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Concordia » El Heraldo
Fecha: 04/05/2025 19:41
La misión no se sostiene sola. Cada gesto de solidaridad, cada pequeño aporte, es un acto de fe que alimenta la vida de nuestras parroquias, capillas, comunidades rurales, barrios populares, casas de formación, y tantos otros espacios donde el Evangelio se anuncia y se hace vida. La tarea misionera de la Iglesia es inmensa: acompañar a los que sufren, visitar a los enfermos, catequesis para los niños y jóvenes, asistir a los pobres, anunciar a Jesucristo a quienes aún no lo conocen. Para que todo esto sea posible, necesitamos no sólo orar y ofrecer nuestro tiempo, sino también comprometernos a sostener económicamente esta obra de amor. Realizar celebraciones en comunidades distantes implica gastos de combustible, energía eléctrica en los Templos y salones, elementos de limpieza… Tal vez puedas pensar que tu aporte es pequeño frente a tantas necesidades. Pero cuando los pequeños gestos se multiplican en el corazón de la comunidad, se vuelven grandes. Sumate. Una pequeña semilla, sembrada con amor, puede dar frutos inmensos. Al compartir lo que tenemos —lo mucho o lo poco— estamos diciendo: “Aquí estoy, Señor, quiero ser parte de tu misión”. El Domingo del Compartir es también una oportunidad para renovar nuestra conciencia de pertenencia a la Iglesia. No caminamos solos. Como nos insistía el Papa Francisco “estamos todos en la misma barca, nadie se salva solo”. Somos parte de una familia más grande que abraza a todos: desde las grandes ciudades hasta los rincones más alejados del país. Con lo que ofrecemos, no solo sostenemos las actividades de nuestra propia parroquia o capilla. Estamos ayudando también a aquellos lugares donde la comunidad es pequeña, donde los recursos escasean, donde la misión es difícil y hermosa a la vez. Compartir nos hace sentir verdaderamente hermanos. Nuestro mundo tiene hambre de esperanza. Muchos viven atrapados en el desaliento, la soledad o la indiferencia. Pero la esperanza cristiana, esa que se alimenta de la fe, se vuelve luz en medio de las oscuridades. Y la esperanza se comparte: se comparte en un abrazo, en una palabra, en un gesto... y también en una colaboración concreta que permite que la alegría del Evangelio llegue cada vez más lejos. Hoy más que nunca, la Iglesia necesita de nosotros. De vos y de mí. No como obligación, sino como una invitación a la alegría de dar, como nos enseña San Pablo: “Dios ama al que da con alegría” (2 Corintios 9,7). Gracias por cada gesto, por cada colaboración, por cada oración. Gracias por confiar en que, juntos, podemos sostener y hacer crecer la misión de Jesús entre nosotros. Este domingo, te podés realizar tu aporte por medio del Programa FE. Este programa es una propuesta de la Conferencia Episcopal, para la generación de recursos para todas las diócesis de la Argentina. También es un medio para visibilizar la labor que realiza la iglesia en nuestro país. Desde la página web www.programafe.org, podrás gestionar tu donación a la institución con la que te sientas parte. Tu colaboración puede ser realizada a una parroquia en particular o hasta un seminario. Sumate a compartir con generosidad, sabiendo que el Señor multiplica todo lo que se entrega con amor. La esperanza se comparte... ¡y juntos la hacemos crecer! El próximo miércoles comienza el Cónclave en el cual los Cardenales van a elegir al próximo Papa, sucesor del Apóstol San Pedro. Acompañemos con la oración confiada que nos pidieron ellos mismos, los cardenales, quienes confían en que el Espíritu Santo hará su obra en ellos, que “perciben la necesidad de ser sostenidos por la oración de todos los fieles, (…) verdadera fuerza que en la Iglesia favorece la unidad de todos los miembros en el único Cuerpo de Cristo. Ante la grandeza de la tarea inminente y las urgencias de los tiempos actuales, es necesario ante todo hacerse humildes instrumentos de la Sabiduría y de la Providencia infinitas del Padre celestial, en docilidad a la acción del Espíritu Santo. En efecto, Él es el protagonista de la vida del Pueblo de Dios, a quien debemos escuchar, acogiendo lo que dice a la Iglesia”. A partir del lunes los obispos argentinos estaremos reunidos en asamblea plenaria de la conferencia episcopal en la ciudad bonaerense de Pilar.
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