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» Noticias del 6
Fecha: 30/04/2025 17:36
En el marco del Congreso Internacional de Neurofonoeducación, el neuropsicoeducador Julio Pereyra abordó los desafíos actuales en los procesos de enseñanza-aprendizaje, especialmente en contextos donde intervienen neurodivergencias y situaciones sociales complejas. El evento tuvo como eje central la accesibilidad cognitiva y la formación docente con enfoque neurocientífico. “Lo importante no es solo atender, sino entender. Hay que entender qué implica un diagnóstico y qué implica un proceso de aprendizaje”, señaló Pereyra durante su participación. Explicó que el trabajo educativo debe considerar no solo los aspectos didácticos y pedagógicos tradicionales, sino también los fundamentos biológicos del aprendizaje vinculados a las redes sinápticas, la memoria de trabajo y las respuestas sensoriales. Consultado sobre las diferencias entre personas neurotípicas y neurodivergentes, el especialista explicó: Se aprende distinto, a través de otros estímulos. Muchas veces, para transformar una experiencia del lenguaje, hay que pasar por una experiencia sensoperceptiva y no solo lingüística”. Julio Pereyra, neuropsicoeducador Agregó que comparte estrategias y materiales diseñados para facilitar el acceso al conocimiento de estudiantes con dislexia, discalculia, dispraxia, autismo o afasias. Respecto a la inclusión, Pereyra subrayó que no alcanza con tener normas o discursos. “A veces el docente dice: ‘Yo no estoy preparado para trabajar con niños especiales’. No es discriminación, es falta de herramientas. Si no tengo los recursos, siento que puedo perjudicar el proceso de un chico”, indicó. Por eso, remarcó que estos espacios buscan ofrecer herramientas prácticas y metodológicas para intervenir en el aula. Misiones está a la vanguardia de generar marcos normativos, pero hay falencias en la aplicación. No es lo mismo en Posadas que en Garuapé, ni en una escuela rural que en un contexto urbano”. Julio Pereyra, neuropsicoeducador Finalmente, enfatizó que la diversidad no se limita a diagnósticos formales. “Un niño que ha sufrido un abuso, que perdió a un padre o que acaba de mudarse también necesita un proyecto pedagógico individual. La inclusión es para todos, no solo para quienes tienen un certificado”, concluyó Pereyra.
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