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» Misionesparatodos
Fecha: 04/05/2025 09:30
Desde el 7 de mayo el Colegio de Cardenales más diverso en la historia reciente se reúne para elegir al papa, líder de la Iglesia católica y, a su vez, un poderoso jefe de Estado. Siendo un proceso tradicionalmente hermético y lleno de sorpresas, el cónclave no está exento de tendencias e influencias. ¿Será asiático, africano, europeo o americano? ¿Conservador o reformista? Aquí algunas pistas. Las puertas de la Capilla Sixtina se cierran para comenzar el cónclave, con el mundo atento a quién será el nuevo papa. Las luces sobre un asunto tan complejo están en los protagonistas del proceso. Un total de 133 cardenales, de diversas partes del mundo, órdenes religiosas y tendencias ideológicas, son los miembros del selecto grupo que designará al nuevo obispo de Roma, sucesor de Pedro y líder máximo de la Iglesia católica. Este grupo de religiosos, denominado Colegio de Cardenales, se reúne en el cónclave papal. Un concepto devenido del latín que se refiere a "una habitación cerrada" y que, desde el nombre, ya delata el hermetismo que marca al proceso. Un total hermetismo La tradición religiosa dicta un secretismo especial para esta reunión. Los cardenales no pueden utilizar sus teléfonos, no pueden contactar con el exterior y están bajo un juramento de secreto durante el proceso; un cierre total que aumenta la expectativa y multiplica las predicciones del nombre del nuevo pontífice antes de que salga el humo blanco por la chimenea de la Capilla Sixtina. El arzobispo de la Arquidiócesis de Caracas, Raúl Biord Castillo, rocía agua bendita sobre un retrato del difunto Papa Francisco durante una misa en su honor celebrada en Caracas, el 26 de abril de 2025. AFP - HIRO KOMAE Pero, aunque puertas adentro la exigencia de silencio es total, la mente de los cardenales no está libre de influencias desde el mundo exterior. Cada uno de los miembros del cónclave lleva consigo un cúmulo de experiencias, doctrinas, tendencias políticas y visiones del 'ethos' religioso que inevitablemente impregnan la elección. ¿Cómo se elegirá al sucesor de Francisco? ¿Quiénes son los más opcionados y por qué? Expertos analizan el tema en France 24. La elección de un líder religioso y de un poderoso jefe de Estado El papa no solo es quien comanda espiritualmente a unos 1.400 millones de personas (17% de la población mundial) que profesan la religión católica en el mundo, sino también una figura política con capacidad de maniobra política superior, incluso, a la de varios jefes de Estado en la arena internacional. En tiempos modernos, el papa ha tenido un protagonismo especial en la esfera política exterior, fungiendo especialmente como una suerte de autoridad que busca, básicamente, impulsar la paz en el planeta; un rol que, durante el pontificado de Jorge Bergoglio se vio intensificado. Como ejemplo, el papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril, se pronunció en numerosas ocasiones sobre la ofensiva israelí en la Franja de Gaza, además de impulsar un intento de mediación en la guerra en Ucrania. Por eso, según Hernán Olano, canonista y doctor en Derecho Canónico, la elección del papa no obedece estrictamente a un proceso de reflexión religiosa con un resultado que solamente impactará las entrañas de la Iglesia Católica, sino a una deliberación en torno al "perfil de un líder" que tenga la posibilidad de "enfrentar mejor esos retos globales". El Papa Francisco saluda al presidente ucraniano Volodímir Zelenski a su llegada a una audiencia privada en el Vaticano, 13 de mayo de 2023. © Vatican Media / AFP "Aunque las votaciones se hagan puertas adentro, las preocupaciones sobre temas como persecución religiosa en África, secularización en Europa, tensiones en China, conflictos en Medio Oriente o las dificultades en América Latina sí pesan psicológica y pastoralmente", sostiene Olano en entrevista con France 24. ¿Un papa africano, asiático, europeo o americano?: "el equilibrio geográfico cuenta" Tras ser elegido como pontífice en 2013, el argentino Jorge Bergoglio se convirtió en el primer papa latinoamericano en la historia de la Iglesia católica; un puesto que, hasta ese entonces, había sido reservado casi exclusivamente para hombres originarios del continente europeo. Antes de morir, Francisco