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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/05/2025 04:35
Tomás Balmaceda, filósofo y periodista habla sobre la “manósfera”: misoginia y conspiraciones en la adolescencia digital dentro de la FIL 2025 |Crédito: —(Cortesía Ticmas) “Internet es muy grande”, advirtió el filósofo y periodista Tomás Balmaceda en el auditorio de Ticmas durante la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FIL 2025). “Es un terreno con muchos recovecos, con muchos rincones, y uno de esos rincones es la manósfera”. La afirmación cayó como un anzuelo entre el público atento que había llegado para escuchar una de las charlas más esperadas de las jornadas educativas organizadas por Ticmas. Balmaceda, doctor en Filosofía, docente universitario y columnista de Infobae en vivo, fue entrevistado por Patricio Zunini en el marco del ciclo dedicado a la adolescencia, a propósito de la miniserie británica producida por Netflix Adolescencia, de los creadores Jack Thorne y Stephen Graham. En la charla se desplegó un análisis afilado y documentado sobre una subcultura en expansión: la manósfera, un ecosistema digital donde circulan discursos que combinan misoginia, resentimiento juvenil y narrativas conspirativas. Chads, incels y normies, las jerarquías del odio Tomás Balmaceda, doctor en Filosofía, docente y periodista, habló en el auditorio de Ticmas dentro de la FIL 2025 sobre la serie "Adolescencia", la manósfera y otras cuestiones de redes y sociedad que atraviesan a los jóvenes. —(Cortesía Ticmas) La manósfera, explicó Balmaceda, no es un espacio uniforme, sino un entramado de comunidades virtuales, grupos cerrados, foros y algoritmos que refuerzan una visión distorsionada de las relaciones humanas. Según este esquema, los hombres se dividen en tres categorías: los “Chads” (atractivos, exitosos, deseables), los “incels” (célibes involuntarios que no acceden a relaciones afectivas) y los “normies” (la masa intermedia, considerada común o mediocre). “Soy un normie”, bromeó Balmaceda, señalando su propia papada como un marcador de inferioridad en la lógica de estas comunidades, donde los “Chads” tienen quijadas angulosas y éxito garantizado, mientras los “incels” acumulan frustraciones que, muchas veces, se convierten en odio. El problema, agregó, es que “estos espacios empiezan a crecer por los algoritmos de recomendación” y terminan atrapando a usuarios adolescentes que, sin proponérselo, caen en un espiral ideológico que refuerza el resentimiento. Uno de los pilares ideológicos de la también llamada machosfera es la ginecocracia: la idea de que las mujeres han engañado a los hombres haciéndose pasar por el “sexo débil” y obteniendo privilegios legislativos, emocionales y sociales. Para ejemplificar, Balmaceda citó cómo se usan casos reales de hombres agredidos por mujeres como “tokenismo” para construir una narrativa de opresión masculina, sin considerar el peso estadístico real de estos episodios. Además de los incels, la manósfera alberga a los “pick up artists”, autodenominados artistas del levante que promueven estrategias para seducir mujeres desde la manipulación y la humillación. “La idea del ‘no es sí’ es la contracara directa del ‘no es no’”, explicó Balmaceda. Y no sólo hombres participan en estas comunidades: también están las “tradwives”, mujeres que desde redes como TikTok e Instagram promueven un retorno a los roles tradicionales de género. Balmaceda expuso que aunque estas comunidades están gestándose desde hace tiempo en las plataformas digitales, no son “visibles” para todos. Tomó como ejemplo lo que ocurre en la serie Adolescencia: por un lado, la madre del protagonista no sabe cómo es que su hijo está involucrado en estas dinámicas si no salía de su cuarto y “pensó que así se mantenía seguro”; por otro, el detective que “hace quedar como un tonto” a su hijo cuando éste último le señala que para saber qué quiere resolver del caso debe entender cómo es que se comunican los jóvenes. A pesar de la