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» El Ciudadano
Fecha: 03/05/2025 10:22
Joe Louis Walker, el innovador guitarrista, vocalista y compositor estadounidense, cuya fusión de géneros le dio un nuevo toque al blues moderno, murió de un paro cardíaco este 30 de abril por la noche, a los 75 años. Con una carrera que abarcó más de seis décadas, el electrizante trabajo de guitarra Walker, su candorosa voz y su composición reflexiva dejaron una huella imborrable en la escena del blues contemporáneo. La producción musical de Walker abarcó todo el espectro de la música de raíces estadounidenses, lo que le valió un lugar entre los bluesmen más venerados de su generación. Billboard describió una vez su estilo como “desbordando todos los mapas… blues crudo, góspel jubiloso, el estruendo roquero al estilo Rolling Stones y un R&B desgarrador”. Y en el mismo sentido, añadió: “La guitarra de Walker es impecable y feroz”. Guitarrista brillantemente expresivo, vocalista conmovedor y compositor prolífico, Walker recorrió el mundo durante décadas, pisando los escenarios de festivales de renombre internacional como Glastonbury y Montreux. Sus actuaciones dinámicas llegaron a millones de personas más a través de apariciones en televisión nacional en Late Night with Conan O’Brien, The Don Imus Show y el británico Later… with Jools Holland, consolidando así una fiel base de seguidores internacionales. En noviembre de 2012, Walker se presentó en La Trastienda, en el marco del Buenos Aires Blues Festival. Tuvo una actuación descomunal acompañado por Nasta Súper, la banda local liderada por Rafael Nasta. A lo largo de su carrera, Walker colaboró con íconos como Ike Turner, Bonnie Raitt, Taj Mahal y Steve Cropper; fue telonero de leyendas como Muddy Waters y Thelonious Monk, y contó entre sus amigos y contemporáneos a figuras como Freddie King y Mississippi Fred McDowell. También fue amigo cercano y excompañero de cuarto del virtuoso guitarrista Mike Bloomfield. Su álbum debut de 1986, Cold Is the Night, lanzado por HighTone Records, marcó una llegada contundente y señaló la aparición de una nueva y poderosa voz en el blues. Lanzamientos posteriores en sellos como Verve, Alligator y Stony Plain consolidaron aún más su reputación como uno de los artistas de blues más destacados de su época. The New York Times lo elogió como “un cantante con una voz tipo Cadillac”, y señaló que sus solos “gimen con desesperación blusera”, al tiempo que Rolling Stone lo describió simplemente como “feroz”. Walker fue incluido en el Salón de la Fama del Blues, nombrado USA Fellow por United States Artists y recibió múltiples premios W.C. Handy y Blues Music Awards. También fue reconocido con los prestigiosos Bammy Awards de San Francisco y recibió un premio a la trayectoria por parte de la Mississippi Valley Blues Society. Ampliamente considerado como un “músico de músicos”, Walker se ganó su lugar en el panteón de los grandes cantantes y guitarristas de blues eléctrico junto a B.B. King, Buddy Guy y Robert Cray. Herbie Hancock lo calificó como “un tesoro nacional”; Chick Corea, con su característico ingenio, lo apodó “el Chick Corea del blues”, mientras que Aretha Franklin lo honró de manera simple y definitiva como “el Bluesman”. De hecho, el legado de Walker perdura a través de su vasto catálogo de grabaciones, las generaciones de músicos que inspiró y los incontables fanáticos cuyas vidas fueron conmovidas por su música.
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