. "Tenemos rutas abandonadas, trenes fantasmas, y una frontera que se usa más para el contrabando que para el comercio legal. Es intencional. Aislarnos fue una forma de controlarnos. La Formosa profunda no tiene acceso a nada, salvo al miedo", describió con tono grave. Consultado sobre posibles caminos para revertir esta situación, Paoltroni insistió en la necesidad de generar empleo genuino, abrir la provincia al mercado nacional e internacional, y democratizar el acceso a la información. "Hay una Formosa productiva que no se ve. Está dormida, esperando que la dejen crecer. Pero para eso hay que correr el velo del relato, terminar con la cultura del subsidio eterno y devolverle la dignidad a la gente", expresó. Las declaraciones del senador generaron revuelo en redes sociales y reacciones encontradas entre dirigentes locales. Mientras sectores opositores celebraron su valentía, desde el oficialismo provincial lo acusaron de "hacer campaña con la miseria ajena". Pero para el senador, la denuncia no es electoral, sino existencial. "Yo no vine a acomodarme en una banca. Vine a romper el silencio que nos asfixia. Y lo voy a seguir haciendo, aunque moleste", concluyó, dejando en claro que su cruzada contra el modelo formoseño recién comienza.
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