anotación, consideró que es una tarea difícil ser padre o docente, pues como adultos también nos atraviesan diversos problemas que ponen distancia de la parte emocional con nuestros círculos más jóvenes. “Lo ideal sería poder ver lo que ellos ven, hacerlos sentir que alguien los escucha, pero los padres y los docentes dirán ‘pará, estoy tratando de salir del mes, de los problemas sociales, etcétera‘”. “Está a salvo porque lo tengo al lado”, el error de los adultos Tomás Balmaceda, filósofo y periodista habla sobre la “manósfera”: misoginia y conspiraciones en la adolescencia digital dentro de la FIL 2025 |Crédito: —(Cortesía Ticmas) La conversación giró hacia la brecha generacional. Zunini confesó que, aunque da clases a adolescentes desde hace décadas, algunas expresiones que aparecen en la serie “Adolescencia” lo sorprendieron. Balmaceda lo interrumpió con una frase clave: “Están diseñados para que nosotros, los adultos, no sepamos esto”. Ese diseño se ve reforzado por las burbujas algorítmicas. “Vos podés estar todo el día en TikTok y no ver nada de esto porque el algoritmo no te lo muestra”, explicó. Y con una crudeza pedagógica, agregó: “Todo eso pasa en el teléfono de tu hijo o tu hija, que está sentado al lado tuyo mientras vos pensás que está a salvo”. Un adolescente que es excluido o agredido en el aula, probablemente siga siéndolo en redes sociales o grupos de WhatsApp. Los docentes, sostuvo, muchas veces no tienen recursos ni herramientas para intervenir. “Estamos en momentos muy complejos de recomposición salarial”, apuntó. Más adelante, se habló sobre que la violencia simbólica que atraviesa a estas comunidades no se queda en la pantalla. Balmaceda recordó su participación en un informe de UNICEF sobre bullying y destacó un dato revelador: “Cuando los chicos que son víctimas de bullying cuentan cómo lo manejan, en cuarto o quinto lugar está hablar con los padres”. En la conversación, el especialista consideró que esto se debe a una lejanía, no solo generacional, sino emocional. Si bien considero que es una tendencia que puede entenderse, al no generar suficiente confianza con los padres, es algo en lo que se debe trabajar y buscar un punto medio de conciliación, que de hecho, ha sido conflictivo desde hace muchos años. “Es difícil porque no se trata de ser restrictivo, pero tampoco somos amigos. Es un vínculo difícil de tratar de repente”. Por el contrario, el vínculo entre lo escolar y lo digital es cada vez más estrecho. Sobre esa línea, se habló sobre que la violencia probablemente no termine con la vida escolar, sino que marca una vida de represión también en la adultez, debido a que no se trabajan las emociones que surgen a raíz del acoso y de todas estas comunidades digitales a las que ahora están expuestos los jóvenes. Adultez, redes y el siglo de la soledad El diagnóstico de Balmaceda no se limitó a los adolescentes. También se refirió a los cambios en las relaciones adultas y cómo las redes han modelado una soledad no buscada. A propósito del décimo aniversario de Tinder, analizó por qué nos cuesta tanto vincularnos: “Las apps nos apabullan con opciones y nos enseñaron a no mostrarnos como somos”. “Somos un poco puercoespines digitales”, dijo, citando al filósofo italiano David Sisto. Como el animal que no puede abrazar sin lastimar, los adultos contemporáneos muchas veces se acercan con desconfianza, ocultos tras filtros y perfiles curados, incapaces de establecer vínculos genuinos. “No pensemos la tecnología aislada de lo que nos pasa”, insistió Balmaceda al cierre. En esa afirmación se condensa el espíritu de su intervención: la manósfera no es un fenómeno aislado, sino un síntoma más de un entramado social que mezcla desigualdad, desinformación y falta de contención. La charla, profunda y por momentos inquietante, dejó flotando una pregunta urgente: ¿estamos, como adultos, preparados para acompañar a nuestras y nuestros adolescentes en un mundo digital que apenas entendemos?
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