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Federal » El Federaense
Fecha: 01/05/2025 06:11
La situación actual en Nicaragua ha sido objeto de severas críticas por parte de organismos internacionales, especialmente de la ONU, que ha señalado al régimen de Daniel Ortega como un verdadero bastión de represión. Según Reed Bródy, abogado y miembro del Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU, el gobierno nicaragüense ha amalgamado sus estructuras con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), creando así una maquinaria de represión que opera de manera eficiente y brutal. Una Constitución Sin Precedentes Bródy, quien ha sido apodado el “cazador de dictadores”, manifestó que la reciente reforma constitucional promulgada en el país es “grotesca” y “sin parangón”. Esta nueva constitución le otorga a la presidencia un poder sin precedentes, concentrando de manera alarmante las autoridades, lo que a su juicio, representa una clara amenaza a las libertades y derechos humanos. “Nunca ha existido un marco legal similar en ningún otro país”, afirmó durante su intervención en un foro organizado en Costa Rica. Un Sistema de Control Absoluto El eje del control ejercido por Ortega y su esposa, Rosario Murillo, se basa en un extendido aparato de inteligencia que penetra todos los niveles de la sociedad. Con un enfoque en el miedo, la censura y la persecución, este régimen no deja espacio para la disidencia. Desde 2018, cuando comenzaron las protestas masivas contra reformas a la seguridad social, el país ha visto cómo la represión ha evolucionado, llegando a culminar en acciones letales donde más de 350 ciudadanos perdieron la vida. La Estrategia Represiva La represión ha ido cambiando de forma, volviéndose más selectiva, pero constante, y ahora tiene un objetivo claro: el control absoluto de la población. Las personas que aún se encuentran en Nicaragua viven bajo un régimen de vigilancia constante, y quienes se atreven a rebelarse enfrentan la posibilidad de apatridia o exilio. Además, los crímenes de lesa humanidad, como la persecución política y los ataques sistemáticos contra la población, son encarados por un gobierno que busca eliminar todo vestigio de oposición. Documentar los Abusos Ante este sombrío panorama, el abogado Bródy instó a las víctimas a registrar las violaciones sufridas, dadas las posibilidades futuras de justicia. “Ningún régimen autoritario es eterno”, enfatizó en su intervención, subrayando la importancia de la documentación para fines de reparación y justicia. Un Contexto Crítico Desde abril de 2018, Nicaragua se sumerge en una profunda crisis política que se agudizó tras las elecciones de noviembre de 2021, donde Ortega fue reelegido de manera ilegítima, mientras que los líderes opositores enfrentaron encarcelamientos y persecuciones. Este contexto no solo ha desgastado la estructura política del país, sino que también ha llevado a la comunidad internacional a cuestionar la legitimidad del gobierno actual. Los participantes del foro, junto a Bródy, incluyeron a María Pía Alvira de Civil Rights Defenders y Eduardo González Cuevas, experto en justicia transicional, quienes también abrieron el debate sobre estos temas críticos en un contexto en el que la lucha por los derechos fundamentales sigue siendo una constante.
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