utilizó su último consistorio para dejar en claro su deseo de dejar el Colegio de Cardenales más grande de las últimas décadas; uno que sobrepasa a los 120 miembros establecidos por Juan Pablo II. Además, el cónclave de este año será el más diverso geográficamente. Esta vez, 133 cardenales menores de 80 años. de un total de 135 (dos no participarán alegando problemas de salud), representarán a 71 países de todos los continentes: 53 de ellos son europeos, 37 americanos, 23 asiáticos, 18 africanos y 4 de Oceanía. Países como Haití, Cabo Verde, Sudán del Sur, Luxemburgo, Paraguay, Serbia, Malasia, Timor Oriental, Suecia y la República Centroafricana serán representados por primera vez dentro de la Capilla Sixtina en la elección del nuevo papa. El significado simbólico que representó la elección de un papa latinoamericano por primera vez en 2013 y la histórica diversidad geográfica que compone el nuevo cónclave han provocado diversos cuestionamientos en torno a la importancia del origen nacional del nuevo papa. ¿Que Francisco fuera argentino impide que otro latinoamericano sea el nuevo papa? En principio, no. José Yamid Castiblanco, sacerdote jesuita y profesor en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá, apunta para France 24 que la nacionalidad de los cardenales, aunque es un rasgo que sobresale en el nuevo cónclave, posiblemente no sea un factor esencial en el nombramiento del nuevo papa. Después de 25 horas de cónclave, a las 19:06 del 13 de marzo de 2013, la comunidad católica tenía su nuevo papa. Se trataba del cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, de 76 años. Decidió tomar el nombre de “Francisco”. © Osservatore Romano / AFP Figuras como Luis Antonio Tagle, de Filipinas, o Robert Sarah, de Guinea, podrían ser elegidos "en tanto que para los cardenales quede claro que sus perfiles van en consonancia con lo que la Iglesia necesita hoy, no tanto por un respaldo del número de creyentes en sus continentes o países de origen", según Castiblanco. Por su parte, Olano señala que, más que una suerte de "obligación" en torno a la diversificación del origen geográfico del nuevo pontífice, la importancia de la diversidad nacional en el cónclave radica en la intención de universalizar el alcance de la iglesia, "no solo en su palabra, sino también en representación". No obstante, "aunque en teoría los cardenales votan por la persona y no por su pasaporte, en la práctica el equilibrio geográfico cuenta: se busca que la Iglesia sea universal no solo en palabra, sino también en representación", sostuvo el canonista. ¿Conservador o reformista? Otra de las grandes dudas alrededor de la figura del nuevo papa está en la naturaleza de su ideología y postura dentro del catolicismo. El mandato del papa Francisco estuvo marcado por un aire reformista, impulsando agendas que, hasta ese momento, habían sido echadas a un lado por la Iglesia católica y, algunas veces, hasta antagonizadas por la misma. El acercamiento con la comunidad LGBTQ+, el activismo climático, la bandera de la justicia social, el impulso del diálogo interreligioso y la batalla en contra de los escándalos de pedofilia dentro de la Iglesia son algunos de los postulados que marcaron el papado de Francisco, algunos de los cuales no fueron tan bien recibidos desde el ala más conservadora de la religión. Sin embargo, este cónclave está indudablemente sellado por el legado del argentino: 108 de los 133 cardenales que elegirán al nuevo pontífice fueron nombrados por Francisco, en un intento por diversificar el pensamiento dentro de la élite eclesiástica para que pudiera retomar sus ideas tras su fallecimiento. Para elegir al nuevo papa, las reglas católicas establecen que se requiere una mayoría de dos tercios de los asistentes, lo que, en este cónclave, representa el voto positivo de 89 cardenales. Aunque es una realidad que, en su mayoría, los miembros del cónclave han mostrado afinidad con las ideas de Francisco, los expertos aclaran que la elección de un papa es mucho más compleja que una "lucha de bandos" típica de los comicios políticos para elegir nuevos gobernantes en sistemas democráticos. El Papa Francisco saluda a los fieles a su salida tras reunirse durante su visita con Sor Genoveva Jeanningros y la comunidad de trabajadores de ferias y circos en el parque de atracciones de