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» Radiosudamericana
Fecha: 03/05/2025 04:20
Viernes 02 de Mayo de 2025 - Actualizada a las: 21:22hs. del 02-05-2025 NEGOCIOS Tras semanas de recrudecimiento en la guerra arancelaria, el gobierno asiático reconoció estar evaluando una posible reapertura del diálogo con Washington. Se trata del primer gesto concreto hacia una distensión desde que Donald Trump impusiera las nuevas tarifas. China dio una señal que podría marcar un giro en la escalada comercial con Estados Unidos: el Ministerio de Comercio del país asiático confirmó este viernes que está considerando la posibilidad de entablar conversaciones bilaterales, luego de recibir múltiples mensajes desde Washington manifestando interés en retomar el diálogo. El gesto es interpretado como un posible punto de inflexión, tras el aumento arancelario más severo en más de un siglo aplicado por Donald Trump el mes pasado. Pekín había respondido con represalias similares, profundizando el cortocircuito entre las dos mayores economías del mundo. “Si luchamos, lucharemos hasta el final; si hablamos, la puerta está abierta”, afirmó. “Lo que China quiere subrayar es que en cualquier posible diálogo o conversaciones, si Estados Unidos no corrige sus erróneas medidas arancelarias unilaterales, significa que Estados Unidos no tiene ninguna sinceridad y dañará aún más la confianza mutua entre ambas partes.” “EE. UU. envió recientemente mensajes a China a través de canales relevantes, con el objetivo de iniciar conversaciones”, indicó un comunicado oficial del país oriental, al tiempo que reclamó “sinceridad” por parte de la administración estadounidense y la eliminación de lo que calificó como “medidas erróneas” en materia arancelaria. En el texto, el gobierno chino enfatizó: “Si luchamos, lucharemos hasta el final; si hablamos, la puerta está abierta. Lo que China quiere subrayar es que en cualquier posible diálogo o conversaciones, si Estados Unidos no corrige sus erróneas medidas arancelarias unilaterales, significa que no tiene ninguna sinceridad y dañará aún más la confianza mutua entre ambas partes". La presión económica parece estar empujando a ambos gobiernos hacia la mesa de negociación. En Estados Unidos, una contracción en la actividad económica a inicios del año fue atribuida en gran medida a un anticipo masivo de importaciones para evitar el impacto de los nuevos aranceles, lo que también afectó la confianza del consumidor. Del lado chino, el índice oficial de gerentes de compras reveló la mayor contracción del sector manufacturero desde diciembre de 2023. Los pedidos de exportación tocaron su nivel más bajo en más de dos años. John Gong, exasesor del Ministerio de Comercio chino, comparó el gesto de Pekín con “la primera lluvia tras una larga sequía” y afirmó que ya se estarían definiendo estrategias y figuras clave para encarar un eventual proceso de negociación con Estados Unidos Trabas diplomáticas No obstante, persisten obstáculos. Pekín espera que Washington designe un negociador con aval directo del presidente Donald Trump, que pueda garantizar avances concretos en un eventual acuerdo que el propio presidente estadounidense pueda firmar junto a Xi Jinping. En paralelo, el reciente rediseño del Gabinete de Trump complica aún más la dinámica bilateral: el presidente otorgó al secretario de Estado, Marco Rubio—quien ya había sido sancionado por China -la función adicional de asesor interino de seguridad nacional-. El gesto refuerza su papel en asuntos sensibles para Pekín, como Taiwán o el Mar de China Meridional. En declaraciones al programa de Sean Hannity en Fox News, Rubio reconoció que China busca “un acomodo temporal” y destacó el impacto económico de los aranceles en la economía china. “Los chinos están tendiendo la mano. Quieren reunirse, quieren hablar”, afirmó. A pesar del protagonismo creciente de Rubio, expertos como Frank Lavin, exsubsecretario de Comercio, consideran que las decisiones centrales seguirán estando en manos de figuras como el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y del propio Trump. “Habrá algún tipo de conversación en los próximos días. Ambos quieren al menos una reducción de la tensión”, dijo en Bloomberg TV.
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