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Parana » Vorterix
Fecha: 02/05/2025 15:13
Comenzaron los preparativos finales para el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco, con un fuerte operativo de seguridad en la Capilla Sixtina. Este viernes, el Vaticano inició la instalación de la tradicional chimenea en la Capilla Sixtina, un símbolo inequívoco de que el cónclave que elegirá al nuevo Papa entró en su etapa final. El conducto metálico, visible en la parte superior del edificio, será el encargado de anunciar mediante humo blanco o negro el resultado de las votaciones secretas que comenzarán el 7 de mayo. El cónclave se celebrará tras la muerte del papa Francisco y reunirá a los cardenales electores con el objetivo de definir al próximo líder espiritual de los más de 1.300 millones de católicos en el mundo. La fumata negra indicará que no se ha alcanzado consenso, mientras que la blanca anunciará que un nuevo pontífice ha sido elegido por mayoría de dos tercios. Las papeletas se quemarán en un horno especial junto con compuestos químicos que generan el color del humo. La instalación de la chimenea coincidió con una nueva jornada de reuniones preparatorias en Roma. En las llamadas congregaciones generales, los cardenales —incluso aquellos mayores de 80 años, que no tienen derecho a voto— debatieron sobre la situación actual de la Iglesia, los desafíos del próximo papado y el legado de Francisco en materia de reformas, gobernanza y relaciones interreligiosas. Entre los temas tratados, se destacó la difícil situación financiera del Vaticano y la necesidad de conectar con las nuevas generaciones en un contexto global cada vez más secularizado. También se abordaron cuestiones estructurales, como la caída de vocaciones sacerdotales y los escándalos de abusos cometidos por miembros del clero. En paralelo, el Vaticano desplegó un inédito operativo de seguridad tecnológica para garantizar la absoluta confidencialidad del proceso. La Capilla Sixtina fue blindada con un sistema de aislamiento informático que incluye bloqueadores de frecuencia (jammers) para anular señales inalámbricas, películas anti-drone y anti-láser en los ventanales, y barridos electrónicos en busca de micrófonos ocultos. Los cardenales electores deberán entregar todos sus dispositivos electrónicos antes de ingresar al recinto. Quedarán prohibidos celulares, relojes inteligentes, tablets, computadoras y cualquier aparato con capacidad de conexión o almacenamiento. Toda comunicación durante el cónclave será verbal y presencial. Además, los sistemas informáticos internos han sido desconectados de Internet y trasladados a zonas seguras, como la Biblioteca Apostólica Vaticana. En caso de emergencia, la Gendarmería Vaticana dispondrá de una red de radio encriptada con tecnología de nivel militar, reservada únicamente al personal autorizado. Con estos preparativos avanzados, crecen las expectativas dentro y fuera del Vaticano sobre el perfil que tendrá el nuevo Papa y el rumbo que tomará la Iglesia en un momento decisivo de su historia. Como indica la tradición, solo cuando se vea humo blanco saliendo del techo de la Capilla Sixtina el mundo sabrá que el nuevo pontífice ha sido elegido.
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