07/05/2025 08:20
07/05/2025 08:19
07/05/2025 08:17
07/05/2025 08:17
07/05/2025 08:16
07/05/2025 08:16
07/05/2025 08:15
07/05/2025 08:13
07/05/2025 08:12
07/05/2025 08:11
» Sin limites
Fecha: 03/05/2025 21:41
Celebración de hoy Santa Apolonia, Virgen y mártir: Patrona de los odontólogos A Santa Apolonia de Alejandría se le invoca contra el dolor de muelas y es considerada como la patrona de los odontólogos y contra enfermedades dentales Coronilla a la Misericordia Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Domingo y Consagración Consagramos nuestro día al Señor y nos nutrimos de Su Eucaristía pidiendo paz y alegría en nuestras familias y por tus intenciones Lecturas del día Maria, hoy observamos que Pedro y sus compañeros habían trabajado toda la noche sin éxito, pero cuando Jesús les pide que vuelvan a echar las redes, obedecen. A pesar de la fatiga y la incredulidad, su obediencia trae una pesca milagrosa. Presta atención a las lecturas de hoy. Isaías 6,1-2a.3-8. El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo. Unos serafines estaban de pie por encima de él. Y uno gritaba hacia el otro: «¡Santo, santo, santo es el Señor de los ejércitos! Toda la tierra está llena de su gloria». Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa se llenó de humo. Yo dije: «¡Ay de mí, estoy perdido! Porque soy un hombre de labios impuros, y habito en medio de un pueblo de labios impuros; ¡y mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos!». Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar. Él le hizo tocar mi boca, y dijo: «Mira: esto ha tocado tus labios; tu culpa ha sido borrada y tu pecado ha sido expiado». Yo oí la voz del Señor que decía: «¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?». Yo respondí: «¡Aquí estoy: envíame!». Salmo 138(137): A la vista de los ángeles cantaré tus alabanzas, Señor. (R). Te daré gracias, Señor, de todo corazón, porque has escuchado las palabras de mi boca; en presencia de los ángeles cantaré tus alabanzas; adoraré en tu santo templo y daré gracias a tu nombre. /R. Por tu bondad y tu verdad; porque has engrandecido sobre todas las cosas tu nombre y tu promesa. Cuando te llamé, me respondiste; me fortaleciste. /R. Todos los reyes de la tierra te darán gracias, Señor, cuando oigan las palabras de tu boca; y cantarán los caminos del Señor: «Grande es la gloria del Señor». /R. Tu diestra me salva. El Señor completará lo que ha hecho por mí; tu bondad, Señor, permanece para siempre; no abandones la obra de tus manos. /R. 1 Corintios 15,1-11. Hermanos y hermanas, les recuerdo la Buena Noticia que yo les he predicado, que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán creído en vano. Les he transmitido, en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Se apareció a Pedro y después a los Doce. Luego se apareció a más de quinientos hermanos al mismo tiempo, la mayor parte de los cuales vive aún, y algunos han muerto. Además, se apareció a Santiago y a todos los Apóstoles. Por último, se me apareció también a mí, que soy como el fruto de un aborto. Porque yo soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia no fue estéril en mí, sino que yo he trabajado más que todos ellos, aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios que está conmigo. En resumen, tanto ellos como yo, predicamos lo mismo, y esto es lo que ustedes han creído. Lucas 5,1-11. En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador». El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron. Palabra del Señor.
Ver noticia original