Ostia Lido, cerca de Roma, miércoles 31 de julio de 2024. © AP / Gregorio Borgia El sacerdote Castiblanco explica que, lejos de la politización que imprime el exterior al cónclave, el proceso de elección papal tiene que ver con uno "mucho más espiritual" que con "luchas de poder"; uno en el que, aunque importan las ideologías, se pone el bienestar de la Iglesia por encima. "Es verdad que hay cardenales que tienen tendencias más conservadoras, otros más reformistas… Pero no quiere decir que haya facciones tan claras o que los cardenales voten en bloque", aclara el sacerdote colombiano para este medio, añadiendo su creencia de que el elegido como nuevo papa "es consciente de que va a ser sucesor de Pedro, no sucesor de Francisco". Sobre el peso del conservadurismo en el cónclave y la oposición a los cambios en el discurso católico impulsados por Francisco, Castiblanco duda que el nuevo papa, aunque sea de corte conservador, revierta el trabajo del argentino en el liderazgo eclesiástico. "Creo que quien quede de papa difícilmente va a echar para atrás esta suerte de 'espíritu nuevo' que le aportó el papa Francisco a la Iglesia", afirma para France 24. Los 'papables' reformistas y diplomáticos Después de exponer las influencias y dinámicas internas que podrían definir las tendencias dentro del cónclave, aún queda por responder la pregunta central: ¿entre quiénes está el nuevo papa? La respuesta es extremadamente compleja debido a que un cónclave no es similar a una elección parlamentaria en una democracia occidental, en donde la popularidad de los candidatos puede ser medida con antelación para predecir, más o menos, un resultado en específico. Sin embargo, el acceso a la información y las nuevas tecnologías permiten conocer los perfiles de algunos de los cardenales con más peso dentro del colegio; ideales, tendencias y personalidades que, en el papel, les otorgan más cartas para convertirse en el nuevo papa. En el lado reformista, Luis Antonio Tagle es uno de los personajes que llega como favorito al cónclave, al menos para el mundo exterior. Nacido en Filipinas, es conocido como el "Francisco asiático" por su similitud con la forma del argentino de practicar su fe a través de la justicia social. El Papa Francisco conversa con el cardenal Luis Antonio Gokim Tagle durante el Sínodo sobre la Familia en el Vaticano el 5 de octubre de 2015. © Tiziana Fabi / AFP Con 67 años, Tagle tiene a su favor su edad -menor que la de otros de los papables-, pero también cuenta con un largo historial de experiencias pastorales y académicas, con un doctorado eclesiástico y decenas de obispados y arzobispados alrededor del mundo. Otra de sus cartas fuertes es su experiencia en el ámbito administrativo, aunque también podría ser una de sus mayores debilidades. Desde 2015 fue el dirigente de Caritas Internacional, una organización de la Iglesia para la asistencia, desarrollo y servicio social. Sin embargo, fue destituido en 2022 junto con toda la cúpula directiva de Caritas, tras una auditoría externa que reveló problemas de gestión y mal clima laboral. En Europa, también hay una serie de cardenales que cumplen con creces un perfil diplomático, pragmático y pastoral, que podría ser deseado dentro del ala más progresista del cónclave. Uno de ellos es el cardenal Jean-Claude Hollerich, de Luxemburgo, quien ha sido presidente de los obispos de la Unión Europea, lo que lo convierte en una de las voces de peso dentro del Viejo Continente. Jean-Claude Hollerich bendice a unas monjas tras ser nombrado cardenal, el 5 de octubre de 2019 en Ciudad del Vaticano © Tiziana Fabi / AFP/Archivos Hollerich, de 66 años, se ha mostrado a favor de diversas luchas afines con el legado de Francisco: está a favor del diaconado femenino, la bendición de parejas homosexuales, la flexibilización del celibato para sacerdotes y la lucha contra la crisis climática. La experiencia diplomática le otorga a Hollerich herramientas para continuar con los esfuerzos en el diálogo interreligioso y la apertura social del Vaticano que se impusieron durante el pontificado de Francisco. Pero si los perfiles diplomáticos son privilegiados dentro del cónclave, los italianos Pietro Parolin y Matteo Zuppi son quizás las figuras con más posibilidades de liderar la Iglesia católica. Parolin, de 70 años, ha sido parte del servicio