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» SL24
Fecha: 01/05/2025 15:05
Facebook Twitter LinkedIn WhatsApp El Sindicato de Trabajadores Municipales de San Lorenzo (SITRAM), que lidera Edgardo Quiroga, anunció el cese definitivo del sistema de emergencias médicas a domicilio, uno de los servicios más visibles de la gestión gremial en los últimos años. La decisión fue informada este lunes mediante un comunicado oficial dirigido a los afiliados, en el que se señala una crisis financiera insostenible como la causa principal. “Ingresan menos del 50% de los recursos necesarios para sostener el servicio”, dice el texto que circuló por WhatsApp entre los municipales sanlorencinos. La medida incluye también la suspensión de los descuentos por ‘retención social sindical’ que se realizaban sobre los haberes de los afiliados. Un sistema que nació en pandemia y muere en silencio El servicio, que comenzó a funcionar durante la emergencia sanitaria por COVID-19 en 2021, fue presentado en su momento como un hito de autogestión sindical. Con móviles propios, médicos, enfermeros, operadoras y medicación gratuita, el sistema se erigió como alternativa a los prestadores privados e incluso estatales. Hoy, apenas tres años después, desaparece. En el comunicado, la comisión directiva remarca que el servicio “casi nunca fue valorado por nuestros compañeros” y destaca que su nacimiento fue fruto de la “unidad y esfuerzo de los municipales”. Embargo judicial, accidente y amputación Pero más allá del déficit operativo, el colapso del sistema está íntimamente ligado a una causa judicial millonaria que golpea al gremio: en abril de 2023, una ambulancia del SITRAM atropelló a una motociclista en barrio Islas Malvinas. La mujer sufrió una fractura expuesta que derivó en la amputación de una pierna. Mirá también El imperio judicial de Bailaque se desmorona: pidieron su prisión preventiva En diciembre de ese año, el Juzgado notificó un embargo por más de 400 millones de pesos, que recayó sobre las cuentas del sindicato. La medida fue dirigida también a la Municipalidad de San Lorenzo, como responsable solidaria de los descuentos sindicales. Desde entonces, el gremio entró en una espiral descendente. Un viejo ladero del Perro Santillán y de Herme Juárez Edgardo Quiroga no es un dirigente más. En los años 90 se formó políticamente junto a Carlos “Perro” Santillán, el líder combativo de los municipales jujeños. Luego, en pleno auge del complejo sojero durante los gobiernos kirchneristas, fue mano derecha de Herme Juárez, el histórico secretario del SUPA (Sindicato de Portuarios), con quien compartió el ideal de enfrentar a las grandes cerealeras. Durante más de una década, Quiroga alimentó la idea de construir un “poder sindical paralelo” que disputara espacios de poder con las patronales agroexportadoras. En ese intento, incluso intentó cooptar gremios de seguridad privada, con quienes organizó piquetes y bloqueos sobre la Ruta Nacional 11, en reclamo de mejoras para contratistas y tercerizados. Aquella escalada terminó en tragedia: un camionero atropelló y mató a un trabajador en uno de esos bloqueos, lo que marcó un antes y un después en su proyecto político-sindical. El derrumbe de una gestión La caída del sistema de emergencias médicas no es solo la caída de un servicio: es el símbolo de la pérdida de poder de una conducción gremial que supo estar en el centro de la escena sindical regional, y hoy se enfrenta a su peor crisis financiera, judicial y política. El SITRAM, que llegó a tener más de 500 afiliados activos, hoy enfrenta demandas civiles, pérdida de legitimidad y una creciente presión interna. Por ahora, la única certeza es que el sistema de ambulancias ya no funciona, y que el futuro del sindicato está más incierto que nunca.
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