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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/05/2025 22:31
El lujo de RIcardo Centurión en Bolivia Ricardo Centurión encontró una nueva oportunidad en el fútbol boliviano. Si bien su debut se dio después de 728 días de inactividad, el volante surgido de Racing se fue adaptando a su nuevo equipo, Oriente Petrolero. El Wachiturro tuvo su resurrección en la derrota contra Always Ready por la tercera fecha del campeonato doméstico, pero en su última presentación adquirió la titularidad por primera vez: fue en el empate contra San Antonio Bulo Bulo, que concluyó 1 a 1. Más allá del resultado, la figura con pasado en Boca, San Lorenzo, Vélez y Barracas Central dejó su sello con su estilo característico. A pura pisada, con una técnica individual magnífica, Ricky ridiculizó a uno de sus rivales y los espectadores lo celebraron con el tradicional ¡ole! que bajó de las tribunas. Además, el lujo fue acompañado con un caño hermoso, que expuso todo el potrero que cosechó durante su infancia. Después de su último partido con Barracas Central en abril de 2023, Centurión se borró del mapa futbolístico. No fue una decisión táctica, ni contractual: fue personal. “Desaparecí del fútbol por un tema personal. No la pasé bien. Hoy en día me siento bien. Empecé a disfrutar lo que había perdido. No me había olvidado de jugar al fútbol, pero sí de lo que es la vida”, sostuvo en una reciente entrevista brindad a TyC Sports. El testimonio que brindó tras su regreso a las canchas no solo estuvo enfocado en lo deportivo, sino también en un proceso interno de transformación. “Las ganas se me habían ido. Cuando perdés la motivación, cuando ya no le encontrás sentido a lo que gira todo en tu mundo, ahí sentís que los brazos empiezan a bajar. Pero siempre creí en mí”, sostuvo. Y agregó: “Sentía que esto era una ola en mi vida. Si fue larga o corta lo veré, pero ahora estoy comprobándome”. En ese tiempo de introspección, aseguró que aprendió a dejarse ayudar. “No hay ayuda suficiente cuando uno no quiere dejarse ayudar. Es fundamental entender eso. Mi mamá, mi compañera que está acá conmigo, y mi hija fueron claves. Me cayó la ficha: no era por ahí, era por acá. Yo quería estar bien, pero había una pared que no me dejaba pensar con claridad”. El regreso al fútbol fue acompañado por un cambio de vida. “Me hacía falta salir del país, de mi zona de confort”, explicó. “Me estoy planteando objetivos cortos, no solo en el fútbol, también en la vida y en la salud. Si no hay salud, es casi imposible. Estoy cuidándome, dejando que mi voz interna me guíe día a día, con la comida, el descanso. Tengo 32, pero estuve dos años sin jugar. Este mes me trajo dolores y cargas musculares que no son normales. Fui un privilegiado físicamente, pero los dolores vienen del parate, como cuando dejás un auto mucho tiempo parado”. Y agregó: “No reniego del Centurión de etapas anteriores. Pero hoy soy un Centurión más completo: como padre, como tío, en lo humano. Estoy en una etapa de mucha madurez. Quiero equilibrar lo futbolístico con la vida. Cuidar mi imagen, que es un prestigio. Me admiro a mí mismo por estar acá, enfrentando todo tipo de obstáculos”. Si bien Oriente Petrolero todavía no ha podido ganar en lo que va del campeonato, Ricky disfruta de lo que más sabe hacer: jugar a la pelota. En 5 presentaciones, el combinado del altiplano empató tres compromisos y perdió otros dos. El torneo recién comienza, pero lo más importante es la felicidad de la figura que también dejó su huella en el Genoa de Italia.
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