diplomático del Vaticano desde 1986, trabajando en países como Nigeria, Venezuela y México a lo largo de su carrera. El cardenal secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, recibe en el Vaticano al vicepresidente estadounidense J.D. Vance el 19 de abril de 2025. © Vaticano / AFP En 2013, Parolin fue nombrado como secretario de Estado en la Santa Sede, siendo un actor clave en la arena más política de la iglesia. Además, tuvo un rol esencial en la consecución de los acuerdos entre el Vaticano y China. Por su parte, Zuppi representa un perfil, aunque diplomático, más apegado a la figura de Francisco, especialmente en su preocupación por las personas migrantes y los refugiados en el planeta. Con 69 años, el cardenal ha defendido frontalmente a la comunidad migrante dentro de Italia, protagonizando confrontaciones graves con la derecha política del país. Zuppi, conocido como el "Francisco italiano", también es un duro crítico del "liberalismo desbocado", concordando con muchos de los señalamientos económicos y sociales del argentino. El cardenal Matteo Zuppi en una reunión con el Presidente ucraniano en Kiev el 6 de junio de 2023. © AFP / Presidencia de Ucrania "Si el cónclave quiere continuidad, probablemente Zuppi, Tagle o Hollerich tienen ventaja. Si buscan equilibrio o contrapeso, podrían mirar hacia figuras más conservadoras o de otros continentes", expresa Olano. En esa misma sintonía con los postulados de Francisco también destaca el cardenal Peter Turkson, quien ha alcanzado grandes logros en la iglesia, lo que lo convierte en un posible candidato a ser el primer papa del África subsahariana. El religioso, proveniente de Ghana, combina una larga trayectoria pastoral atendiendo a congregaciones en su país con experiencia práctica al frente de varios departamentos del Vaticano, además de destacarse por sus sólidas habilidades comunicativas. Y, asimismo, se incluye en la baraja al cardenal estadounidense Joseph Tobin, de 72 años. Aunque expertos en el Vaticano ven poco probable se elija al primer papa estadounidense de la historia, si lo hicicieraTobin parece el más opcionado. Tobin es el mayor de trece hermanos y ha reconocido ser un alcohólico en recuperación. Es conocido por su actitud de apertura hacia las personas LGBTIQ+ y al respecto escribió en 2017: “en demasiadas partes de nuestra Iglesia, las personas LGBTIQ+ se han sentido no bienvenidas, excluidas e incluso avergonzadas”. Las cartas conservadoras Aunque el cónclave tiene un especial tinte reformista, marcado por los nombramientos de Bergoglio, los defensores de una iglesia más conservadora también tienen participación y posibilidades en este proceso. Robert Sarah, de Guinea, y Péter Erdö, de Hungría, son las cartas fuertes del ala conservadora del cónclave. Sarah encarna una de las heridas más profundas en el catolicismo mundial en los últimos años: la persecución religiosa, siendo una de las voces con más influencia dentro del continente africano. Sin embargo, no ha sido tímido en expresar su desacuerdo con los pilares del papado de Francisco, rechazando medidas como la bendición a parejas homosexuales. El cardenal Robert Sarah sale tras asistir a la reunión de la congregación general en el Vaticano, visto desde Roma, Italia, 2 de mayo de 2025. © Reuters / Guglielmo Mangiapane De su lado, Erdö representa la línea más tradicional de la Iglesia europea, aunque también mostró pragmatismo en su forma de relacionarse con Francisco durante su mandato. Rechaza el aborto, el matrimonio homosexual y el celibato opcional a los sacerdotes, además de tener una postura más conservadora sobre la migración, defendiendo el derecho de los Estados europeos ha negar el acceso irrestricto a refugiados. El cónclave papal ha estado caracterizado por su imprevisibilidad, debido al desconocimiento real de las conversaciones y las tendencias de voto dentro del Vaticano. En 2013, el nombre de Jorge Bergoglio era prácticamente desconocido para el mundo y no aparecía entre los favoritos al momento de iniciar el cónclave. Los acontecimientos que ocurran a puertas cerradas dentro de la Capilla Sixtina en los días de cónclave serán los que definan al nuevo papa, junto con sus tendencias ideológicas y su visión de la Iglesia. Por Maximiliano Pérez Gallardo-France24
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