05/05/2025 09:16
05/05/2025 09:15
05/05/2025 09:15
05/05/2025 09:14
05/05/2025 09:14
05/05/2025 09:14
05/05/2025 09:11
05/05/2025 09:11
05/05/2025 09:11
05/05/2025 09:11
» Diario Cordoba
Fecha: 05/05/2025 05:07
-El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Córdoba realizó el año pasado 7.386 actuaciones relacionadas con 6.356 personas, casi un 2% más anual. Usted destaca el incremento de actividad en materia de violencia de género y en los equipos psicosociales. -Nosotros tenemos la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género, que cubre todas las peticiones, salvo las urgentes, que resuelve el médico forense de guardia. Vienen peticiones de todos los órganos judiciales. Este año pasado tuvimos 292 peticiones de intervención, un 22% de incremento. Evidentemente, en violencia de género vemos mucho más, porque tenemos los casos que se ven desde el juzgado de guardia y el número de lesiones se ha mantenido, más o menos, con 444. Los casos en los que hay un procedimiento civil de divorcio o separación, o cualquier otra circunstancia, si hay denuncia de violencia de género, los llevan los juzgados de Violencia de género y los informes nuestros los hace la UVIG. Por ejemplo, el equipo psicosocial se pronuncia sobre medidas civiles. En cambio, en separación, divorcio o modificación de medidas que no hay violencia de género, eso lo llevan los equipos de familia. Son dos equipos distintos y han tenido un incremento importante. -Los informes más solicitados a la UVIG son los que determinan posibles maltratos habituales, con 104 casos el año pasado. ¿Cómo se llega a esa conclusión? No es suficiente con que la víctima lo afirme... -No, y eso es un reproche que algunas veces nos hacen, que cuestionamos en exceso declaraciones. Nuestra labor es una labor pericial en el ámbito penal, fundamentalmente, tenemos que ser muy exquisitos con nuestras afirmaciones. Los equipos están muy formados y saben cómo hacer las cosas, porque se basan no solamente en las declaraciones de la víctima, del denunciado, sino que se le pasan unas pruebas complementarias y se analiza fundamentalmente la existencia de cambios o de huellas. La violencia, cuando es continuada en el tiempo, deja una huella en la víctima. Se producen cambios cognitivos, trastornos, y esos son los que se buscan. La violencia no es la agresión puntual, es algo mucho más extenso y siempre deja huella. -Para quien desconoce su trabajo, parece que los forenses estudian las lesiones que sufren las personas en los diferentes ámbitos de la vida. -Sí, efectivamente. -Otra labor que suele trascender a los medios de comunicación es su análisis de posibles sumisiones químicas. ¿Cada vez se les requiere más para ello? -Sí, porque se piensa más en ello. Hoy a la mínima situación en la que alguien diga «no sé lo que ha pasado» se actúa como si fuese una sospecha de sumisión química. El hospital nos alerta, intentamos hacer las cosas lo más rápido posible. Si han pasado 12 o 24 horas ya es muy difícil encontrar algo. -La cifra de suicidios, 79 el año pasado, es más elevada que la de muertes accidentales (64) y, sin embargo, parece que estas últimas llaman más la atención. ¿La sociedad se resigna? -Se están haciendo cosas en el suicidio, lo que pasa es que quizás no tienen la visibilidad que deberían. Yo hice mi tesis sobre el suicidio en la zona de Priego, porque mi primer destino fue allí. Nosotros tenemos una colaboración con el servicio de Psiquiatría, que está pendiente de firmar un convenio, por la que le estamos dando datos anonimizados sobre todos los suicidios que se están produciendo para que los pongan en relación con sus cifras y tratar de obtener información. Recientemente, creo que se ha publicado el Plan Nacional de Suicidio. Es muy difícil luchar contra eso y a lo mejor habría que dedicar muchísimos más recursos, totalmente de acuerdo. Ahí hay un número de fallecidos muy preocupante, muy preocupante, y Córdoba estaba por encima de la media nacional en su momento y sigue estando, sobre todo, en determinadas zonas. "Hay suicidios muy racionales y suicidios totalmente inexplicables" -La provincia tiene un triángulo importante. Sí, se ha hablado mucho del triángulo del sur, que incluye Iznájar, Rute, Lucena, Priego e incluso Alcalá la Real en Jaén. Hay estudios al respecto, pero como el suicidio no se produce por una causa única, es muy difícil de prevenir. Hay suicidios muy racionales y suicidios totalmente inexplicables. -En los últimos tiempos se han conocido varios fallecimientos por electrocuciones, ¿los accidentes son más frecuentes de lo que se suele pensar? -Muchas veces minusvaloramos el riesgo que existe en determinadas circunstancias. Todos los años hemos tenido muertes por electrocución, eso no es nada raro. -¿La ciudadanía es suficientemente consciente del peligro de los siniestros caseros? -Pues no. Se cometen muchas imprudencias en el domicilio, cuando son los sitios más peligrosos, porque pasamos mucho tiempo en ellos. ¿Quién no se ha subido a una escalera de forma inadecuada? "Lo que te enseña la medicina legal es que hay que aprovechar cada minuto" -Uno de sus temas de estudio es la Sábana Santa. Resulta increíble la información que puede ofrecer un trozo de tela sobre la muerte de una persona. -Es por la imagen que ofrece la Síndone, sobre todo, las técnicas fotográficas que existen hoy, que permiten ampliar con muchísima calidad esas imágenes. Es como si fuese un examen externo de un cadáver, que a veces ofrece muchísima información. Se identifican las lesiones y nos aporta mucha información sobre los padecimientos sufridos por la persona que dio lugar a la impresión en la sábana. -Lleva casi 20 años al frente del IML. ¿Hay algún caso que le haya resultado más llamativo? -A mí me impresionan siempre las muertes violentas de los niños y alguna ha habido, que además tengo la satisfacción personal de que se resolvió por nuestra intervención. Bueno, los casos mediáticos tienen mucha trascendencia también, en el caso Bretón tuvo su trascendencia el informe de imputabilidad, porque defendimos que no tenía ningún tipo de trastorno mental, ni siquiera un trastorno de personalidad. Y eso, en determinadas ocasiones, es difícil de sostener. Existe una impresión generalizada que dice que para hacer eso tiene que estar mal, no, no, una cosa es la locura y otra es la maldad. Hay personas que son malas por naturaleza. Y a los hechos recientes me remito. Lo que te enseña la medicina legal es que hay que aprovechar cada minuto que vives, porque estamos muy habituados a ver personas que el día de ayer estaban perfectamente y de repente han dejado de vivir. Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original