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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/04/2025 12:34
Melissa Alink advirtió sobre la absorción de humedad en cebollas refrigeradas (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA) Guardar cebollas en la heladera es un error frecuente que, en lugar de prolongar su frescura, acelera su deterioro. Aunque la idea de conservarlas en un ambiente frío puede parecer lógica, expertos advierten que este hábito favorece queesta verdura se vuelva blanda, pastosa y pierda su sabor original. “Si bien las cebollas enteras se pueden almacenar en la heladera, no se recomienda. Esto se debe a que las cebollas crudas enteras absorben la humedad rápidamente y pueden ablandarse en la heladera”, explicó Melissa Alink, autora de Little House Living, al diario británico The Mirror. Las cebollas, al igual que muchas otras frutas y verduras, siguen vivas después de ser cosechadas. Las células de estos productos continúan respirando, es decir, queman oxígeno y azúcares para generar energía. Este proceso natural explica por qué el almacenamiento a temperaturas inadecuadas afecta su calidad. Brotes en cebollas almacenadas en calor no son tóxicos, pero amargan el sabor (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA) En ambientes fríos, las cebollas comienzan a convertir sus reservas de almidón en azúcares para sobrevivir. Esto puede hacer que adquieran un sabor más dulce, pero también provoca que se ablanden y se estropeen más rápido. Por otro lado, si se almacenan en lugares demasiado cálidos, tienden a desarrollar brotes. De acuerdo con la información del artículo de otro medio británico, el Daily Mail, las cebollas que germinan no son venenosas y los brotes verdes que producen se pueden consumir, aunque su sabor suele volverse mucho más amargo. Recomendaciones prácticas para su almacenamiento Para preservar las cebollas enteras de manera efectiva, los expertos recomiendan almacenarlas en un lugar oscuro, seco y bien ventilado, como un armario o un cajón de cocina. No debe ser un espacio demasiado caliente ni humedo, ya que esto estimularía la brotación o la pudrición. “Guarda las cebollas en un lugar seco donde no filtre la humedad para evitar que se echen a perder o se pudran. Evita guardarlas en zonas como debajo del fregadero o en el sótano, donde hay humedad”, aconsejó Alink en The Mirror. Además, es importante retirar las cebollas de su empaque original de plástico, ya que, según la experta, “absorben mucha humedad y hacen que las cebollas se pudran más rápido de lo deseado”. Otra técnica sugerida por la Universidad Estatal de Iowa, según informó Daily Mail, consiste en almacenar cebollas curadas dentro de una bolsa de malla, una media de nailon vieja, una canasta de alambre o un cajón que permita buena circulación de aire. Incluso se pueden colocar una por una dentro de unos cancanes, haciendo nudos entre ellas, para luego colgarlas. Esta opción facilita el almacenamiento a largo plazo y mantiene las cebollas frescas por más tiempo. Evitar bolsas de plástico para cebollas reduce la acumulación de humedad (Imagen ilustrativa, no real, realizada por IA) Cuidados especiales para cebollas cortadas Cuando se trata de cebollas cortadas, la recomendación cambia. En este caso, debe guardarse siempre en la heladera, bien protegida en materiales herméticos. “Las cebollas cortadas en rodajas, picadas y cocidas siempre deben guardarse en la heladera. Este tipo de cebollas no son aptas para la despensa y se pudrirán rápidamente fuera de la heladera”, explicó Alink. Para conservarlas mejor, se deben envolver firmemente en film transparente o colocarlas en recipientes herméticos. Al respecto, explicó detalladamente a The Mirror: “Las cebollas cortadas a la mitad deben envolverse herméticamente en film transparente o y luego colocarlas en un recipiente hermético, mientras que las cebollas picadas deben colocarse en una bolsa de plástico con cierre (bolsas ziploc o zipper)”. El objetivo es protegerlas de la humedad y del gas etileno, un hidrocarburo natural emitido por frutas y verduras que acelera su descomposición cuando se acumula en espacios cerrados.
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