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  • El humor como estrategia para sobrevivir en tiempos difíciles: lo que revelan los expertos

    » Data Chaco

    Fecha: 04/05/2025 15:20

    Cada primer domingo de mayo, el mundo celebra la risa. Lejos de ser un simple gesto espontáneo, reír representa un recurso poderoso para enfrentar el estrés, fortalecer vínculos y mejorar la salud mental y física. Su impacto en la calidad de vida ha sido tema de estudio de diversas disciplinas como la neurología, la psicología y el psicoanálisis. El Día Mundial de la Risa fue impulsado por el médico indio Madan Kataria en 1998, como parte del movimiento Yoga de la Risa. Su objetivo fue destacar el valor terapéutico del humor y promover prácticas grupales que integren la risa como un hábito saludable. Hoy, esa propuesta cuenta con respaldo científico sólido. Desde la neurociencia, la risa involucra múltiples regiones cerebrales. El doctor Roberto Schieffelbein, neurólogo del Hospital Alemán, explicó que se trata de un proceso emocional breve pero intenso, que activa zonas como la amígdala, el hipocampo y el lóbulo prefrontal. A la vez, provoca una liberación de endorfinas y dopamina, neurotransmisores asociados al placer y el bienestar. Además de su efecto placentero, reír genera beneficios concretos sobre el sistema cardiovascular, respiratorio e inmune. Estudios recientes sostienen que estimula el eje hipotálamo-hipofisario y fortalece defensas . La sensación de alivio posterior a una carcajada profunda tiene base fisiológica comprobada. Desde la psicología, la risa aparece como una estrategia de resiliencia. Gabriela González Alemán, doctora en Genética del Comportamiento, señala que sonreír, incluso sin motivo, puede revertir estados negativos. Según sus investigaciones, activar voluntariamente la sonrisa inicia un circuito cerebral que favorece pensamientos positivos y bloquea la queja. Por su parte, desde el psicoanálisis, la risa opera como una descarga emocional. Florencia Casabella, psicóloga y presidenta de la Fundación Potenciar Argentina, plantea que el chiste es una formación del inconsciente. Permite expresar lo reprimido bajo formas aceptables. El humor, en cambio, funciona como defensa psíquica frente al dolor. Sigmund Freud ya había propuesto esta visión: el humor como acto de rebeldía del yo frente a la adversidad. En lugar de sucumbir al sufrimiento, el sujeto se eleva sobre la experiencia y la resignifica . En tiempos de incertidumbre o hipervigilancia social, recuperar esa capacidad se vuelve fundamental. Sin embargo, muchos expertos advierten una crisis del humor en la vida moderna. El estrés crónico, la hiperproductividad y la corrección constante estarían desplazando la risa del ámbito cotidiano. Casabella advierte que la sensibilidad extrema puede inhibir la espontaneidad del chiste. Schieffelbein, en la misma línea, sostiene que vivimos en una sociedad que conspira contra la felicidad. Lo que provoca risa depende del contexto cultural, social y emocional. Lo inesperado, lo incongruente, lo simbólicamente transgresor generan ese impulso. Incluso situaciones extremas pueden desencadenar risa nerviosa como mecanismo de defensa. La risa, entonces, no es solo un síntoma de alegría: es una herramienta compleja para vivir mejor. Notas Relacionadas

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