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Diamante » Neonetmusic
Fecha: 05/05/2025 14:13
Una investigación de la Universidad de Cambridge revela que los adolescentes con ansiedad, depresión u otros trastornos emocionales pasan en promedio 50 minutos más al día en redes sociales que sus pares sin estas condiciones. Además, su interacción en estas plataformas es significativamente diferente: son más propensos a compararse con otros, menos capaces de regular su tiempo de uso y más vulnerables a reaccionar emocionalmente ante likes y comentarios. El estudio, publicado en Nature Human Behaviour, analizó datos de 3.340 jóvenes británicos entre 11 y 19 años, combinando encuestas del NHS Digital con evaluaciones clínicas de salud mental. Según Luisa Fassi, autora principal, esta es una de las primeras investigaciones que cruza patrones de uso digital con diagnósticos psiquiátricos confirmados, llenando un vacío en un debate dominado por especulaciones. Los hallazgos muestran contrastes marcados: mientras el 48% de los adolescentes con trastornos “internalizantes” (como depresión) reconocieron compararse frecuentemente con otros en redes, solo el 24% sin estas condiciones admitieron hacerlo. Además, uno de cada cuatro jóvenes con problemas emocionales reportó cambios de ánimo ligados a interacciones digitales, frente a uno de cada ocho en el grupo sin diagnóstico. Fassi advierte que las plataformas podrían estar exacerbando vulnerabilidades preexistentes: “Las redes convierten las amistades en métricas visibles, lo que intensifica la comparación social. Para quienes ya lidian con aislamiento o baja autoestima, esto puede profundizar su malestar”. El estudio también detectó que estos jóvenes son menos propensos a expresar sus emociones reales en línea y tienen mayor dificultad para autorregular su consumo digital. La investigadora subraya la necesidad de estudios longitudinales para determinar si el uso problemático de redes es causa o consecuencia de los trastornos mentales. “Urge investigar cómo distintos contenidos afectan a jóvenes con condiciones específicas, desde TDAH hasta trastornos alimentarios. Sin incluir estas poblaciones, las políticas de bienestar digital seguirán siendo incompletas”, concluye Fassi, destacando la paradoja de que quienes más necesitan apoyo suelen ser los menos considerados en el diseño de estas plataformas. Noticia vista: 60
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