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Federal » El Federaense
Fecha: 04/05/2025 11:28
En un vibrante espectáculo que quedó grabado en la memoria colectiva, System of a Down aterrizó en el estadio Amalfitani, transformando el barrio de Liniers en el centro de una potente celebración musical. Un estadio repleto de fanáticos ansiosos fue el escenario ideal para una noche que muchos consideraron una deuda saldada con una de las bandas que redefinió el panorama musical mundial. Una Noche Histórica El evento, que trajo reminiscencias del primer show de la banda en GEBA, fue un fiel reflejo de la euforia que se vive en sus conciertos. La energía del lugar, sumada a la pasión del público, creó un ambiente mágico que resonó con cada acorde. La apertura del show estuvo a cargo de la peculiar “Arto”, un himno que marcó el inicio de un ritual que prometía ser inolvidable. La brutalidad de “Attack” hizo estallar la emoción y rompió las tensiones acumuladas entre los asistentes. Un Performance Sin Precedentes El espectáculo fluyó con una intensidad que apenas dio respiro. Con un setlist meticulosamente seleccionado, la banda se aseguró de que cada fan, ya fuera de la vieja guardia o de la nueva ola, tuviera su momento de júbilo. Serj Tankian, a sus 56 años, dejó claro por qué es considerado uno de los mejores vocalistas del mundo. Congresos de gritos guturales, agudos impresionantes y vibratos dignos de la ópera, su interpretación erizó la piel de los presentes. Daron Malakian, infundiendo su energía característica; Shavo Odadjian, con su personalidad enigmática y humorística; y el imponente John Dolmayan, conformaron una alineación inigualable que lanzó un mensaje poderoso de paz y justicia social. Una Conexión Especial A pesar de la distancia geográfica, la cultura armenia que representa la banda se siente cercana al público argentino. La locura y el sentido del humor de los integrantes crean una conexión especial que hace que la audiencia se sienta parte de la experiencia. Esta complicidad entre la banda y sus seguidores fue palpable, transformando el concierto en un evento comunitario. El grupo no solo demostró que tiene mucho más para ofrecer, sino que reafirmó su esencia como banda que representa el corazón y la fuerza de sus seguidores. La íntima relación entre System of a Down y su público argentino es digna de un estadio propio, un espacio que les rinda homenaje a sus contribuciones musicales y los valores que sostienen desde sus inicios.
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