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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 05/05/2025 04:31
El pleno del Senado, durante una sesión realizada el año pasado (Sebastián Alonso) En medio de una evidente tensión en el Senado por la sesión de pasado mañana, en la que se espera la sanción de la ley de Ficha Limpia, el oficialismo intentará incorporar al convite la aprobación de un paquete de ascensos militares, que serían avalados junto a los pliegos que proponen como embajadores argentinos en Estados Unidos y España a Alejandro Oxenford y Wenceslao Bunge Saravia, respectivamente. La posibilidad de sumar un tema al encuentro del miércoles se da en paralelo a una interpretación que realizaría el oficialismo para “acomodar” la sesión del miércoles, de acuerdo con el reglamento y usos y costumbres de la Cámara alta. Es decir: la vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, tendrá que convocar vía decreto -tras lo acordado en la última reunión de Labor Parlamentaria- y con un orden a debatir. Esto no es menor: Villarruel quiere, a toda costa, que el primer punto sea la ratificación de las autoridades de la Cámara alta y, en especial, la luz verde de su nuevo secretario administrativo, Emilio Viramonte, que de lograrlo manejará la caja -y el corazón- del Senado. Viramonte aguarda desde febrero pasado, cuando la sesión preparatoria cayó por falta de quorum. Quienes trabaron dicho encuentro fueron los santacruceños Natalia Gadano -el año pasado tuvo un fuerte cruce verbal con la vicepresidenta- y José María Carambia, quienes asisten o no al recinto de acuerdo a lo que negocien de manera anticipada con la Casa Rosada. Por la trascendencia actual de sus dos votos -sobre 72-, semanas atrás demandaron nada menos que la prosecretaría administrativa del Cuerpo. La vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel (Gustavo Gavotti) Dicho ímpetu habría disminuido, aunque varios dialoguistas y oficialistas los califican desde hace tiempo como los “menos confiables” de la Cámara. Por caso, tras varias semanas de zigzagueos blanquearon el apoyo a Ficha Limpia. Otros aún recuerdan cuando casi voltean la Ley Bases, a sólo horas de la sesión. Pretendieron quedar como las figuras de una jornada que terminó en victoria para el Gobierno. Los santacruceños no son los únicos que están con una lupa encima: desde el último período estival que en los pasillos se oye sobre las intenciones del ex libertario -echado del bloque pero aún aliado, según el caso- Francisco Paoltroni (Formosa), quien sigue con el sueño de convertirse algún día en titular provisional de la Cámara alta, segundo en la sucesión presidencial. El kirchnerismo mira de reojo y espera frustrar a un oficialismo que, desde hace largas semanas, recoleta lugares -quiere 12; ya obtuvo entre ocho y diez- en diversas comisiones para ofrecérselos al Frente de Todos y recomponer los pocos puentes que quedan en pie. Con estos antecedentes frescos y, para evitar riesgos por la falta de quorum, es que los libertarios pretenden dirimir primero la trifulca por las autoridades. Seguido a ello quedarían los embajadores y ascensos militares. También están incluidos unos convenios internacionales y, claro está, Ficha Limpia. Si Viramonte consigue un guiño, tendrá que resolver decenas de quejas que se acumulan en los despachos y de los propios trabajadores, al menos, desde que dejó de tener poder de decisión la ex secretaria administrativa -y eficiente- María Laura Izzo. En la Cámara alta se agregó, a la preocupación por condiciones laborales y la falta de defensa de los gremios sobre la cuestión salarial -APL, de Norberto Di Próspero, el más denostado-, una serie de designaciones que Villarruel y su equipo empujaron en distintas comisiones, sumado a enroques de funcionarios cercanos a ella en áreas muy diferentes a las que asumieron en diciembre de 2023. El senador Francisco Paoltroni fue echado el año pasado del bloque oficialista Uno que aguarda es el flamante ex director de Recursos Humanos Gonzalo Izurieta: desde el entorno de la propia vicepresidenta se vendió que le prometieron, para una supuesta “oxigenación” de la gestión, un cargo más que “interesante” a crear sobre la relación legal con las provincias. Aún no se convirtió en realidad. Los ascensos militares fueron analizados el mes pasado por la comisión de Acuerdos, que comanda Guadalupe Tagliaferri, hoy candidata “larretista” para las elecciones de domingo 18 del corriente mes. En aquella reunión se demoraron los dictámenes de Oxenford y Bunge Saravia por la partida repentina -aunque nada sorpresiva- del titular de la UCR, Martín Lousteau. Recién 24 horas después rubricó ambos despachos. Días atrás, el porteño acompañó los pliegos militares, y es por ello que se pretende incorporarlos a la sesión de pasado mañana. Siempre y cuando no aparezca una cuestión extraña que dilate, una vez más, la definición de Ficha Limpia. Otros espacios, como el PRO, parecen más preocupados por el copyright de la norma que por su sanción.
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